La Singla

#MAKMAAudiovisual
‘La Singla’
Antonia Singla Contreras (Barcelona, 1948)
Un documental de Paloma Zapata
Producción: La Fábrica Naranja, Inselfilm Produktion, Malandar Films
España, 95 min., 2023

Antonia Singla Contreras (Barcelona, 1948) nació mujer, gitana, sorda y pobre. De cuerpo menudo, casi de niña, y ojos enormes, parlanchines, se la conocía como La Múa (la muda) en su barrio de Somorrostro, un perfil urbano chabolero con el barniz pringoso del salitre de la playa. Pasó su infancia envuelta en silencio, pero aprendió a hablar por su cuenta con un lápiz en la boca. 

Abandonada por el padre, fue su madre la que sacó adelante a los siete hijos vendiendo fruta en un mercado. Cuando el arte de La Múa empezó a llenar los cajones decidió volver para sacar tajada. Sobre el escenario La Singla se guiaba por las vibraciones de los sonidos graves, sudaba la música y el coraje que llevaba dentro y su onda expansiva encauzaba al resto del cuadro.

El álbum de recortes de la que fue considerada sucesora de Carmen Amaya es escueto. Aparece en ’Los Tarantos’(1963), la película de Rovira-Beleta, una versión calé de Romeo y Julieta, candidata al Oscar a la Mejor Película Extranjera. Colita la inmortalizó. Miró la dibujó. Los Dalí la vieron bailar en su casa en Cadaqués. Se dice que Duchamp la admiraba.

Se casó y la alianza fue pura voluntad de desmarcarse de sus años de gloria. Le pesan hasta hoy. El de La Singla es un temperamento plagado de fuegos derretidos, del capricho de vivir y deserciones. Un tal Banega (quien la hizo debutar en el tablao Los Califas de Madrid) conservaba mucha información sobre La Singla y la directora Paloma Zapata (Murcia, 1979) juntó los pedazos e indagó en un fenómeno desconocido para hilar el documental ‘La Singla’, el retal más completo de la portentosa bailaora catalana.

Helena Kaittani, durante el rodaje del documental ‘La Singla’, de Paloma Zapata.

En una escena del documental que transcurre durante una comida se habla de La Singla como de un fenómeno meteorológico insólito que ni siquiera los viejos recuerdan: “Con la edad que tengo nunca lo había escuchado”. ¿Por qué ese interés o esa curiosidad por la artista? ¿Cómo fue el descubrimiento de esa genialidad?

Cuando la vi por primera vez la pregunta que me hice fue por qué no había oído hablar de ella, por qué no la había visto antes bailar, si era tan increíble. Además, me habían hablado de su historia, que era sorda. Y sí que es cierto, al hilo de lo que dices, que me pareció muy moderna.

Conecté con ella muy, muy rápidamente, pero porque me pareció muy actual. No me parecía que esas imágenes pudieran ser de 50 o 60 años atrás. Me pareció muy conectada con sus emociones, como si casi hiciera danza contemporánea. Quizás eso tenga que ver también. Pero luego, en el transcurso de la investigación, de hablar con gente, de dentro o de fuera del flamenco, me pareció super curioso que muchos no tenían noticia, no sabían quién era, ni la habían visto ni habían oído de ella.

El misterio era tan fuerte que incluso los que sí la conocían podían decir muy poquito sobre ella. Había muy poca información y eso también fue un poco el origen de iniciar este proyecto. Querer saber más y plasmar esa búsqueda para devolverla a la historia del flamenco.

María Ángeles Narváez, la Niña del silencio o La Niña de los Cupones, otra bailaora sorda, te habló de La Singla. En tu anterior documental ‘Peret, yo soy la rumba’(2018), descubriste que el rey de la rumba catalana la había acompañado con la guitarra. Algunos ya daban a La Singla por muerta, ¿fueron esas las primeras pistas de su paradero?

La primera vez que la vi fue en una fotografía y me generó interés su imagen porque con 14 o 15 años es casi la de una niña, pero tiene una fuerza en su pose, en la expresión de su cara, en su mirada, en el estilo, en el vestir, que no es habitual en el flamenco, bailando con pantalones, muy masculina y el pelo suelto, salvaje, sin peinar. Me pareció muy transgresor. Es una imagen muy diferente a lo que solemos ver, a los estereotipos del flamenco.

Después de su imagen, tan poderosa, me cuentan su historia, pero con dos palabras: es sorda.  Nada más, porque no sabía nada más. En aquel momento en internet apenas había información, salvo un par de vídeos que alguien había subido. Ahí es donde la vi bailar.

No tengo una conexión especial con el flamenco, me gusta mucho pero no soy una gran aficionada ni sé muchísimas cosas. Aun así, me di cuenta de que me transmitía algo muy profundo y que esa mirada y esa forma de bailar me sugerían que había un mundo interior muy potente, muy especial y muy auténtico.

Un momento del rodaje del documental ‘La Singla’, de Paloma Zapata.

¿Fueron hallazgos fortuitos o fruto de un empeño de buscar la historia de la bailaora o de que esa historia te encontrara a ti?

Todo ha sido una búsqueda de diferentes búsquedas. Primero porque no había información suficiente ni archivos y me planteaba la película no como una gran biografía, sino la búsqueda y redescubrimiento de un personaje. Esa es la estructura que tiene. Cuando estábamos ya rodando es cuando aparecen muchos datos, la historia real, la documentación que nos faltaba. Al mismo tiempo que la buscábamos a ella, buscábamos su historia, que no estaba en ningún sitio.

