‘En las noches más oscuras lucen las más brillantes estrellas’. Galería Luis Adelantado

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‘En las noches más oscuras lucen las más brillantes estrellas’
Artistas: Pablo Capitán del Río, Fuentesal Arenillas, Eleni Gkinosati, Mercedes Mangrané, Eduardo Martín del Pozo, Antonio Menchen, Belén Rodríguez, Silvestre Moros, Cristina Spinelli y Darío Villalba
Comisaria: Johanna Caplliure
Galería Luis Adelantado
Bonaire 6, València
Hasta el 5 de septiembre de 2025

Bajo el título ‘En las noches más oscuras lucen las más brillantes estrellas’, la Galería Luis Adelantado de València presentaba a finales de mayo su última exposición de la temporada, conformada por la obra de los artistas Pablo Capitán del Río, Fuentesal Arenillas, Eleni Gkinosati, Mercedes Mangrané, Eduardo Martín del Pozo, Antonio Menchen, Belén Rodríguez, Silvestre Moros, Cristina Spinelli y Darío Villalba, y comisariada por Johanna Caplliure, que aún puede visitarse hasta el 5 de septiembre.

Una muestra colectiva en la que la fusión de dicotomías se hace posible y los opuestos se nutren de la manera más simbiótica. En definitiva, una obra de arte total al más puro estilo wagneriano, donde la emocionalidad será el componente clave para “arrojarse al abismo”.

“El título, muy poético, se puede encontrar en expresiones que tienen que ver con la comprensión del universo y de la existencia humana, que a veces puede resultar oscura, pero en la que siempre vamos a poder encontrar una luz”, afirma Caplliure.

“Trabajando a partir de las metodologías arriesgadas, concretamente desde la oracular, se me apareció la imagen de la oscuridad a través del hexagrama, que representa lo que en Occidente conocemos como eclipse. Así, se generó una consonancia para jugar con esa idea de la noche en el día y, precisamente esos juegos de inestabilidad, de ocultamiento de luz, era lo que yo quería trabajar a nivel conceptual, emocional, pero también matérico”, describe la comisaria.

El paisaje místico

Nada más penetrar en la primera sala nos reciben una serie de jardines poblados de estrellas y de flores que son los paisajes de Eduardo Martín del Pozo, con composiciones creadas a través de figuras geométricas que vagan desde la abstracción hacia lo figurativo o viceversa, a través de motivos que conectan con el lenguaje simbólico.

Eduardo Martín del Pozo. Galería Luis Adelantado. 'En las noches más oscuras lucen las más brillantes estrellas'
‘Fuentemilanos’, de Eduardo Martín del Pozo, en la Galería Luis Adelantado.

A continuación, encontramos una pequeña pieza escultórica de Cristina Spinelli, que se ensambla magistralmente con el misticismo de la sala, dialogando con el sentido simbólico de las otras obras a través de la materialización de unas rodillas, asociadas al acto de pedir, “de mostrar sometimiento, pero siempre por una trascendencia”.

Asimismo, en la parte central, encontramos la pieza más monumental de la estancia, una escultura en instalación de la artista Fuentesal Arenillas, de la que destaca especialmente su prominente verticalidad, generando una especie de garganta que tiene que ver con los patios de luces y el simbolismo de lo popular. “Las expresiones de esta primera etapa poseen un corte místico que viaja desde lo matérico hacia lo espiritual, pero con la vieja trascendencia de la materia”, revela Johanna Caplliure.

‘Ponerse un cojín de sombrero IV’, de Fuentesal Arenillas, en la Galería Luis Adelantado.

Así, partiendo de todo un aparato de conocimiento regular, pero que enlaza de manera exigua con todos los textos clásicos de la filosofía asiática, Caplliure se preguntó acerca de la relación con las diferencias dicotómicas entre lo oscuro, lo brillante, lo femenino, lo masculino, lo receptivo o lo que es acción.

El paisaje artificial

“Hay piezas que tienen atracción entre ellas y otras que, sin embargo, tienen como una ciudad resistente. Ese movimiento de fuerza y resistencia propio de la física cuántica me interesaba mucho, sobre todo por el hecho de que cuanto mayor es la atracción entre dos cuerpos significa que hay un campo energético de resistencia”.

“Esta contradicción –prosigue la comisaria– era la que me interesaba provocar a través de los artistas, que tienen energías muy fuertes, potentes y dispares entre ellos, así como sus obras, generando esos campos de atracción y de resistencia, jugando con esas mismas dualidades, de hecho, una de las provocaciones son esas lecturas evocativas o esas digresiones en el discurso, no solamente de la exposición, sino también de los propios artistas”.

‘–ya, pero eso no se lo puedes decir…’, de Pablo Capitán del Río, en la Galería Luis Adelantado.

