Los Gondra

#MAKMAEscena
‘Los últimos Gondra (memorias vascas)’, de Borja Ortiz de Gondra
Dirección: Josep Maria Mestres
Teatro Valle-Inclán
Calle Valencia 1, Madrid
Del 13 de octubre al 21 de noviembre de 2021

Borja Ortiz de Gondra estudió Derecho en la Universidad de Deusto y dirección escénica en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid, y se trasladó a París, donde trabajó como ayudante de dirección en varios teatros públicos. Una época bohemia de escasos ingresos, libertad y aprendizaje, que recuerda con cariño; luego su vida dio un giro como traductor de la ONU en Nueva York, un apartamento en el Upper West Side y el afán de cristalizar su vocación de escritor y dramaturgo.

A su regreso a España, en 1995, logró su objetivo cosechando premios como el Marqués de Bradomín por ‘Dedos vodevil negro’, una comedia desquiciada que habla del sida, el desempleo juvenil y el desencanto de la izquierda, y fue un par de veces finalista del Nacional de Dramaturgia. En 2018, recibió el Max de Mejor Autoría Teatral por ‘Los Gondra (una historia vasca)’ y años más tarde el Lope de Vega por ‘Los otros Gondra (relato vasco)’.

Junto a ‘Patria‘ y otras obras de ficción como ‘Maixabel’, la saga que culmina este otoño es uno de los relatos de largo aliento que recapitula sobre el arduo proceso de reconciliación en una sociedad enfrentada y dolorida, que elige el perdón en vez de la venganza.

‘Los últimos Gondra (memorias vascas)’, de Borja Ortiz de Gondra. Foto: Luz Soria.

Ortiz de Gondra alcanzó la madurez como paradigma del hombre de mundo, políglota y cosmopolita, aunque “mi cosmopolitismo era una huida, la búsqueda de algo no resuelto”, confiesa. Al llegar al medio siglo de vida, con la percepción cada vez más acuciante del paso del tiempo, emprendió una tarea titánica: la recreación de la historia de su familia materna, los Gondra, a lo largo de los últimos cien años.

El resultado son tres obras dramáticas y una novela, ‘Nunca serás un verdadero Gondra’ (Literatura Random House), que conforman un mosaico de la realidad vasca a través de un microcosmos familiar repleto de secretos, desgarros y dramas. Cierra la saga ‘Los últimos Gondra (memorias vascas)’ que se estrena el 13 de octubre en la sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán, en cartel hasta el 21 de noviembre.

Una producción del Centro Dramático Nacional, dirigida por Josep Maria Mestres, con un reparto de dieciséis actores, incluido el propio Borja Ortiz de Gondra que se interpreta a sí mismo, y la actriz valenciana Victoria Salvador. “El reparto es muy diverso en cuanto a edades y estilos de actuación: desde veteranos e históricos del teatro como Sonsoles Benedicto y Antonio Medina hasta actores muy jóvenes, como Samy Khalil y Marc Bosch, pasando por nombres consagrados de la Compañía de Teatro Clásico, como Joaquín Notario y Pepa Pedroche.

Es hermoso verlos conformando una familia teatral y armonizando su manera de actuar. Y aunque quizás sorprenda la presencia de una actriz negra, Fenda Drame, su personaje responde a una realidad: la de la diversidad de las nuevas generaciones que ya forman parte de este país”.

‘Los últimos Gondra (memorias vascas)’, de Borja Ortiz de Gondra. Foto: Luz Soria.

La tragedia griega es para Ortiz de Gondra el culmen del teatro. “Las mejores obras escritas en el siglo V a.C. lo condensan todo sobre la naturaleza humana. Al emprender la escritura de la saga, que como siempre en mi caso es una carrera tras las ideas, un proceso orgánico, nunca me planteé un discurso político. Ser vasco profesional e intentar explicarse como tal es un trabajo muy duro, como dijo alguien. He preferido relatar la historia de una familia que bien podría ser la mía, y que lo es en parte, porque la historia está adobada de ficción. Un universo con grandes planetas que orbitan y colisionan entre ellos. En el fondo, el sempiterno conflicto entre Caín y Abel”.

‘Los últimos Gondra (memoria vasca)’ ocurre tras la muerte de Borja, el protagonista narrador, y se puede interpretar como una llamada de ultratumba a la reconciliación. En la casa ancestral de los Gondra en Algorta, el protagonista sueña o inventa el momento de su muerte rodeado de antepasados vengativos que le reprochan lo que ha hecho con la memoria familiar.  Acaba de descubrir la existencia de dos hijos gemelos: Iker, un activista que pronto saldrá de la cárcel reivindicando la lucha política, y Eneko, un escultor que vive en el extranjero sin preocuparse de pasados heredados.

Borja Ortiz de Gondra, en ‘Los últimos Gondra (memorias vascas)’. Foto: Luz Soria.

El primer montaje, ‘Los Gondra (una historia vasca)’, cuenta cien años de la familia de Algorta, desde las guerras carlistas hasta los ochenta; ‘Los otros Gondra (relato vasco)’ se sitúa en el presente y muestra cómo los supervivientes del clan tratan de cerrar las heridas de la violencia. ‘Los últimos Gondra (memorias vascas)’ plantea qué hará la generación más joven con el recuerdo de los dolores antiguos. ¿Construirán una memoria más sana o seguirán perpetuando eternamente los agravios que no conocieron?

Ortiz de Gondra sostiene que la ficción ayuda a cicatrizar las heridas. “No sé si las producidas por ETA están curadas, pero sí creo que ha pasado un tiempo prudencial para poder revisar aquellos años de plomo desde la subjetividad y con una mirada crítica. Me solivianta que muchos jóvenes que no los vivieron muestren absoluta indiferencia hacia el pasado reciente. Por eso he escrito estas obras”.

Cartel de ‘Los últimos Gondra (memorias vascas)’, de Borja Ortiz de Gondra.

Atribuye el gran éxito obtenido a la primera persona, a la autoficción. “El hecho de contar una experiencia muy personal, aunque esté aliñada de imaginación, hace que el público sienta que comparte un testimonio y eso llega más hondo. Creo que esa forma de relatar es la que se impone en nuestro tiempo”.

A pesar de los numerosos personajes e intrincadas tramas, los que no vieron los dos primeros montajes no tendrán problema para seguir el hilo agumental del tercero. “Los que sí los vieron reconocerán ecos, músicas y canciones de las anteriores y el perfume del euskera que impregna los diálogos, palabras sueltas inteligibles en el contexto cuando se representa fuera del País Vasco”, concluye Ortiz de Gondra.

Escena de ‘Los últimos Gondra (memorias vascas)’, de Borja Ortiz de Gondra, igualmente actor de la obra. Foto: Luz Soria.