#MAKMAEscena
‘La Fallera Calavera’, de Enric Aguilar y Eduard Costa
Dirección: Eduard Costa
Floc Teatre
Intérpretes: Mila Fernández, Pau Blanco, Jano de Miguel, Myriam Garcés y Amadeo Llach
Sala Russafa
Dènia 55, Valéncia
Hasta el al 27 de febrero de 2022
Las Fallas son ese tipo de fiestas barrocas, excesivas y sensuales que no dejan a nadie indiferente. De las que nadie sale indemne. En vísperas de la Cridà, unos las esperan con ansia, tras dos años de parón pandémico, y otros con terror pánico por el follón que se organiza. Unos y otros disfrutarán por igual con la ‘La Fallera Calavera-Versión Teatral‘, una comedia basada en el personaje creado, en 2014, por Enric Aguilar que sube a escena en la Sala Russafa dentro del XI Cicle de Companyies Valencianes. Dirigida por Eduard Costa, es la puesta de largo de la compañía Floc Teatre.
“Soy fan de Tim Burton e inspirado por su personal estética creé a ‘La Fallera Calavera’, en 2008, mientras estudiaba”, recuerda Aguilar, licenciado en Comunicación Audiovisual. “Primero hice un cortometraje en stop-motion y luego se me ocurrió el juego de cartas del que se han vendido más de 65.000 unidades, sobre todo entre los universitarios, y más tarde escribí la novela juvenil para Sembra Llibres. La Fallera cambió mi vida, pues por ella me dedico a diseñar juegos, una ocupación muy estimulante y creativa”.
La versión teatral fue una propuesta de Amadeo Llach, miembro de Floc Teatre, a partir de la cual Aguilar y el director Eduard Costa han trabajado a dúo y a fondo durante diez meses. “Convertir los personajes de Enric en personajes de carne y hueso tenía su complejidad, pero ha sido muy divertido y, además, él es muy condescendiente”, apunta Costa, director y coautor de la pieza. “Necesitaba también conocer mejor algunos de los referentes de la cultura popular y del folclore valenciano que aparecen para poder hacer sátira y encajarlos bien en la nueva trama”.
Durante una mascletà, un cohete impacta en el corazón de la fallera mayor, que muere en el acto en el balcón del Ayuntamiento, un trágico suceso que los políticos intentan tapar con una sucesión de grandes eventos. La versión teatral se sitúa en 2070, en una ciudad gobernada por la resucitada Alcaldesa Perpetua, quien pretende construir un imperio basado en el despilfarro y en grandes eventos, pervirtiendo elementos culturales como la paella, condenada a convertirse en un simple arroz con cosas, algo que no puede permitir La Fallera Calavera, que regresa del más allá para reclamar orden y justicia.
Le acompañan la Reina de Les Festes de Castelló y la Bellea del Foc d’Alacant, un trío de zombis folclóricos que necesitará la ayuda del público y de personajes icónicos como DJ Ximo, Monleón y sus Monleonetes, La Dama d’Elx, Jaume I o El Capità Moro d’Alcoi, en una disparatada revisión de los rasgos identitarios.
El fuerte contraste que existe entre la estética poética y siniestra de Tim Burton y una fiesta en la que predomina la luz, el ruido y el color, es una de las claves de esta sátira en la que la crítica política subyace bajo capas de humor. Una estética singular que se plasma en el montaje mediante las máscaras realizadas por Lorena Comín, con las que los actores adquieren las proporciones y apariencia de las ilustraciones de las cartas. Los cinco intérpretes –Mila Fernández, Pau Blanco, Jano de Miguel, Myriam Garcés y Amadeo Llach- se desdoblan para dar vida a doce personajes.
El vestuario, una deconstrucción de las piezas creadas por Paco Monleón, también contribuye a crear esa peculiar atmósfera. “Fue un proceso muy curioso, porque una vez confeccionados los trajes hubo que adaptarlos al paso del tiempo que los respectivos personajes habían pasado muertos. Así que los fuimos rasgando, manchando, arrugando… ¡Imagina lo que hicimos con el de Jaume I, que lleva siglos en la tumba!”, comenta Costa.
También es singular la manera de moverse de los actores, influida por el mundo de la animación y de los muertos vivientes. La iluminación, la utillería, la escenografía y la ambientación sonora, con un número musical incluido, consiguen redondear la puesta en escena. «Fue una cuestión de confianza, Enric venía de un mundo totalmente diferente al teatro, pero confió plenamente en mí para construir este nuevo espectáculo», dice Costa, recientemente nominado a la mejor dirección en los Premios Cinema Gavia 2022 por su trabajo en ‘Johnny Chico‘, que en enero estuvo en Sala Russafa.
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