MuVIM

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‘Falso. El arte del engaño o el engaño del arte’
Comisariado: Carmen Gràcia
Sala Parpalló
Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat (MuVIM)
Quevedo 10, València
Hasta el 3 de septiembre de 2023

Marisol Conde, comisaria jefe de la Policía de la Generalitat Valenciana, refiriéndose a las 6.105 obras de arte falsas decomisadas en los últimos 10 años por la Unidad de Patrimonio, y cuyo valor en el mercado estimó en 376 millones de euros, concluyó: “Hablamos del cuarto delito en cuanto a volumen de capital movilizado, solo por detrás del tráfico de armas, del de drogas y del de la prostitución”.

Amador Griñó, jefe de exposiciones del Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat (MuVIM) que acoge la muestra ‘Falso. El arte del engaño o el engaño del arte’, pensaba que la actividad delictiva relacionada con la falsificación de obras de arte se encontraba en tercer lugar, tras la de armas y la de drogas, puesto que así lo ha sostenido el Consejo Español de Peritos y Tasadores de Arte y Patrimonio Artístico (CEPTAPA), a través de su presidente Jorge Llopis.

Sea como fuere, lo cierto es que hablamos de tráfico de armas, de drogas, de obras de arte falsas y de mujeres, como simples objetos -todos ellos- destinados a un consumo que varía según los casos: el de armas, drogas y mujeres, socialmente repudiados, mientras que el de arte -según coincidieron todos los responsables de la exposición- todavía no genera la misma alarma social.

Obra de Banksy, en la exposición ‘Falso. El arte del engaño o el engaño del arte’, en la Sala Parpalló del MuVIM.

El peligro vinculado con el uso de armas, el consumo de estupefacientes y, no digamos, la mercantilización espuria del cuerpo femenino, desaparece cuando se trata de la falsificación de una obra de arte cuya dignidad se halla puesta en entredicho, ya sea por exceso -derivado del carácter cuasi sagrado que se le confiere- o por defecto -cuando se la rebaja a producto mercantil miserabilizado por determinadas prácticas de la sociedad del espectáculo-.

De hecho, como subrayó Antonio López, jefe de la Unidad de Patrimonio de la Policía de la Generalitat, la falsificación de obras de arte no está tipificado en el código penal español, donde se trata como simple estafa que deriva en “penas muy bajas” y que suelen quedar en “sanciones administrativas”.

Las 112 obras falsas que el MuVIM exhibe en la exposición comisariada por Carmen Gracia, y cuyo valor en el mercado alcanzaría los 52 millones de euros, pertenecen a artistas valencianos de la talla de Sorolla, Pinazo, Benlliure, Sempere, Lahuerta, Yturralde, Segrelles o Genovés, junto a las de Tiziano, Goya, Picasso, Modigliani, Warhol Tàpies, Úrculo o Banksy.

‘Marilyn’, de Andy Warhol, en la exposición ‘Falso. El arte del engaño o el engaño del arte’, en la Sala Parpalló. Imagen cortesía del MuVIM.

La detección de la falsedad de esas obras de arte requiere, como resaltó López, “de estudios científicos y de análisis de especialistas”, así como de una documentación rigurosa, puesto que la abundancia de la misma, per se, “no es garantía de su originalidad”. Todo ello, en el marco de una revolución tecnológica que si bien propicia nuevas técnicas para detectar falsedades, también “ha favorecido que a nivel mundial se mueva mucha obra falsificada”, subrayó el jefe de la Unidad de Patrimonio de la Policía.

Para Carmen Gràcia, el arte del engaño recogido en el título de la exposición “alude a las falsificaciones” y a la “habilidad de los que quieren engañar”, lo cual es posible “porque el arte auténtico se ha convertido en moneda de cambio”. “En la Edad Media nadie falsificaba, porque las obras carecían de autor”, añadió.

La muestra, que permanecerá en el MuVIM hasta el 3 de septiembre y que cuenta con una obra que se salva de la falsedad general, para que el público agudice su mirada a modo de juego didáctico, contiene una serie de indicaciones en torno, primero, a la pasión por las obras de arte antiguo, “porque lo antiguo se percibe como ennoblecido por el tiempo”, destacó Gràcia.

De izda a dcha, Carmen Gràcia, Amador Griñó, Rafael Company, Glòria Tello, Marisol Conde y Antonio López, durante la presentación de la muestra ‘Falso. El arte del engaño o el engaño del arte’, en la Sala Parpalló. Imagen cortesía del MuVIM.

También se alude a los artistas de la escuela valenciana y a la seducción que genera el arte contemporáneo, aunque no se comprenda, siendo este uno de los motivos por los que muchos compradores caen en las redes de los falsificadores. “Incapaces de reconocer sus limitaciones, pueden considerar como arte actual todo aquello raro, carente de sentido o mal hecho”, se subraya en este apartado de la muestra.

Las falsificaciones sobre papel y en bronce -un auténtico negocio- dan paso a la serie de métodos científicos que sirven para determinar la autenticidad de las obras. “No compres ninguna obra sin ir a un especialista del autor”, aconsejó López, quien apuntó a Sorolla, Pinazo y Benlliure como los artistas estelares en Valencia a la hora de ser objeto de falsificaciones de sus obras.

“Solo el arte es controlable. El arte y la masturbación”, dice Woody Allen en un momento de la película ‘Stardust memories’. Precisamente por eso, porque hay algo de onanismo placentero en el hecho de poseer una obra que otorga dicha y poder económico, por lo que los responsables de la Unidad de Patrimonio de la Policía de la Generalitat recomiendan prudencia.

Glòria Tello, diputada del MuVIM, quiso hacer extensible el interés de la muestra incluso a todas aquellas personas “que todavía no saben que sin arte viviríamos peor”. Otra cosa es la fascinación que ese arte provoca y que da lugar a la compra de obras falsas de las que se hace eco del museo valenciano. Como diría Oscar Wilde, las obras de arte -él se refería a los libros- “que el mundo califica de inmorales” -por falsas, cabe añadir- son las que “enfrentan al mundo a sus propias vergüenzas”.

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Obra de Modigliani, en primer término, y de Tàpies, al fondo, en la exposición ‘Falso. El arte del engaño o el engaño del arte’, en la Sala Parpalló del MuVIM.