Santiago Sánchez. Les troianes

#MAKMAEscena
‘Les Troianes. Fucking Nowhere’, de Josi Alvarado
A partir de la tragedia de Eurípides ‘Las troyanas’
Dirección: Santiago Sánchez
Intérpretes: Marina Alegre, Resu Belmonte, Rebeca Izquierdo, Josep Manel Casany, Alberto Ángel Escartí, Juanki Fernández, Gemma Miralles, Candela Mora, Rebeca Valls y Pau Vercher.
Producción: Institut Valencià de Cultura (IVC)
Teatre Rialto
Plaza del Ayuntamiento 17, València
Hasta el 10 de marzo de 2024

¿Hubo alguna vez paz en el mundo? La historia de la humanidad está jalonada de batallas campales, matanzas y masacres que han dibujado el mapa geopolítico tal y como hoy lo conocemos. Desde Troya a Vietnam, desde el Oriente Próximo a Ucrania, los episodios bélicos generan infinidad de historias que plasman lo mejor y lo peor del ser humano.

Sangre, sudor y lágrimas. Todos sufren en las guerras, incluso los vencedores, pero ¡ay de los vencidos!…, sobre todo cuando se trata de vencidas. Hace veinticuatro siglos, Eurípides puso en escena la tragedia de las mujeres troyanas que de diversas formas, en distintas épocas y lugares, se ha reproducido en un bucle siniestro. ¿Existe alguna manera de frenar esa dinámica violenta? ¿Algún hálito de esperanza?

Son algunas cuestiones que plantea ‘Les Troianes. Fucking Nowhere’, una versión actualizada de ‘Las Troyanas’, de Eurípides, de la dramaturga alicantina Josi Alvarado, producción propia del Institut Valéncia del Cultura (IVC), dirigida por Santiago Sánchez, que se puede ver en el Teatre Rialto hasta el 10 de marzo.

«Dirigir esta obra ha sido un encargo muy oportuno por dos motivos de peso», dice Santiago Sánchez. «Primero, porque es una propuesta que da sentido a la función del teatro público, pues un espectáculo de gran formato como este, con diez actores en escena, no se puede hacer desde una compañía o coproducción privada. También porque recupera la dramaturgia universal, a través de la voz de Josi Alvarado, para tratar una temática de tremenda actualidad que pone el foco en los sufrimientos de las mujeres y los niños en los conflictos bélicos y, al decirlo, surgen los nombres de Ucrania o Gaza. Troya es el punto de partida, pero antes y después de esa guerra mítica ha habido muchas Troyas».

¿Hasta qué punto es legítimo modificar el contenido de las obras clásicas para hacerlas más accesibles al público? «La historia del arte está plagada de reinterpretaciones», responde Sánchez. «Los antiguos griegos ya copiaban a sus antepasados. Los mitos están continuamente reproduciéndose. La gran aportación de Alvarado, en su versión, es dar un hilo de esperanza activa. Las mujeres son desde siempre las vícimas, sí, pero no quedan amordazadas en la bodega, sino que son conscientes de su situación y, a partir de ahí tienen una posibilidad de superarla».

Otra baza del teatro público que apunta el director es contar con un gran elenco y la posibilidad de trabajar en ciertas condiciones que, de otra manera, serían imposibles. El espectáculo cuenta con actores y actrices de distintas generaciones que enriquece la obra: Marina Alegre, Resu Belmonte, Rebeca Izquierdo, Josep Manel Casany, Alberto Ángel Escartí, Juanki Fernández, Gemma Miralles, Candela Mora, Rebeca Valls y Pau Vercher.

Equipo artístico de ‘Les Troianes. Fucking Nowhere’. Imagen cortesía del IVC.

Sánchez destaca el trabajo de todo el equipo artístico, en el que figuran Víctor Lucas, en la composición musical; Mamen Mengó, como ayudante de dirección; y Maria José Soler, en la dirección coreográfica. Cuenta también con la escenografía de Dino Ibáñez, la iluminación de Félix Garma y el vestuario de Gabriela Salaverri.

La segunda parte del título, ‘Newhere’, es una alusión a los centros de detención en los que se hacinan las víctimas de los conflictos en condiciones extremas: Libia, Marruecos, Ruanda y otros purgatorios que ni siquiera se sabe dónde están. A pesar de su contenido, Sánchez afirma que esta es la obra menos política que ha dirigido, precisamente por la humanidad que encierra. «Cuando caen bombas, nadie piensa en política. Esta es una obra pacifista, pero sobre todo humanista y esperanzada».

También arremeta contra esa iconografía grandiosa, la imaginería que se ha creado en torno a las guerras, los uniformes, los desfiles, las armas… «Se gastan más dinero en su diseño que en su potencial mortífero», ironiza. «Sin embargo, la guerra solo es frío, dolor y muerte».

Más allá de las guerras de Gaza o Ucrania, la obra sube a escena otros tipos de conflictos que, sin ser sangrientos, resultan sangrantes, como la explotación de las freseras de Huelva. «Los grandes conflictos pueden estar en nuestra propia finca, en nuestro propio barrio. A través del teatro es posible trabajar, desde la actualidad, todo lo que sucede en el mundo sin la pretensión de ser modernos en este acercamiento».

Así pues, ‘Les Troianes. Fucking Nowher’ invita a reflexionar «sobre cómo vemos los conflictos desde lejos si estamos todos en el mismo barco, sobre cómo empiezan las guerras cuando se rompen los puentes de comunicación, sobre la importancia de los medios de comunicación y qué imagen ofrecen de las guerras y, especialmente, sobre quiénes son sus principales víctimas», concluye Santiago Sánchez.

El Rialto ofrece varias funciones matinales dirigidas a público escolar, tras las que se realiza un coloquio entre los jóvenes y el equipo artístico de la obra, y talleres con el periodista y reportero de guerra Gervasio Sánchez y el antropólogo Yayo Herrero.