‘El desentierro’, de Nacho Ruipérez
Ganadora de seis estatuillas en la primera edición de los Premios del
Audiovisual Valenciano
Teatro Principal de Alicante
Viernes 16 de noviembre de 2018

La película ‘El desentierro’ “habla sobre la verdad”. Con estas palabras presentó el director Nacho Ruipérez su ópera prima, tras la proyección en el marco de la actividad ‘Encuentros con profesionales’, organizada por el profesor de Producción Santiago Maestro y director del departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad de la Universidad CEU-Cardenal Herrera. Ahora bien, ¿de qué verdad habla este thriller?

‘El desentierro’ se inicia con el encuentro de dos amigos y, además, primos hermanos, Jordi (Michael Noher) y Diego (Jan Cornet), en el funeral del padre de Diego, conseller de la Generalitat muerto en un accidente de tráfico.

Fotograma de 'El desentierro', de Nacho Ruipérez.
Fotograma de ‘El desentierro’, de Nacho Ruipérez.

Un entierro, el del padre de Diego, que abocará a la trama hacia el desentierro del cuerpo del padre de Jordi. De ahí el título de la película. Un título que describe no sólo un suceso concreto de la trama, sino que expresa el sentido latente del largometraje.

La acción de enterrar y desenterrar al padre muerto llevará a los protagonistas a enfrentarse con la verdad de unos acontecimientos ocurridos hace veinte años. La trama, configurada como un juego de muñecas rusas, irá destapando, desde diversos puntos de vista, la verdad de esos acontecimientos.

La investigación policial, propia de un thriller, llevará a los dos primos a ir desvelando una trama de corrupción urbanística y prostitución, en la cual sus respectivos padres estuvieron involucrados. Los protagonistas, por tanto, se verán confrontados a toda una recopilación de pruebas y testimonios que dejará al descubierto una  verdad objetiva sobre el pasado de sus ascendientes.

Fotograma de 'El desentierro', de Nacho Ruipérez.
Fotograma de ‘El desentierro’, de Nacho Ruipérez.

Una verdad desgarradora no por objetiva, sino por dejar patente la otra verdad, la subjetiva, aquella que moviliza los deseos y las ilusiones de cada sujeto, de cada protagonista, y que poco tiene que ver con la otra verdad.

En ‘El desentierro’ comparece esa verdad subjetiva que apesadumbra a los protagonistas por estar arraigada al espacio familiar.  Una verdad que ha revelado los deseos y las ilusiones más nobles o innobles de cada personaje.

Desenterrar el cadáver del padre y, con él, la verdad, supone enterrar, paradójicamente, al padre. Implica desprenderse de los fantasmas tormentosos del pasado familiar para iniciar un camino hacia el futuro. Y ‘El desentierro’ habla de esa verdad: aquella que emerge cuando el pasado familiar se desentierra.

Fotograma de 'El desentierro', de Nacho Ruipérez.
Fotograma de ‘El desentierro’, de Nacho Ruipérez.

Begoña Siles