Nuno da Luz

#MAKMAArte
‘Enredos II; Nuno da Luz. Una reverberación climática’
Comisariado: Nuno da Luz y Bárbara Rodríguez
Centro Botín
Muelle de Albareda s/n, Santander
Hasta el 19 de octubre de 2025

Los sonidos, compañeros inseparables en nuestras vidas: ondas, vibraciones, temblores y ondulaciones que nos persiguen incluso en nuestros momentos más personales e íntimos. Capaces de tranquilizar o enervar, relajar o estresar, dar o quitar una efímera felicidad, llegan a ser catalizadores de nuestro entorno, alcanzar una cima o cruzar una meta; pueden, incluso, ser algo insustancial en comparación con escuchar el sonido de un amanecer o estar enfrascado en medio de un atasco sin salida.

Por eso, en esta segunda edición de ‘Enredos’, programa expositivo que lleva a cabo el Centro Botín en el que se coexionan obras de artistas becados por la Fundación Botín en el pasado, el artista portugués Nuno da Luz (1984), becado en el año 2015, nos muestra sus obras sonoras, en conjunto con la de otros artistas bajo el nombre de ‘Enredos II: Nuno da Luz. Una reverberación climática’.

La co-comisaria de la exposición y directora de la colección del Centro Botín, Bárbara Rodríguez, declaró, en referencia a la obra de Da Luz, que, “en lugar de privilegiar el encuentro visual con el arte, Nuno propone un encuentro afectivo que conecta la colección con el edificio y el entorno natural que le rodea, a través de distintas frecuencias de resonancia”.

El artista luso lleva las profundidades de la bahía de Santander a la sala expositiva, en la que pueden escucharse cómo las mareas, las corrientes y los vientos se enredan con el edificio del propio centro expositivo haciéndolo oscilar y permitiendo escuchar esos sonidos imperceptibles para el oído humano, transmitiendo todo tipo de sensaciones a través del oído.

‘Turbulencia’, de Nuno da Luz, en el Centro Botín. Foto: Néstor Navarro.

Como el propio Nuno da Luz señaló, durante su intervención en la rueda de prensa de presentación de este ‘Enredos II’, “la obra interactúa con el visitante de una manera muy personal, ya que cada individuo llegará a una conclusión diferente acerca de ella”.

El trabajo del artista portugués se puede denominar como arte ambiental, en el que traduce las intensidades, ritmos y patrones de las mareas, a sonidos que transforman los espacios y la propia arquitectura. Bajo este prisma, las vibraciones que llegan a la sala expositiva en forma de sonido conforman un lenguaje con el que la propia bahía de Santander entabla un diálogo extendiéndolo al espectador y oyente a través de propio edificio diseñado por Renzo Piano.

En ‘Enredos II: Nuno da Luz. Una reverberación climática’, el artista presenta dos nuevas instalaciones sonoras: ‘Bay of Santander Sonic Disposal’ (servicio de eliminación sónica de la bahía de Santander) y ‘Collected Airs’ (Aires recogidos).

En la primera instalación, con los datos proporcionados por el Centro Oceanográfico de Santander, Nuno da Luz convierte esos mismos datos en sonidos y vibraciones que llegan hasta la sala y se escuchan a través de las paredes de la misma. A estos sonidos se le deben sumar las oscilaciones y vibraciones del propio edificio. El propio artista insiste en ello: “Se trata de un diálogo entre el mar y el entorno urbano donde son las vibraciones las que llegan a través de las paredes a la sala del propio edificio”.

‘Cambium’ (2023), de Javier Arce, en el Centro Botín. Foto: Néstor Navarro.

En ‘Collected Airs’, producida por la Fundación Botín con el apoyo de la Embajada de Portugal en España, Nuno da Luz ha creado un conjunto de cinco unidades de reverberación, en el que re-imagina como instrumentos piezas escultóricas capaces de interactuar con el entorno, de manera que el visitante se sienta más ligado al paisaje vislumbrando la bahía santanderina y lo que bajo sus aguas sucede.

Como manifestó Da Luz en su intervención, “quiero traer al espacio muchas vibraciones diferentes que se producen en el exterior, ya sea en el aire o en el agua, filtrándolas o haciéndolas resonar a través de las paredes del edificio, con transductores ocultos y no tan ocultos”.

En el propio enredo que ha construido el portugués, con el trabajo de otros artistas de la colección Botín, ha seleccionado creaciones de diversos géneros y disciplinas para tejer una maraña junto con sus propias obras para esta segunda edición de ‘Enredos’.

Da Luz habla de una “resonancia por simpatía”, fenómeno por el que un objeto inerte vibra ante una fuente vibratoria cercana que tiene una frecuencia armónica similar. De esta manera, ‘Unitled’ (2021), del mexicano Damián Ortega –artista que ya expuso en el Centro Botín entre 2022 y 2023– está presente con siete máscaras escultóricas de diferentes materiales.

Asier Mendizabal, con su obra ‘Signals Calls and Marches’ (Señales, llamadas y marchas), 2006, realizada con la beca de la Fundación Botín, recuerda, mediane un redoble de tambor, a la música militar con las imágenes del barrio guipuzcoano de Aristrain. En el mismo espacio, la obra de Katinka Bock, ‘Feuilles de temperatures’, muestra una serie de hojas de cobre suspendidas que originalmente coronaban las tejas de la cúpula del edificio Anzeiger Hochhaus de Hannover.

Da Luz ha querido ofrecer un guiño al pasado en este ‘Enredos II’, integrando en esta muestra la escultura de hinchables de Eva Fábregas, ‘Oozing 3’ (2023), evocando aquella primera edición de este programa expositivo que se inició hace apenas dos años. En la obra de Javier Arce ‘Sobre lo cercano’ (2022), la naturaleza es un personaje, más que un ámbito localizado, compartiendo espacio con Jorge Satorre y su ‘Encuentro formal en el jardín’ (2016), donde revisa el archivo del caricaturista Miguel Covarrubias, para dar una forma física en forma de 105 objetos de barro cocido.

Para terminar, y como acompañamiento e incluso complemento para la obra ‘Collected Airs’ del portugués, se encuentran los dos paneles de pizarra pintados a tiza que forman ‘The Wet Prayer’, creados en el año 2013, de Tacita Dean. Respecto a esta obra, Nuno da Luz declaró que “rugen con más fuerza que la mayoría de las representaciones de olas oceánicas que conozco (…). Solo puedo esperar que seamos todo oídos y escuchemos con atención su inquieto e incesante rugido”.

La bahía de Santander como testigo, que no mudo, pues escuchamos el rugido de su interior, remite a lo que escribió Italo Svevo en ‘La conciencia de Zeno’ hace ya más de un siglo (1923) y que aún hoy sigue vigente: “El sonido más rudimentario, el de las olas del mar, que desde que se forma, cambia a cada instante hasta morir, sintetiza la vida más intensa”.