Saudade

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‘Saudade’, de Alberto Adsuara
Intérpretes: Paula Zaragoza, Noemí Carrasco, Alberto Adsuara
Veles e Vents
La Marina de Valencia
Jueves 2 de diciembre de 2021

Saudade, es decir, nostalgia, añoranza. Pero, ¿de qué? En el caso que nos ocupa, precisamente ‘Saudade’, el cortometraje de Alberto Adsuara, recientemente presentado en Veles e Vents de Valencia, nostalgia de un sueño que, sin saber su explicación, se repite una y otra vez, conminando a quien lo tiene a rastrear ciertas huellas dejadas en el pasaje onírico que motiva la búsqueda de algo.

Sigmund Freud en su ensayo ‘La interpretación de los sueños’ dice que la experiencia le confirma su afirmación de que el contenido más frecuente de nuestros sueños “se halla constituido por aquellos objetos sobre los que recaen nuestras más ardientes pasiones”. ¿Qué objetos? En ‘Saudade’, se trata de sujetos: dos mujeres (o la misma mujer desdoblada) que anhelan cierta figura masculina perdida en ese sueño que se repite. Pero también: la propia mujer (o mujeres) como objeto de un deseo que el espectador hace suyo motivado por unas imágenes dotadas de singular pregnancia.

Fotograma de ‘Saudade’, de Alberto Adsuara.

“El sueño posee una maravillosa poesía, una exacta facultad alegórica”, subraya Freud, en el citado ensayo. Adsuara hace suyas estas palabras para desplegar esas cualidades poéticas del sueño mediante una cuidada y sutil puesta en escena, de manera que el sueño de esa mujer que lo fantasea, sin saber por qué, aunque no pueda dejar de preguntarse por él (algo inhabitual en ella), termine por apoderarse del deseo del propio espectador.

Esa mujer que se levanta de la cama cierta mañana sorprendida, y magnetizada, por la insistencia de cierto pasaje onírico, enlaza su obsesión con la de otra mujer, en una suerte de desdoblamiento del yo, típico del sujeto que se interroga por aquello que le conmueve. De entrada, hablamos de la pregunta por antonomasia del ser: ¿quién soy? Un ser que, nada más nacer, ya viene al mundo dividido por el corte del cordón umbilical que lo separó del vientre materno.

Fotograma de ‘Saudade’, de Alberto Adsuara.

Esas dos mujeres, por tanto, unidas por el sueño, al tiempo que separadas por aquello que anhelan y no logran atrapar, nos proponen seguirlas en sus pesquisas oníricas, que pasan por un pabellón, el 142, donde se almacenan una serie de ninots falleros. Cuerpos fragmentados, y envueltos en plásticos, que terminarán siendo pasto de las llamas, en una combustión que recuerda la propia del sujeto acicateado por la búsqueda inherente a todo acto creativo.

¿Qué buscan esas dos mujeres? ¿Qué busca el propio espectador atraído por el señuelo de tamaño deseo? La respuesta no es sencilla y Alberto Adsuara tampoco nos la da, faltaría más, porque hablamos de una ficción que se sostiene en sí por el hecho mismo de indagar en aquello que precisamente motiva la búsqueda. Y la búsqueda, ya lo hemos dicho, parece encendida, recuerden, “por aquellos objetos sobre los que recaen nuestras más ardientes pasiones”.

Fotograma de ‘Saudade’, de Alberto Adsuara.

Objetos y sujetos perdidos en la maraña del sueño, de cuyo hilo Adsuara tira, de forma reiterada, para tratar de hilvanar la dificultad del encuentro con el ser soñado. ‘Saudade’ es nostalgia de la plenitud que, imaginariamente, anhelamos. Nostalgia de una fusión que no termina de alcanzarse, aunque esa mujer, tendida en una naturaleza con la que, ahora sí, parece fusionarse, se ofrezca ella misma como el cuerpo del deseo motivo de la pasión que atraviesa el sueño.

La cadencia con la que ese sueño se repite, y al que la mujer, como el espectador (el buen espectador), se entrega, muestra la obsesión del acto creativo incapaz de salir del bucle al que le conduce la búsqueda delirante del otro. Otro idéntico a sí mismo, con ligeras variaciones, atrapado en el imaginario de un sueño trazado por la cámara, cuyo objetivo se pierde por el agujero abierto entre los libros de una estantería. La letanía de un poema viene a cerrar la deriva del sueño: “Ni más, ni menos; nada”.

Fotograma de ‘Saudade’, de Alberto Adsuara.