Sorolla

#MAKMAArte I Testigo directo
‘De la foscor a la llum: cinc segles d’art’
Palacio de las Comunicaciones
Plaza del Ayuntamiento 24, València
Del 25 de febrero al 11 de junio de 2023

Pablo González Tornel, director del Museo de Bellas Artes de València y ahora también comisionado del Año Sorolla, se plantó frente al lienzo ‘Yo soy el pan de la vida’, flanqueado por el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, tras haber bajado juntos del acto de constitución de la Comisión Conmemorativa del Año Joaquín Sorolla. En ese preciso instante, oficializada la efeméride, se disponía a anunciar el pistoletazo de salida del considerado gran evento cultural de este año en la Comunitat Valenciana.

El Palacio de las Comunicaciones –antiguo edificio de Correos– era el escenario dominado por los dos grandes lienzos de Sorolla, que sirven de arranque de la exposición ‘De la foscor a la llum: cinc segles d’art’: ‘Labradora valenciana’ y el citado ‘Yo soy el pan de la vida’, este último de 25 m2, en el que Jesucristo arenga a sus fieles desde una barca, evocando cualquiera de las pintadas por el mismo Sorolla en la Malvarrosa.

González Tornel, cual Jesucristo, procedió igualmente a evocar las excelencias de la muestra que contiene las 73 piezas de la Colección Lladró adquiridas al precio de 3,7 millones de euros por la Generalitat y que pasarán a formar parte del propio Museo de Bellas Artes. La novedad de la muestra, resaltó, “es todo y, sobre todo, que es de todos”, valga el juego de palabras, teniendo en cuenta –agregó– “que la colección viene de estar más de cinco años encerrada en un almacén de Alcalá de Henares dentro de una caja”, habiendo cuadros “que llevaban años sin ser tocados por un haz de luz”.

A esa misma luz se refirió después, cuando aludió a la que provenía de la cúpula del Palacio de las Comunicaciones, “ahora oscurecida para que no dañe las obras”, al tiempo que mencionó los climatizadores para controlar la temperatura del edificio, dentro de una serie de procedimientos técnicos que definió como “una acción enormemente coral”, que ha producido “dolores de cabeza desde el presidente –al que dirigió la mirada– al último técnico”, con el fin de preservar el conjunto expositivo.

Detalle de la obra ‘Labradora valenciana’, de Joaquín Sorolla, en la exposición ‘De la foscor a la llum: cinc segles d’art’, en el Palacio de las Comunicaciones de València.

Exposición que reúne, además de siete obras de Sorolla –que sirven de arranque y conclusión de la misma–, otra serie de piezas de diversos artistas –Juan de Juanes, José de Ribera, Zurbarán, Benlliure, Pinazo o Fillol, entre otros–, para componer una muestra de “gran amplitud cronológica”, ya que se extiende “desde el año 1390, con la primera pieza medieval, hasta pasados por los años 50 del pasado siglo con Juan Bautista Porcar”, precisó González Tornel, siempre con el presidente Ximo Puig a su lado, escuchando sonriente las palabras de su Comisionado del Año Sorolla.

Con naturalidad, no exenta de la luz celestial que emanaba ‘Yo soy el pan de la vida’, el director de la pinacoteca valenciana fue creciéndose hasta proclamar que ‘Labradora valenciana’ bien pudiera ser “un icono que cualquier museo del mundo querría tener”, comparándolo con la mismísima Mona Lisa de Leonardo da Vinci.

A rebufo de la altura que iba cobrando la exposición que abre el Año Sorolla en el Palacio de las Comunicaciones, Ximo Puig se envalentonó para adelantar que, en la próxima legislatura, impulsará “una ley que permita reforzar la visibilidad” del Museo de Bellas Artes –de titularidad estatal y gestión autonómica–, al tiempo que consideraba un “gran hito cultural” la exhibición de las 73 piezas de la Colección Lladró recién adquirida por la Generalitat que preside.

Una vez derramado sobre la prensa el brillo que corresponde al genio de la luz y las obras que constituyen la magna exposición ‘De la foscor a la llum’, Ximo Puig, acompañado de Pablo González Tornel, subió a una planta superior del Palacio de las Comunicaciones, donde aguardaban otros representantes institucionales y del mundo cultural para celebrar la efeméride ya en rimbombante curso.

Allí, rodeado de rostros entre expectantes, acostumbrados al pábulo y al despliegue de una oratoria que siempre da pie a lecturas entre líneas, Ximo Puig estableció paralelismos entre el año 1922, en el que se abría el Palacio de las Comunicaciones –ahora, por tanto, celebrando un siglo– y el año siguiente en el que “se apagaba el maestro de la luz, Joaquín Sorolla, y, con él, se iba apagando… la València literaria de Blasco Ibáñez… para dar paso a la València racionalista de Göerlich, la que cambiaba barcas por bancos, la que entraba en la modernidad”.

