Laia Abril

#MAKMAArte
‘On healing’, de Laia Abril
Premio artista destacada por el Ajuntament de València
Premio adquisición Colección Kells
Premio adquisición Colección La Escalera
Abierto València 2023
Set Espai d’Art
Plaza del miracle del mocadoret 4, València
Hasta el 17 de noviembre de 2023

Dice en su serie ‘Silent song’, que sirve de leitmotiv de su exposición ‘On healing’, que desde que tenía 16 años ha estado evitando la música en vivo. “Un diagnóstico abrupto sobre mi audición presagiaba una pérdida gradual”, de manera que, a Laia Abril, reciente Premio Nacional de Fotografía 2023, no le quedó más remedio que tomar distancia con la música en conciertos para evitar el ruido ambiente.

“Instintivamente, utilicé mi cerebro para llenar los vacíos, imaginando lo que significaban y reemplazándolos con imágenes y sensaciones”. Así fue como se puso a la escucha de cuanto la rodea, traduciendo aquello que la perturba, en forma de fotografías que esconden cierto trasfondo demoledor, mientras en la superficie de las imágenes aflora un destilado poético.

Ya sea la menstruación y sus mitos oscurantistas; las violaciones; las histerias colectivas provocadas por cierta represión que aúlla en los cuerpos de mujeres que se desvanecen en grupo, e incluso la historia del o de la asesina en serie Manuel o Manuela Blanco Romasanta ‘Lobismuller’, son temas tratados por Laia Abril mediante una serie de imágenes que sugieren una turbiedad ausente, pero sin duda visible en las iconografías representadas.

No se trata, en el caso del conjunto de fotografías reunidas en la galería Set Espai d’Art de València, de meter el dedo en la llaga, sino de sentir la llaga afinando la mirada que la propia Laia Abril pone al servicio de cada una de las historias, para que sean las huellas depositadas en ellas las que nos guíen hacia el foco de dolor que irradian sin necesidad de torpes subrayados.

‘Silent song’, de Laia Abril, en Set Espai d’Art.

“A través de una serie que es completamente personal [Silent song], recojo esa mirada para revisitar mis otras series o partes de mis otros trabajos vinculándolos con textos en primera persona, que normalmente no suelo hacer, porque lo que trabajo es la entrevista de testimonio o textos más históricos o de contexto”, comienza diciendo Laia Abril, mientras recorremos con ella la exposición por la que el jurado de Abierto València decidió otorgarle el premio a la artista destacada, que concede el Ayuntamiento de València.

“‘On healing’ tiene que ver con la forma en que utilizo la fotografía como una forma de alquimia o de sanación. A partir de un tema musical del compositor holandés Ruben Samama, yo visualizo las frecuencias con un algoritmo creando estas piezas más cinéticas que fotográficas. Se trata de visualizar el silencio o la falta de sonido”, apunta la artista frente a las ocho piezas lumínicas que generan cierta atmósfera zen.

“Me gusta provocar en la gente y en mí misma cierta sensación de incertidumbre a través de unas imágenes en las que no sabes exactamente lo que sucede, que te obligan a leer, a pensar y, en este caso también, es una especie de auto ejercicio. Parece el reflejo de un bosque japonés. En el fondo, tiene ese elemento de paz que yo busco mucho; acallar el ruido y crear un poco de sosiego para entender aquello que estoy tratando”, subraya, quién sabe si cansada de ese otro ruido ambiental conformado por el alboroto mediático.

Tres piezas de la serie ‘On rape’, de Laia Abril, en Set Espai d’Art.

De ‘On rape’, el segundo capítulo de su proyecto ‘Una historia de la misoginia’, dice la artista que surgió de la noticia de la sentencia por el caso de La Manada, “cuando se produce esa sensación de fallo institucional brutal”. En lugar de fotografiar a las víctimas, quiso mover el foco y colocarlo en las instituciones para revelar sus fallos, mostrando prendas representativas de esas instituciones a las que apunta con su cámara poética: la iglesia, el matrimonio y el ejército. “Son piezas en tamaño real para que tú formes parte de esa problemática social, de manera que no habla de violación, sino de cómo las instituciones silencian, acallan o distorsionan”.

