Laura Castelló

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Entrevista con ilustradora Laura Castelló

Nos encontramos por primera vez en su casa, donde tiene su pequeño estudio de arte. La ilustradora Laura Castelló vive en uno de esos antiguos edificios de Ruzafa, con techos altos y portones que dan la sensación de lujo nada más entrar.

Al llegar nos saludamos con dos besos; no me sorprendió en absoluto que fuera tan acogedora pues desde el primer momento, en el tiempo que mantuvimos contacto por redes sociales, siempre se mostró cercana a través de la pantalla. Subimos a aquel tercer piso en ascensor y sentí una pequeña desilusión de que no fuera ni parecido al que sale en la emblemática película ‘Mientras duermes’, de Jaume Balagueró.

Crucé su largo pasillo intentando captar cada pequeño detalle. Eran las once de la mañana y ya me había tomado dos cafés. Con un vaso de agua cada una, nos sentamos en la mesa del comedor a hablar, puesto que detrás tenía su zona de trabajo. Las tazas eran de cerámica y pintadas de colores pastel. La mesa era de madera y en el centro había colocado un jarrón con tres girasoles (en sus últimas).

Al frente, y haciendo una falsa sensación de continuidad de la casa, se hallaba un ventanal orientado a un gigantesco patio de luces blanco. “Me encanta esta casa, la luz es increíble y puedo trabajar a casi cualquier hora”, me dijo Laura como diciéndoselo a sí misma. Tiene la típica casa de artista, pensé.

Laura Castelló organiza varias ilustraciones en su estudio. Foto: Magdalena Borkowska.

El arte siempre estuvo presente en su vida, recibió gran apoyo de su padre cuando decidió que en lugar de estudiar Psicología se quería dedicar en cuerpo y alma a seguir dibujando. “Todos los niños dibujan de pequeños y en algún punto dejan de hacerlo; yo fui una de esas niñas que continuó dibujando siempre”, cuenta Laura Castelló.

Nació el 11 de abril de 1983 en Castellón, se licenció en la carrera de Bellas Artes en la Universitat Politècnica de València, donde luego se especializó en Ilustración Profesional. “Mi madre ha pintado toda la vida. Siendo enfermera se puso a estudiar dibujo lineal, así que de repente mi casa estaba llena de arte”.

‘Selva’, uno de los trabajos de la ilustradora. Imagen cortesía de la artista.

Con veinticinco años y recién graduada del máster, Laura envió su currículum a una empresa proveedora de Inditex en Barcelona tras ver una de las ofertas que habían lanzado en un portal de trabajo. Allí se quedó un año de su vida siendo una de las diseñadoras de Zara y Pull & Bear. Ciertamente, fue una gran oportunidad en su carrera, pero el estilo de trabajo no cuajó con la filosofía de vida de una joven ilustradora dispuesta a comerse el mundo del arte.

“Cuando entré, mi encargado me dijo: ‘Aquí somos churreros, tendrás que producir todo el día’. Y, realmente, la capacidad de creación se iba agotando”. Fue donde aprendió a ser versátil y a tratar con un cliente cada vez más exigente.

Portada del libro ‘Queen’, con ilustración de la artista y editado por Reservoir Books Kids.

“Cuando yo estaba en Barcelona, en València se iba creando un movimiento de fanzines del arte, algo underground que antes no había y que a mí me gustaba mucho”. Después de doce meses, la ilustradora decidió no volver a renovar el contrato y retomar lo que había dejado atrás en Valéncia. “Yo quería ser autora de lo que hacía y dirigir mis proyectos para hablar de mis historias, sin que suene egocéntrico”, confiesa Laura Castelló, al tiempo que mira al jarrón de girasoles. También revela, off the record, algunos secretos del mundo de Inditex y enseguida cambiamos de tema.

A las pocas semanas de volver, comenzó una larga colaboración con Ultrarradio Ediciones, una pequeña empresa que lanzaba un stock limitado de libros de ilustración de artistas seleccionados. En 2013, publicó ‘Brackets’, su primera obra editada y dedicada íntegramente a analizar la adolescencia desde un punto de vista emocional. “Siempre me ha interesado esta época en la vida de una persona porque es el punto donde no eres ni adulto ni niño y se producen cambios muy importantes que te marcan para siempre”, afirma Laura. Hablar sobre esta etapa de su vida le interesa especialmente, como si el cambio fuese su motor artístico.

laura castello, ilustradora
Libretas sobre diversidad de pareja para la marca Recuerding.

“El arte es una carrera de fondo que requiere dedicación, trabajo y constancia; es algo que he ido aprendiendo con el tiempo”, sentencia Castelló con pleno convencimiento. En su estilo predominan los trazos en lápiz sencillos, formas que destacan por lo simple y que, a menudo, esconden una reflexión sobre la soledad, el amor y la amistad.

Con los años, su forma de conectar con el arte ha ido cambiando, ahora ha dejado atrás la estética y la búsqueda de las formas que la definen. “Con el tiempo he ido perdiendo el miedo y mi dibujo es más honesto, controlar las formas significa querer disfrazarlas”, trata de explicarme después de una larga pausa. Ahora ya no busca la aprobación del espectador, sino una conexión más fuerte y un contenido más elaborado.

Desde que empezó con Facebook, a principios de la década pasada, Laura Castelló trabaja mucho con las redes sociales y se ha hecho fiel usuaria de Instagram, Twitter y Pinterest: las utiliza como vía para hacer llegar su arte al público. También maneja su propia página web, donde vende sus cuadros originales, prints y pequeños trabajos de colaboración que ha ido haciendo con los años, como la edición especial de Amstel de 2019, donde colaboró como una de las ilustradoras para las etiquetas especiales con los diecinueve distritos en los que se divide la ciudad costera. “No conozco a nadie que viva solamente de pintar, como artista haces encargos”.

Mural de la artista en el Festival de Les Arts de València, en 2018.

En 2021, publicó con Lunwerg Ediciones su novela gráfica ‘Vestidas para la revolución. La liberación de la mujer a través de la moda‘, su proyecto más ambicioso hasta el momento y con una importante acogida en el mundo del arte.

Actualmente, la ilustradora busca solamente trabajos que impliquen colaboraciones y afirma que la cuarentena de 2020 le cambió su forma de ver el trabajo. “Pasé una época muy larga de trabajar sola; me di cuenta, en ese momento, de que mi vida antes y durante el encierro era exactamente igual”, cuenta a modo de introducción de su nuevo proyecto artístico-social. “Quiero trabajar con la gente, sobre todo con quienes no tienen acceso al arte. Tengo un proyecto para colaborar con cárceles y asilos”, anticipa sin desvelar demasiado de lo que está por venir.

Ahora también tiene su propio taller de diseño de ropa; es parte del proceso de sanar la herida que le dejó haber trabajado para una gran multinacional. “Trabajamos con chaquetas y vaqueros de segunda mano que pintamos aquí. De Inditex me vino el interés por la moda y su relación con el arte”.

Nos levantamos para hacer un par de fotos de perfil y algunas más de su estudio. Fotografío los girasoles. Confieso que me han obsesionado durante toda la entrevista; tienen un algo poético: el proceso de la muerte (puede). Recogemos todo y bajamos juntas porque a Laura le está esperando una amiga para comer. Nos damos las gracias y nos despedimos. Cada una por su camino.

Los poéticos girasoles de Laura Castelló. Foto: Magdalena Borkowska.