Cortos Goya

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Cortometrajes valencianos
Premios Goya 2022
Filmoteca de València
Plaza del Ayuntamiento 17, València
Martes 9 de noviembre de 2021

La violencia, ya sea tomando el camino de la destrucción o apuntando en la dirección opuesta, como fuerza necesaria para contenerla, está en el ADN del ser humano. Nacemos con violencia, saliendo al mundo entre lloros, y no hacemos más que lidiar con ella a lo largo de nuestra vida, fruto de la pulsión que nos habita, dando lugar tanto a grandes creaciones artísticas como a peligrosos delirios autodestructivos. Violencia que, en diversas formas, hermana a los siete cortometrajes valencianos que han iniciado el camino hacia los Premios Goya 2022, que se celebrarán en febrero en el Palau de les Arts de Valencia.

La Filmoteca de Valencia acogió el pase de las películas, con presencia de sus autores, dando la oportunidad a los académicos y a los medios de comunicación a interesarse por sus propuestas. Tres de los cortometrajes son de animación: ‘Umbrellas’, de Álvaro Gómez y José Prats (Bígaro Films); ‘Proceso de selección’, de Carla Pereira (TV ON), y ‘Oddity’, de Ana Juesas y Germán Chazarra (Barrerira Arte y Diseño). Y los otros cuatro, de ficción: ‘Stanbrook’, de Óscar Bernácer (Nakamura Films y Nephilim Producciones); ‘Mindanao’, de Borja Soler (Caballo Films y Filmeu); ‘Dana’, dirigida y producida por Lucía Forner Segarra, y ‘Tótem loba’, de Verónica Echegui (Estela Films y Pólvora Films).

Finalmente, dada la ausencia de académicos y la escasez de medios, los responsables de los cortometrajes fueron explicando sus propuestas, tras el pase de las películas, animados por la proyección de sus respectivos trabajos en una gran pantalla de cine. “El corto es una posibilidad maravillosa de explorar lo que sientes y formarte una voz como creador”, señaló Ana Juesas, mientras Llorena Lluch, productora de ‘Mindanao’, puso el acento en la creatividad de todos los filmes: “Estamos teniendo la visibilidad del talento valenciano a través del corto y no mediante el largometraje. Y ahí lo dejo”.

Fotograma de ‘Proceso de selección’, de Carla Pereira.

‘Proceso de selección’ fue el primero de los cortometrajes proyectados. Una ‘stop motion’ de tres minutos y medio “intensa en tan poco tiempo”, subrayó la productora Paloma Mora, que pone en escena, tal y como se alude en el título, la entrevista para un puesto de trabajo, mediante unos personajes animados, en clave esperpéntica y gestualidad picassiana. “El humor puede ocultar una tragedia”, destacó su directora Carla Pereira, refiriéndose al “sentimiento de inadecuación” experimentado por los seres humanos y que Freud sintetizó hablando del “malestar en la cultura”.

El personaje entrevistado así lo manifiesta cuando se le pregunta por sus debilidades, dando lugar a una sincera proclama en torno a la angustia existencialista. Angustia seguida de cólera que quedará en suspenso, tras asistir a las excusas de los entrevistados por haberle obviado por culpa del móvil. El cartel de un volcán, situado justo a sus espaldas, cambiando de estado, reflejará a su vez las transformaciones del propio entrevistado. ‘Proceso de selección’ condensa en poco tiempo un gran abanico de sentimientos. “Es una función catártica”, resaltó Pereira.

‘Umbrellas’, de Álvaro Gómez y José Prats.

‘Umbrellas’, según precisó su productor Ramón Alós, narra “la relación del poder sobreprotector de un padre con su hija”. Hija que, en lugar de venir al mundo traído por las cigüeñas, caerá del cielo transportada por unos fabulosos paraguas aéreos. Como llegó en medio de la lluvia, que se filtraba por un agujero del paraguas, la niña deberá superar el trauma que le ocasiona continuamente el clima lluvioso. De nuevo la violencia, en este caso sentida como una fuerza exterior que atemoriza a la protagonista del corto menos turbio de los presentados.

Fotograma de ‘Oddity’, de Ana Juesas y Germán Chazarra.