Laia Abril dice que, de nuevo, se trata con estas fotografías, “no de sanar a las personas, porque no puedo, pero sí de encontrar algo de paz o de serenidad en medio de este caos provocado por tanta violencia. En la propia metodología veo un poco esa intención de transformar, de intentar crear espacios de reflexión”.

Deja claro que ella se aleja de esa idea del documentalismo que pretende salvar el mundo con una foto, “porque me parece muy pretencioso y hasta muy peligroso, aunque, desde luego, a mí me transforma y quiero creer que a las personas que están en el proceso conmigo les pueda servir de alivio, aunque sea momentáneo”.

‘Histeria masiva’, de Laia Abril, por cortesía de Set Espai d’Art.

Con ‘Histeria masiva’, Laia Abril descubre un fenómeno “fascinante”, que, entre otros ejemplos, sitúa en Camboya, donde miles de mujeres se llegaron a desmayar inexplicablemente mientras trabajaban en fábricas de confección. También habla de un internado en México, con 600 niñas que, de golpe, pierden la capacidad de caminar.

“Hay una teoría que habla de que puede ser un protolenguaje de protesta que, inconscientemente, usan grupos que no tienen posibilidad de rebelarse, de manera que su cuerpo, directamente, se apaga, desmayándose literalmente. Es muy enigmático que esto pase colectivamente”, resalta.

En este caso, Laia Abril juega con lo onírico y lo surrealista, porque se trata de una pieza que habla de la interpretación de los sueños de las niñas. “Es una fotografía y es una serigrafía, porque a mí el concepto de duplicación que ofrece la serigrafía, al no ser nunca exacta, me permitía traducir esa misma sensación de resistencia a no ser cada niña igual que la otra”.

En primer término ‘Shark’, de la serie ‘Mitos de la menstruación’, en Set Espai d’Art.

Para realizar su serie en torno a los ‘Mitos de la menstruación’, se fijó en los anuncios de compresas, “donde nunca sale el líquido rojo, siempre es azul, y la única vez que se puso rojo fue en una ilustración en 2011 y, más recientemente, en un anuncio australiano, liándose un gran escándalo. He jugado con la historia de la publicidad, con los colores rojo y azul, desde un punto de vista sarcástico e irónico”.

‘On healing’ se cierra -por decirlo de alguna manera, porque las series de Laia Abril están íntimamente conectadas y abiertas a un progresivo desarrollo ulterior en otras temáticas- con ‘Lobismuller’, centrado en el citado caso de Manuel o Manuela Blanco Romasanta. “Que, en una aldea gallega, en medio de la nada, tu padre, el cura del pueblo o el médico, te traten como a un monstruo, no sé hasta qué punto acaba produciendo que te conviertas en uno”, apunta Abril.

Imagen de la serie ‘Lobismuller’, de Laia Abril, por cortesía de Set Espai d’Art.

 Y añade: “Para abordar esa dualidad entre el hombre y la mujer, el lobo y lo humano, hago un recorrido por todo el paisaje donde él asesinaba, mostrando esa dualidad en la naturaleza. Murió de cáncer en la prisión de Ceuta, pero, si tú preguntas, todavía hay gente que dice que sigue en forma de lobo por las montañas o que fue asesinado con una bala de plata que no existe. En fin, historias”.

“Todas las fotografías son memento mori”, le digo que sentenció la ensayista y escritora Susan Sontag. Laia Abril ríe: “¡Qué bueno!, ¿eso ha dicho Susan Sontag?” Y, a modo de conclusión, señala: “Mi idea es que el espectador forme parta de la experiencia que le propongo, intentando crear vínculos emocionales con el público. Me inspiro en los textos para crear una imagen en mi cerebro, que luego realizo con el fin de mostrar lo invisible o lo que no se quiere ver”.

Laia Abril
Laia Abril, entre dos de las piezas de su serie ‘On rape’, en la galería Set Espai d’Art.