La segunda sala queda vertebrada como un paisaje artificial, con piezas que hablan de la ciudad o que se aproximan a la idea de paisaje urbano, como la obra de Pablo Capitán del Río, que discute en relación a lo que acontece en la escultura desde lo poético, proponiéndonos algo evocador, a través de una pieza realizada con unas jaulas de lo que parecen ser jilgueros, pero que ofrece una clara distopía, tratándose realmente de edificios con viviendas aglutinadas. Esta atmósfera dicotómica de lo artificial y natural genera un quiebre que nos plantea un cuestionamiento también en relación a lo social, a través de la idea del objeto encontrado.

De nuevo, encontramos dos piezas de Cristina Spinelli: una escultura que parece evocar una gran flor, creada a través de la impresión y el recorte de códigos de imágenes guardados en el banco de datos de la artista; así, aquello que existe en el mundo real se convierte en algo intangible, que Spinelli lleva de nuevo a lo real bajo la forma orgánica del florecer, pero sin alejarse de esta idea del paisaje artificial que reina en toda la sala.

‘Sin título (un dolor)’, de Cristina Spinelli, en la Galería Luis Adelantado.

Asimismo, encontramos otra de sus piezas, que presenta un lenguaje dicotómico distinto a la anterior, bautizada por Caplliure como una especie de “rosario”, muestra un tono mucho más espiritual y arraigado dentro de la propia historiografía.

Además, encontramos las fotografías de amapolas de Antonio Menchen, que presentan un lenguaje muy cinematográfico y que se encuentran transferidas en pladur, material que perpetua este juego del paisaje artificial. “Por su parte, Mercedes Mangrané, nos presenta una serie de obras que trasladan al nudo del paisaje mediante el gesto pictórico, de lo gestual, de la pulsión que mueve en el acto casi de forma evocadora a través del propio cuerpo de la pintora. Así, vemos también presente la idea del paisaje artificial más allá de todas estas líneas, los corrimientos de pintura o los deslizamientos de la misma, que realmente están dentro de la propia tradición pictórica experimental”, relata Caplliure.

El paisaje natural
‘Vestido del bosque I’, de Belén Rodríguez, en la Galería Luis Adelantado.

Ya en la penúltima planta, nos asomamos a la obra de Belén Rodríguez, artista que ha ido experimentando con la utilización de telas y tintes naturales como los pigmentos ecoácidos, a través de los cuales se observa toda la trascendencia del cambio matérico en el que, a partir de lo artificial, se produce un regreso a la naturaleza que, en este caso, se vuelve hacia la abstracción, realizando siempre un constante eco de unas ideas sobre otras.

Consecutivamente, observamos una serie de relieves del artista Silvestre Moros, trabajados desde el cuestionamiento sobre el objeto y su representación mimética o sintética. Frente a él, de nuevo Belén Rodríguez, con una pieza en la que la trascendencia de la pintura se traslada al material textil.

Obra de Silvestre Moros en la Galería Luis Adelantado.

Por último, volvemos a encontrarnos con la pintura experimental de Mercedes Mangrané, mediante la que se perciben las emociones por las que transita la artista, a través de esos arrastres de pintura en las que se intuye su pulso y su emocionalidad, pero también la transmisión de las mismas.

“Es decir, la esencia de su obra no reside exclusivamente en el hacer, sino en la manera en que quiere mostrarlo”, aclara la comisaria.

Obras de Mercedes Mangrané en la Galería Luis Adelantado.

“Es un paso hacía el rumbo de la tradición pictórica del informalismo europeo, donde el empaste se genera de forma instintiva, pero irradiando una potente delicadeza por ser instrumento de las pulsiones de la propia artista”.

El paisaje mecánico
Obras de Eleni Gkinosati (izquierda) y Darío Villalba (derecha) en la Galería Luis Adelantado.

En la última sala, percibimos una inclinación hacia el expresionismo abstracto con la artista Eleni Gkinosati, que se alterna con las piezas de Darío Villalba, “dos estructuras mecánicas que parecen estar cobijando imágenes humanas, casi amortajadas y atarazadas por el relato de la tecnología, que nos hablan de la muerte a través de la velocidad; escenas de la marginalidad social que el artista ha conreado en gran parte de su producción”.

Por último, nos volvemos a encontrar con una obra de Pablo Capitán del Río, en la que también destaca este componente carnoso y corpóreo de la obra de Villalba.

‘Rusty’, de Pablo Capitán del Río, en la Galería Luis Adelantado.

‘En las noches más oscuras lucen las más brillantes estrellas’ es una experiencia reflexiva, emotiva, en la que la trascendencia de la percepción artística alcanza su máxima expresión; un recorrido simbólico, a la vez que sensible, donde los polos apuestos, pese a repelerse, conectan y se nutren de forma genuina. Muestra viva de que en el arte contemporáneo no hay nada contradictorio y por eso debemos “arrojarnos al abismo”.