“No es la típica historia de amor, porque el perfil de la mujer está cambiando”, señaló Juesas, con respecto a ‘Oddity’, filme producido por la escuela Barreira. Tanto está cambiando, que ese perfil en realidad es un doble perfil en un solo cuerpo de mujer, que aparece así desdoblado en una sola figura. Dos mujeres en una, porfiando por Tom, el músico que con su singular piano las atrae en el marco de un universo circense. “Es la historia de la gente que no está acostumbrada a triunfar”, añadió Juesas de un corto que va in crescendo hasta el violento estallido final.

Fotograma de ‘Stanbrook’, de Óscar Bernácer.

‘Stanbrook’ inició el apartado de los cortos de ficción, para contar la historia real de los miles de personas que, desesperadas, aguardaban en el Puerto de Alicante su salida de España en el carguero británico que da nombre a la película, en el contexto del final de la guerra civil. Miles de personas angustiadas por el avance de las tropas nacionales que las asediaban. La decisión del capitán Dickson de zarpar sin poder acoger a toda esa gente capitaliza el punto de vista de la narración.

“Es una reflexión sobre la figura del refugiado, habiendo tenido nuestro pasado de emigración durante la guerra civil”, apuntó Bernácer, focalizando la atención en ese capitán que salvó a 3.000 personas y cuya historia “apenas se sabe”. Con ese carácter de “dignificación de nuestra memoria colectiva”, nace ‘Stanbrook’, una película que narra la pesadumbre con un blanco y negro de gran potencia visual, únicamente pasada al color en la declarativa secuencia final.  

Fotograma de ‘Mindanao’, de Borja Soler.

‘Mindanao’ es una historia “que os habrá sonado cercana’, advirtió Lluch. En ella, basta un poco de atención para percibir que se trata de los últimos instantes de la vida de la que fuera alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Sin embargo, más allá de tan palmario contexto político, la película pretende narrar las peripecias de una mujer acosada por la corrupción que, de pronto, rememora un pasaje de su más tierno pasado. Con una Carmen Machi “soberbia”, el relato se adentra en tan turbio personaje “desde el respeto y la empatía”, explicó Lluch.

Fotograma de ‘Dana’, de Lucía Forner Segarra.

El pánico a salir a la calle que, en algún momento de su vida, ha sentido cualquier mujer es el detonante de ‘Dana’, película con la que Lucía Forner ha hecho catarsis de una experiencia propia en torno al acoso sexual. La protagonista, encarnada por Thaïs Blume, está a punto de ser violada en plena calle, cuando, en defensa propia, no le queda más remedio que matar a su violador. A partir de ahí, la trama gira para adentrarse por los vericuetos de una incipiente asesina en serie.

A pesar del drama, Forner reconoce que quiso canalizar la rabia que se le quedó, tras su propia experiencia, haciendo esta película con algunos toques de humor, como la mascarilla que se pone la protagonista para protegerse de la sangre salpicada sobre su cara cada vez que mata a un agresor. ‘Dana’, realizada con las tripas, plantea de forma racional el alcance de la pulsión vengativa más allá de la ley, mostrada en su incapacidad para resolver un asunto que requiere poner en juego una mayor diversidad de parámetros psicosociales.

Fotograma de ‘Tótem loba’, de Verónica Echegui.

La actriz Verónica Echegui (‘Yo soy la Juani’, Bigas Luna) es quien dirige ‘Tótem loba’, película con la que se cerraron las proyecciones de los cortos valencianos en la Filmoteca. En las fiestas de un pueblo, se celebra una singular “cacería” de los jóvenes hacia las muchachas, que huyen despavoridas. Una de estas muchachas, ajena a tan singular tradición, vivirá con pánico tamaño acoso, hasta que descubra, efectivamente, que esos jóvenes tan solo juegan, sin querer hacerle daño.

Echegui se sirve de la tradición popular para ponerla en solfa, mientras en paralelo descubrimos que, a su vez, algo del despertar sexual de la joven protagonista se halla en juego. La violencia, una vez más, revelando las contradicciones del ser humano enfrentado a sus propios miedos.

Sobre las opciones de estos siete cortometrajes, que compiten junto a otros 28 (diez en el apartado de animación, diez en documental y 15 en la categoría de ficción) para la selección final de los que optarán a los Goya 2022, Óscar Bernácer subrayó que ahora eran los académicos quienes tenían que elegir, dando por descontado el “alto nivel de los cortos valencianos”. Nivel que, según Lucía Forner, debía contar con un doble apoyo: “el de las subvenciones, pero también el de poder contar con salas de cine donde poder exhibirlos, como sucedía hace unos cuantos años”.

Fotograma de ‘Dana’, de Lucía Forner Segarra.