Quisimos establecer un diálogo con el espectador para que se sumerja en este proceso. Este viaje lo hacen con Helena Kaittani, que es la actriz que me interpreta, pero también en algún momento evoca la voz de la propia Antonia, de su mundo interior. Además, ha sido un ejercicio cinematográfico porque todos los encuentros que se producen entre los protagonistas fueron muy naturales, no teníamos un guion cerrado.

En el documental te pones en contacto con alguien que vive en Alemania y esta persona te habla de que existía una película antiquísima rodada allí en la que aparecía La Singla.  

El caso de Antonia es el máximo exponente de que fuera de nuestro país presten a veces más atención a lo nuestro que nosotros mismos. Ni si quiera en el momento de mayor éxito se le hizo mucho caso. Hace poco, presentando la película en Bulgaria, alguien que tenía una tienda de discos se acercó para decirnos que tenía grabaciones en las que La Singla aparecía en la carátula.

La Singla formaba parte de un grupo que sacó el flamenco de las calles, de los barrios y lo metió en los teatros más importantes. Ella era la imagen del festival donde participaron Paco de Lucía y Camarón, que se harían tan famosos, la protagonista de la que todo el mundo hablaba, la que aparecía en los titulares que decían que era la mejor bailaora del mundo. Entonces ya había fallecido Carmen Amaya. Quiero decir, tuvo mucho más reconocimiento en Francia, Reino Unido o Alemania que en España. No puedes evitar preguntarte por qué. ¿Qué ha pasado? ¿A qué viene ese olvido?

Helena Kaittani, Adelfa Calvo y María Alfonsa Rosso, en el documental ‘La Singla’, de Paloma Zapata.

A mediados de los años 70, siendo una visionaria, desapareció del mapa. Algo que es mucho más difícil de hacer cuando eres alguien conocido, admirado. Después de cuarenta años de silencio, ¿qué fue lo más complicado? ¿Encontrarla a ella? ¿Convencerla para hablar?

Encontrarla no fue tan difícil como recuperar su historia para reconstruirla, acudir a los pequeños archivos que había, muchos escondidos en televisiones. Banega, un representante que tuvo, guardaba recortes de prensa que habían estado cincuenta años en una habitación sin que nadie los consultara. Convencerla fue algo más difícil porque le gusta mantenerse a cierta distancia.

Tenía muy claro dónde quería llegar y paraba en seco cuando lo hacía. No quiere estar en el foco porque cuando vivió todo aquello era una niña y sufrió como otros muchos niños artistas. Ahora es feliz, no quiere estar en el foco, pero de alguna manera agradece este pequeño homenaje y que todo lo que hizo se recuerde.

¿Se mostraba esquiva?

Al principio, sí. Pero marcando límites, por eso no aparece mucho en la película.

Hay una escena que parece reflejar esto a la perfección, que es cuando aparece una cometa pisoteada, rota. Algo que se eleva y de repente cae. Cuenta la fotógrafa Colita que el padre, que tenía otra familia en el sur de Francia, al ver a la hija en los periódicos quiso sacar tajada. Se lo quiso montar como el de Amy Winehouse, por entendernos. Celoso, codicioso, inconmovible.

Es uno de los temas que se abordan en la película de una forma más simbólica. Muy entre líneas. Como en muchos otros aspectos, la intención es ponerlos sobre la mesa, pero sin sacar conclusiones. De esa manera se establece el diálogo con el espectador y cada uno puede reflexionar, que para mí es una de las cosas interesantes del cine.

La bailaora sorda María Ángeles Narváez (izquierda), con la actriz Helena Kaittani, en el documental ‘La Singla’, de Paloma Zapata.

¿La Singla ha seguido bailando, aunque sea como mero divertimento? ¿En casa?

Muy poco. En estos ambientes todo surge de forma muy espontánea y bailan hasta los niños. Con el rodaje del videoclip de Peret lo pudimos vivir. La manera en que bailaba Antonia era muy dura, muy difícil, no solo por todo lo que ponía de sentimiento y de emoción, sino también por la forma física que tienes que tener para bailar con esa fuerza. Cuando llevas mucho tiempo sin bailar reconectar es muy muy difícil.

Sin ser especialista en el flamenco, ¿qué destacarías de su baile; qué encuentras magnético? En la película, la actriz que habla por ti dice que lo encuentra “sincero y triste a la vez”. Los pantalones, el estilo machorro, acabar marcando el compás de los guitarristas acompañantes, ¿cómo te llega?

Me llega esa forma apasionada de transmitir lo que tiene en su mundo interior, sus emociones. Veo mucha verdad. Es como un grito. Como alguien dice en el documental: “Cuando baila grita, grita con los ojos”. O como dice Cocteau: “Echa fuego por la boca y lo apaga con los pies”.

¿La cita está comprobada o forma parte de la leyenda sentimental, de un pensamiento colectivo nunca publicado como la supuesta, y falsa, recomendación de ver a Lola Flores en EEUU, aunque no cantara ni bailara?

Esta frase la dice un periodista en la televisión alemana de la época. También aparece en uno de los catálogos del Festival Flamenco Gitano y Cocteau dibuja a varios flamencos. Esa frase, de su puño y letra, aparece en francés. Parece que lo dijo.

Y después de La Singla, ¿qué viene?

Estoy disfrutando del momento, pero no puedo parar. Este documental ya lo hemos presentado en México, Canadá, Colombia. Hemos estado en salas de Alemania. Ahora mismo quiero continuar la línea entre documental y ficción y estoy en la fase de desarrollo y es mi próximo reto.

La Singla
‘La Singla’, documental de Paloma Zapata.