Un siglo, pues, entre esas dos Valèncias: la emotiva, que encarnan aquellos artistas –como Sorolla, Benlliure, Blasco Ibáñez, Penella y Concha Piquer, a los que citó el presidente– y la racionalista –la de barcas y bancos–, dándose la mano en el Palacio de las Comunicaciones, como si el tiempo pasado fuera, de nuevo, un mapa actual repleto de las mismas oscuridades y luminosidades aludidas en el título de la exposición.

Pablo González Tornel, con la vicealcaldesa Sandra Gómez, en un apartado de la exposición ‘De la foscor a la llum’, en el Palacio de las Comunicaciones de València.

Ese mensaje proclamado por Ximo Puig, en pleno edificio del antiguo Correos, a modo de carta enviada con sello institucional a todos los valencianos, quedaba a su vez transformado –en su paso por el actual Palacio de las Comunicaciones– en un acto comunicativo que, siguiendo las ideas del filósofo Marshall MacLuhan, responde a las virtudes del propio medio como masaje: la obra de Sorolla, en tamaño contexto, era también música celestial para los oídos.

“Ahora, pueden elegir entre ver la exposición o tomar copas, pero no las dos cosas a la vez”, bromeó González Tornel, invitando a los asistentes a tomar uno de esos dos caminos, tras el discurso del presidente. Entre esos asistentes, por citar algunos, estaban el presidente de les Corts Valencianes, Enric Morera; el alcalde Joan Ribó; la vicealcaldesa Sandra Gómez; la consellera de Justicia, Gabriela Bravo; la concejala de Cultura, Glòria Tello; la de Acción Cultural, Maite Ibáñez; el secretario autonómico de Cultura, Ximo López; la rectora de la Universitat de València (UV), Mavi Mestre; las vicerrectoras de Cultura de la UV y UPV, Ester Alba y Salomé Cuesta, respectivamente; el presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón; la actriz y miembro del Consell Valencià de Cultura, Rosana Pastor, o la directora del Teatro Olympia, Mariángeles Fayos, además de miembros de la familia Lladró.

Pablo González, en su visita guiada, junto al presidente de la Generalitat Ximo Puig y el alcalde de València Joan Ribó, entre otros, por la exposición ‘De la foscor a la llum’, en el Palacio de las Comunicaciones de València.

La mayoría, en comitiva, siguió luego las explicaciones de Pablo González Tornel, en torno a la exposición ‘De la foscor a la llum’. Todos ellos, como si fueran alumnos aplicados, asentían cuando el comisionado ofrecía detalles de algunas de las obras: “El tratamiento de la luz de [Antonio] Fillol es tan bueno como el de Sorolla”, por ejemplo. Al rato, concluyó diciendo: “I a la vostra disposició”, cerrado con una salva de aplausos.

El masaje posterior, después del cúmulo de mensajes, continuó ya de forma dispersa, cada cual poniendo el acento en aquellas cosas que sobrevuelan en toda inauguración, ajenas al acto en sí, aunque emparentadas con él. Un clásico suele ser: «Y después de toda esta parafernalia, ¿qué?». ¿Es, verdaderamente, la cultura “un pilar del estado del bienestar”, como destacó el presidente?

Vista de la exposición ‘De la foscor a la llum: cinc segles d’art’, en el Palacio de las Comunicaciones de València.

González Tornel, quizás por aquello de provenir del ámbito académico y guardar con la política una relación de buena vecindad ciudadana, manifestó su deseo de que el Año Sorolla dejara poso: “Que quede un conocimiento científico”. Y añadió: “Me interesa menos la acción sobre el turista que el hecho de que la ciudadanía conozca mejor el patrimonio que tiene”.

Y, ya puestos, una sugerencia de cara al año que viene: “Que sea 2024 el dedicado a [Antonio] Muñoz Degrain, por ser el año de su muerte”. Entretanto, lanzado el mensaje y volviendo al actual masaje celebratorio, apuntar lo que el propio González Tornel advierte sobre la exposición del Palacio de las Comunicaciones: “Es un espectáculo asegurado”. The show must gon on, que diría Queen. Un espectáculo con sus luces y sus sombras.  

Sorolla
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el director del Museo de Bellas Artes, Pablo González Tornel, delante de ‘Yo soy el pan de la vida’, de Sorolla, durante la presentación a los medios de la muestra ‘De la foscor a la llum: cinc segles d’art’, en el Palacio de las Comunicaciones de València.