#MAKMAMúsica
25 Festival de Jazz de València
Teatre Principal
Barcas 17, València
Patraix, Russafa, Campanar, Natzaret, Massarojos y El Perellonet
Del 2 al 31 de julio de 2022
Su madre era lavandera y su padre conductor de autobús, de manera que Ron Carter (Michigan, 1937) aprendió a tocar el contrabajo para ganarse la vida con él. “Por supuesto que la música es un trabajo. Cuando voy a tocar no voy a pasar el rato o a sentir inspiración. Voy a ganarme la vida”, le contó a Santiago Giordano en una entrevista para Página 12. Valencia, que ya tuvo el honor de recibirlo en la década de los 70, repite ahora, de nuevo en el Teatre Principal, para acogerlo en su Festival de Jazz como parte de su gira de despedida.
Con más de 2.500 discos a sus espaldas bien trabajadas, Ron Carter ofrecerá un concierto el domingo 10 de julio junto al cuarteto ‘Foursight’ integrado por Renee Rosnes (piano), Jimmy Greene (saxo tenor) y Payton Crossley (batería). Será uno de los platos fuertes del Festival de Jazz de València, junto a John Scofield -uno de los grandes guitarristas de jazz de los últimos 50 años-, el saxofonista Joe Lovano, la banda Snarky Puppy, sin olvidar a Silvia Pérez Cruz o el más cercano Perico Sambeat, por partida doble: con CMS Trio y Chicuelo, y con una formación de 11 músicos homenajeando a Charles Mingus. Otro grande, el trombonista Toni Belenguer, recibirá igualmente su homenaje tras fallecer a los 42 años en 2020.
Todo ello con motivo de la 25 edición de un festival que del 2 al 31 de julio se expandirá además por los barrios de Russafa, Patraix, Campanar y Natzaret, y los pueblos de Massarojos y El Perellonet, teniendo al Teatre Principal como epicentro de su actividad en Valencia, hasta que la finalización de las obras del Palau de la Música -cerrado desde 2019 por un desprendimiento de su techo- permita volver a acogerlo en su propio recinto. ¿O no?
“La acústica del Teatre Principal es excelente para hacer jazz y los músicos están comodísimos en él. No me importaría que el festival se hiciera en el Principal”, aseguró Vicent Ros, director del Palau de la Música. “El Principal es ideal”, apostilló Glòria Tello, presidenta del Palau, quien dijo ayudar el hecho de que el certamen de jazz se haga en julio, “cuando el teatro no tiene programación”. Su regreso al Palau, una vez acaben las obras en mayo de 2023, “no significa que no podamos seguir haciendo cosas en el Teatre Principal”, abundó Enrique Monfort, coordinador del festival.
Sea como fuere, lo cierto es que “el Palau siempre ha sido jazz y ahora más que nunca tras la pandemia”, subrayó Ros, para quien la presencia de los mencionados Carter, Scofield, Lovano, Snarky Puppy, Pérez Cruz, Sambeat, el homenaje a Belenguer o la presencia igualmente de Dàmaris Gelabert y la colaboración con Berklee València, convierten el Festival de Jazz de València en uno de los principales de España: “Está entre los cuatro o cinco mejores y con la que está cayendo deberíamos estar contentos”, resaltó el director del Palau.
Monfort destacó los principales ejes sobre los que pivota el certamen: el equilibrio entre artistas internacionales y músicos valencianos, la prolongación del festival a los barrios y pueblos valencianos, y la colaboración con la Orquestra de València y la Banda Municipal, que ofrecerán senda actuaciones: la primera, con David Pastor y Miguel A. Navarro como director, y la segunda, en compañía de la Spanish Brass y Barcelona Gospel Messengers.
Glòria Tello quiso destacar, además, la casi duplicación del presupuesto con respecto al pasado año, ya que para la “simbólica y potente” 25ª edición se contará con 248.231,50€. Presupuesto que permite, a su vez, mantener el pago del caché a los músicos -sin necesidad del auxilio de la siempre variable taquilla-, tal y como confirmó Enrique Monfort.
El diseño del cartel de tan emblemática edición es obra de Diego Mir, quien destacó la pala del contrabajo “como una ola de mar” y la imagen “muy dinámica y viva” que destila el conjunto de imagen y tipografía. Un cartel en consonancia con el espíritu limpio, jovial y blanco que le quiere dar la presidenta del Palau, contraria a que, como con anterioridad, el festival estuviera asociado con la marca de ginebra Seagrams y contrariamente a lo que opinaba Duke Ellington: “En general, el jazz siempre ha sido como el tipo de hombre que no te gustaría para tu hija”.
El Seminario de Jazz del Palau -todo un clásico de la programación, ya que cuenta con 22 ediciones en paralelo- vuelve, tras el lapso por culpa de la pandemia, a modo de prólogo del festival, teniendo lugar del 27 al 30 de junio. El encuentro entre estudiantes y músicos profesionales -Rita Maria, Edward Pérez, Voro García, Moi Bautista o Francisco Blanco ‘Latino’, entre otros-, permite compartir experiencias como base de su aprendizaje.
El tradicional concierto al aire libre y de carácter gratuito que suele tener lugar en el cauce del Turia -actividad de gran aceptación entre el público- no se recupera, porque, según explicó Tello, “hay sobresaturación de actividades por el 35 aniversario» del propio cauce y porque la Banda Simfònica Municipal pensó que, “para esta ocasión, era mejor el escenario del Principal”.
Que Perico Sambeat se atreva con el excesivo Charles Mingus, quien dijo que la música “te puede volver feliz, hacerte llorar, amar y hasta matar”, encierra la paradoja de homenajear al genial contrabajista, al tiempo que permite recordar igualmente al trombonista Toni Belenguer, quien formó parte de la formación que en 2013 celebrara en el Jimmy Glass los 50 años del disco ‘The black saint and the sinner lady’.
Mingus y Belenguer dándose circunstancialmente la mano, en sendos homenajes, dentro de un Festival de Jazz de València sin duda “simbólico”. Todo ello tras haber sufrido una cruenta pandemia y a la espera de que el Palau de la Música recobre la vida perdida por el derrumbe de parte de su techumbre. “Estamos a tope con respecto a 2019”, resaltó Monfort, congratulándose de la vitalidad recuperada en esta 25ª edición.
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