Leila Guerriero. CaixaForum València

#MAKMALibros
‘Todos juntos ahora’
Con Leila Guerriero y Pol Guasch
Festival En otras palabras
CaixaForum València
Eduardo Primo Yúfera 1A, València
15 de mayo de 2025

“Una buena influencia sedimenta, hace una labor misteriosa y al final, como siempre, nos deja solos. Porque al escribir no pensamos en ella como una compañía; ni como una referencia ni como un soporte ni como una ayuda. Cuando escribimos somos un recipiente lleno de cosas, vaciándonos de a poco para quedar dispuestos a llenarnos otra vez”. Estas son algunas de las reflexiones que Leila Guerriero propuso en CaixaForum València, en el marco del Festival En otras palabras.

El festival de la Fundación “la Caixa” contó con la participación de la periodista y escritora argentina, reconocida por su estilo de periodismo narrativo muy personal, quien conversó con Pol Guasch, poeta y escritor capaz de construir, a través de la palabra, otros mundos posibles.

Leila Guerriero. Pol Guasch. CaixaForum València

De este modo, ambos autores propusieron una serie de reflexiones con respecto a la escritura, el periodismo y los orígenes: los torpes comienzos, las revelaciones que van formando la forma particular de hacer arte, el proceso de maduración conforme se va creciendo y las influencias como fuerzas inspiradoras.

El diálogo empezó con la lectura de un texto escrito por Guerriero en torno a la naturaleza de las influencias. La periodista defendió que estos influjos literarios, personales, culturales y accidentales marcan la vida y el trabajo de los escritores. Además, lo justificó mostrando cómo estos se infiltran en el estilo, la mirada y el tono de los autores.

Para la escritora argentina, “las influencias no se eligen, sino que llegan de forma accidental y pasan a formar parte de nosotros de manera involuntaria”. Y, en muchas ocasiones –prosiguió apuntando Guerriero–, características y formas de expresión que creemos que nos pertenecen y que hemos creado nosotros mismos, realmente, son el resultado de consumir otros autores, artistas o personalidades a lo largo de nuestra vida. A ella le ocurrió, por ejemplo, con la influencia del escritor estadounidense Richard Ford.

El texto, titulado ‘Todos juntos ahora’, pretendió mostrar que este tipo de referencias son huellas invisibles que nos moldean, pero que se pueden considerar elementos vitales e inevitables que, con el tiempo, nos acercan más a nuestro propio estilo.

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Después de la lectura reflexiva de Guerriero, Pol Guasch comenzó su intervención abordando la idea de origen. Para ello, le planteó a la escritora si tuvo momentos fundacionales en la infancia que la llevasen donde está ahora; y si esos momentos hicieron que se decantara hacia la no ficción más que hacia otros géneros literarios.

La periodista explicó que la mayoría de miembros de su familia se habían dedicado a labores más técnicas, pero que siempre se consumían diarios y suplementos culturales que circulaban por las diferentes casas de los Guerriero. Además, su abuela tenía una habitación, a la que llamaban ‘el archivo’, llena de revistas, tebeos, novelas gráficas. Todo esto fue el punto de inicio en su desarrollo como escritora y consumidora de literatura.

Respecto a la segunda cuestión, Guerriero respondió que “no sospechaba que me iba a dedicar a escribir no ficción, pero desde que empecé con ello dejé de escribir ficción por completo, como si hubiera tenido un encontronazo con un hallazgo o un deslumbramiento”.

También pusieron el foco del diálogo y la reflexión en el concepto de escritura como una acción perfecta o imperfecta. Guasch planteó que muchos de los referentes expuestos por Guerriero son figuras o referentes influyentes imperfectos. Asimismo, comentó que tiene la sensación de que la periodista argentina es una lectora a la que le gusta la literatura imperfecta. “Una novela redonda, perfecta, donde todo funciona sin fallas, te puede interesar, pero vas más allá”, subrayó el poeta.

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En este punto, Guasch le planteó el interrogante acerca de su forma de lidiar con la idea de perfección o imperfección a la hora de escribir historias de no ficción, ya que estas se deben mucho a la realidad y a la idea abstracta de verdad.

En su respuesta, Guerriero destacó que, para ella, “hay puntos de imperfección que hacen las cosas más hermosas, pero son imperfecciones involuntarias”. Añadía que a ella lo que le molesta es “la pretensión de hacer el trazo torcido allí donde no tiene que ir torcido. Es decir, imperfecciones controladas en algún punto, donde los autores son conscientes de algo que está mal hecho. Por ejemplo, un libro con una estructura que no funciona o una película que tiene un personaje que no se entiende”.

El diálogo finalizó con una reflexión sobre la necesidad de erradicar la idea de verdad como algo elevado y absoluto. La verdad, para Guerriero, es una especie de conclusión, aunque la escritora defendió que la realidad es muchas cosas al mismo tiempo. Por tanto, que el periodismo llegue a este tipo de conclusiones de qué es bueno o qué es malo es prácticamente imposible. “Cuando hablamos de verdad pienso que hablamos de una especie de veredicto”, apostilló.

Y esa, dijo, no es su intención como periodista, porque todo en la vida está mezclado. De ahí que sintiera un profundo respeto hacia la sutileza y la contradicción humana, así como hacia las distintas versiones de las cosas. “No limpiar la realidad como queremos solo porque nos arruine el relato; en la contradicción está la verdadera realidad del asunto”, concluyó Guerriero.