Raúl Bartleby

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‘Mi deuda con Bukowski’, de Raúl Bartleby
Editorial R.B.
Disponible en Amazon desde el 30 octubre de 2023

El novelista Raúl Bartleby –alicantino de lenguaje ofensivo– da un gran paso en su carrera con su tercera novela: ‘Mi deuda con Bukowski’, un libro más sólido, más directo y más divertido.

Si la novela contiene ciertos tintes autobiográficos es porque el escritor es su propio personaje. Una historia que se opone a los prestigios amañados y a los falsos escritores. Tanto es así que desentraña lo que muchos intuyen, pero pocos se molestan en escribir. 

Vidas cruzadas y tramas que giran en torno a los límites del alcohol y del amor. Una demoledora crítica social de este enloquecido mundo. El conjunto de situaciones que maneja es de un verdadero escritor de sótano.

Aun siendo todavía un tanto desconocido por la inmensa mayoría del público, ¿cómo se presenta Raúl Bartleby?

Bueno, pues alguien que vive, escribe y bebe; hago lo que quiero y escribir es mi modo de vida. Amo a algunas partes de la cultura y a algunas personas, incluso aunque no tengan piscina [risas]. Pero, a diferencia de otros, yo no tuve el sueño de ser escritor, simplemente un día me senté a escribir… y ya no hice otra cosa.

Además de todo esto, siempre te sigue (y persigue) el calificativo de “escritor de sótano”. ¿Sigues identificándote con él?

A ver, en la pasada Feria del Libro de Madrid, después de una cena con unas amigas escritoras y algún amigo, alguien me dijo que eso de escritor de sótano, con una vida ya en equilibrio, no es posible, ahora que me va bien…Yo respondí que una cosa no tiene nada que ver con la otra y que, además, ¿qué equilibrio puede haber en la escritura?

Raúl Bartleby, leyendo un pasaje de su última novela ‘Mi deuda con Bukowski’. Imagen cortesía del autor.

Un escritor de sótano, ¿nace o se hace?

Es que un escritor de sótano es a la literatura lo que un roquero a la música: una forma de rebelarse principalmente contra el orden establecido, la imposición literaria y después con lo que se me va ocurriendo [risas].

Es decir, es como lo del huevo y la gallina, que no se sabe muy bien qué fue qué, pero el escritor de sótano es quien se rebela contra una suerte desfavorable, por decirlo más contextualizado.

Prueba de ello es lo que podemos encontrar en tu nueva novela, ‘Mi deuda con Bukowski’. ¿Cómo la presentarías?

A ver…, por hacer un poco de autospoiler, hay varias subtramas, como los problemas de un escritor que combina su trabajo con la familia y la bebida y el mundo que lo rodea. Y que estando muchas veces en el precipicio nunca consigue poner la atención que requiere la profundidad.

Para mí, hay varias historias de amor, pero, por destacar una, sería la historia de amor sin acabar de una estrella del rock venida a menos, ya que enamorarse es rematadamente sencillo, a fin de cuentas, pero desenamorarse es muy jodido [pausa]… Nadie sabe hacerlo ni rápido ni con la dignidad lo suficientemente intacta.

Pero la columna vertebral se puede decir que es lo difícil que es escribir, y los impostores, los que dicen que son escritores, pero no lo son, solo están ahí o porque se lo pueden pagar o por otras circunstancias. Tener otro trabajo y ser escritor para mí es incompatible, de ahí la resistencia del personaje (que soy yo mismo) a respetar a los escritores de sábados y domingo.

Cubierta del libro ‘Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones’, de Charles Bukowski.

¿Por qué este título? ¿Qué deuda tienes con el famoso autor alemán?

Bueno, cuando empecé –lo he contado en alguna ocasión– vivía en València, donde estuve casi veinte años, así que es mi ciudad. Mi familia vive allí y cuando tenía 29 años, más o menos, y no sabía muy bien qué hacer todavía con mi vida, aparte de meterme en líos cada noche por Ruzafa y otros lugares, un buen amigo volvió a Chile y una caja llena de libros que no pudo subir al avión me la regaló.

Dentro había un libro de Bukowski, si mal no recuerdo, ‘Erecciones, Eyaculaciones, Exhibiciones’. Había muchos más, sobre todo de Gabriel García Márquez. Yo siempre leía con mayor o menor intensidad, dependía de los líos en los que estaba metido, claro; ahora sí que soy constante, pero en aquel momento nadie me sorprendía de verdad, como le pasaba a Bukowski.

Ni Nabokov ni Márquez ni Camus, nadie me impactaba. Y ahí todo cambió. Después, leí todos los libros de Bukowski y el camino apareció, así que le debía algo grande; hubiese recibido una bala en el hombro por él, así que esto es lo mínimo que podía hacer.

¿Seguiremos disfrutando, mientras saldas tu deuda en este libro, del estilo característico de Bartleby? ¿O este va suavizándose con el tiempo?

Buena pregunta. De momento, te digo que progreso en lo que me gusta, pero, aunque a veces cambie los hábitos, tanto el estilo como el método deben estar siempre: es mi marca de agua.

Mantienes tus referentes literarios, ¿no es así? Recordemos cuáles son y por qué son ellos los que te inspiran.

Sí, los mantengo. Dos de ellos siguen escribiendo cosas muy buenas: Efraím Medina Reyes tiene libros buenísimos que me gustan mucho, y a Ray Loriga, de quien he leído recientemente el último suyo y me ha gustado bastante, le tengo tal admiración y respeto que, si se tirara un pedo, seguro que para mí sería un buen capítulo; no sé si eso vale del todo [risas].

También me gusta Michel Houellebecq y Hunter S. Thompson, por ejemplo: uno vivo y otro muerto. O Hanif Kureishi, que también es muy buen escritor. Y supongo que me inspiran, porque sus historias mayormente se basan en sus propias experiencias personales y para mí lo que pasó de verdad lo hace más convincente.

Raúl Bartleby, firmando ejemplares de su última novela ‘Mi deuda con Bukowski’. Imagen cortesía del autor.

¿Has podido conocer a alguno de ellos? Si no es el caso, ¿con quién te gustaría mantener una buena charla?

Ray Loriga, con quien estuve un ratito en la Feria del Libro de Madrid; yo creía que era un tipo antipático y resultó todo lo contrario. ¿Pero una buena charla con un escritor? No sé si eso es posible [risas].

¿Qué le depara el futuro a tu alter ego? ¿Habrá nueva entrega del señor Leby o cerramos etapa?

Pues ahora trabajo en una distopía del mismo personaje, aunque tengo también algo sobre una mujer que igualmente me parece interesante, pero ya se verá en el futuro. No es por hacerme el interesante, pero es que son procesos muy largos como bien sabes y uno nunca puede hacer planes con los personajes, porque a veces te dejan y se largan con otro sin la menor explicación.

¿Dónde y cuándo podremos verte presentando ‘Mi deuda con Bukowski’?

Pues en Alicante, València y Elche ya se ha presentado. Y todavía faltan Murcia, Cartagena y algunos lugares más. Lo cierto es que está funcionado mejor de lo que esperaba en un primer momento; al final, montar la editorial propia está teniendo resultado.

Y digo editorial propia para distinguirla de la autopublicación, donde pagas una cantidad y te corrigen y te distribuyen el libro. Aquí lo hacemos todo: maquetación, corrección, distribución, portada… Y, si no tienes más preguntas, voy a pedir una cerveza…

Raul Bartleby
Raúl Bartleby. Imagen cortesía del autor.