El regreso del Catón, de Matilde Asensi
Planeta Libros
Matilde Asensi es sin duda la escritora valenciana que más libros de ficción vende. En el cambio de milenio se dio a conocer con El salón de ámbar y Iacobus, pero fue El último Catón (2001), su tercer título, el que la consagró a nivel internacional. Tras su trilogía Martín Ojo de Plata, Asensi recupera la historia que le dio celebridad con El regreso de Catón, número uno en la lista de best sellers, una tirada inicial de 200.000 ejemplares y más de veinte millones de lectores. “No me abruman estas cifras”, dice la autora. “Procuro que se queden fuera de mi vida y de mi trabajo, porque quiero seguir siendo yo, una persona normal que disfruta con lo que hace, sin presiones”.
En esta historia la pareja de arqueólogos y paleógrafos, Ottavia y Farag Boswell, protagonistas de El último Catón, son 15 años más mayores, pero mantienen sus ansias de aventuras, y por encargo de unos ancianos archimillonarios emprenden la búsqueda de los huesos de Jesús y su familia. Con ese objetivo emprenden un largo y accidentado viaje que les lleva desde Canadá a Tierra Santa pasando por Mongolia, las alcantarillas de Estambul y la Ruta de la Seda. Acción, misterios y secretos antiguos se entretejen en las peripecias de los personajes que culminan su periplo en las entrañas del monte Merón, en la Alta Galilea, al norte de Israel. Una intrincada red de túneles y pasadizos creada 800 años atrás por los descendientes de los Asesinos, en la actualidad ismailitas nazaríes.
¿Le molesta que le comparen con Dan Brown o con Indiana Jones?
No, pero no lo entiendo. Es como comparar un coche con un pez. Aunque lo de Indiana Jones me gusta, al contrario que lo de Dan Brown.
¿Resucitó a Catón para complacer a sus seguidores o por deseo personal?
Por las dos cosas y, además, en ese orden: primero para complacer a mis lectores que pedían más de la misma canción como en la radio y, segundo y a continuación, ya por deseo personal.
¿Cómo les ha puesto 15 años encima a sus personajes?
Contando las cosas que les han ocurrido durante este tiempo. Como cualquiera de nosotros, siguen siendo los mismos pero con más experiencia, con más historia.
¿Cuál fue la parte más dura del proceso de documentación? ¿Estuvo personalmente en alguno de los lugares que describe?
Lo más difícil fue encontrar toda la bibliografía que necesitaba. Casi siempre necesito libros raros que ya no se encuentran en ninguna parte y, en El regreso del Catón, fue aún más difícil por la crisis y la falta de reediciones. Y, sí, estuve en muchos de los lugares que describo.
La Iglesia planea sobre toda la historia. ¿Se considera católica y/o practicante? ¿Qué opina del Papa Francisco?
No, no me considero católica ni practicante. Ni siquiera creyente. Pero he crecido dentro de esa fe y no de otra distinta. Quizá por eso puedo decir que Francisco me cae muy bien, es el Papa que necesitaba la Iglesia católica hace mucho tiempo.
Si se descubrieran los huesos de Cristo y su familia y se pidiera probar científicamente, ¿cómo cree que afectaría al cristianismo y al mundo en general?
Al cristianismo, en nada. La fe seguiría siendo la misma porque la fe siempre va más allá de cualquier argumento. Al mundo en general, como descubrimiento histórico, le aportaría un gran conocimiento sobre los orígenes de nuestra cultura occidental.
Usted es una defensora acérrima de Internet y las redes sociales. ¿No cree que también tienen su lado oscuro?
Tienen el mismo lado oscuro que la vida fuera de Internet. Internet y las redes sociales son un espejo de la sociedad, nada más.
Le esperan varias semanas de viajes y entrevistas para promocionar su obra. ¿Cómo lleva esa parte del oficio de escritor de éxito?
Es agotador, pero también muy satisfactorio porque entras en contacto con tus lectores. De todas formas, creo que es la parte más dura del oficio de escribir.
¿Qué es lo que más le cabrea de la realidad que vivimos?
La mentira y la corrupción política. La manipulación en la que nos hacen vivir para seguir agarrados a los cargos públicos. No entiendo cómo pueden dormir por la noche sin tener pesadillas o remordimientos. Si de verdad creen lo que dicen (cosa que considero imposible), es que viven dentro de una burbuja y no se enteran de lo que vive, opina y siente la gente de la calle.
Bel Carrasco
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