La sepultura 142, de Juan Ramón Barat
Editorial Bruño

¿Cómo conquistar al reacio lector adolescente? ¿Cómo conseguir que los chicos  entre los 12 y 17 años dejen de atender el móvil y escrutar pantallas para centrarse en la lectura? El escritor valenciano Juan Ramón Barat tiene una fórmula que da buenos resultados. Tras casi 30 años como profesor de Literatura en el Instituto de Benimámet, conoce a fondo los sueños e inquietudes de sus alumnos y por ende los de la gente de esa conflictiva edad. Eso le permitió hace tres años crear un personaje que engancha a los chavales, un detective con un sexto sentido por el que percibe lo que los demás no ven. Intriga detectivesca, fantasía, amor, amistad y una dosis de cultura, que siempre va bien.

Daniel Villena en apariencia es un chico de lo más normal. Estudia Ciencias de la Información en Madrid, tiene una novia y compañera de clase, una hermana algo insoportable y una típica familia de clase media, su padre es médico. Pero Daniel también posee una faceta oculta y cierta propensión a meterse en líos que Barat sabe explotar como experto narrador. Es el protagonista de su trilogía juvenil editada por Bruño que le ha proporcionado muchas satisfacciones.

Portada del libro 'Deja en paz a los muertos', de Juan Ramón Barat. Cortesía del autor.
Portada del libro ‘Deja en paz a los muertos’, de Juan Ramón Barat. Editorial Bruño. Cortesía del autor.

“Daniel Villena me va a dar muchos quebraderos de cabeza”, comenta Barat. “Lo digo con amor, porque me he encariñado mucho con él. Se trata de un muchacho entrañable: noble, serio, responsable, inteligente, guapo. Un muchacho que se mete en problemas sin buscarlos. Problemas de muertos, desaparecidos, asesinatos. Y es que Daniel tiene unas cualidades especiales que nadie más posee. Es intuitivo, astuto, pero sobre todo tiene la capacidad de comunicarse con el más allá y penetrar en el tenebroso mundo de los muertos. Eso le genera problemas sin límite”.

El primer volumen de la serie, Deja en paz a los muertos recibió el Premio Hache, concedido por los propios lectores, y existe el proyecto de llevarlo a la gran pantalla. José Enrique March, profesor del CEU San Pablo y director de cine y el productor Antonio Mansilla ya han escrito el guión y están planificando la primera fase de la producción.

Portada del libro 'La sepultura 142', de Juan Ramón Barat. Editorial Bruño. Cortesía del autor.
Portada del libro ‘La sepultura 142’, de Juan Ramón Barat. Editorial Bruño. Cortesía del autor.

Contacto con los jóvenes

Barat reconoce que parte del éxito de la serie –La sepultura 142 es la segunda parte ya en las librerías, y este verano escribirá la tercera—se debe a su contacto diario con los jóvenes. “Sé cómo piensan, qué les gusta, por dónde van sus preferencias”, dice. “Sólo tengo que observarlos, escucharlos, fijarme en los libros y géneros que más les atraen”.

La clave para conectar con los jóvenes, según Barat es “ponerse en su lugar, observar el mundo con sus ojos”. No vale decir ‘en mi época, los jóvenes volvíamos a casa antes de las diez de la noche’, o cosas parecidas. El mundo ha cambiado. Está cambiando siempre.  Hablo con ellos, juego con ellos, riño, discuto, río, bromeo. Sé por dónde van los tiros”.

El autor es indulgente con los menores. “La mayoría de chicos que van al instituto son buena gente, incluso los que no estudian. No se han planteado en serio su futuro y todavía piensan que la vida les va a dar oportunidades sin cuento”.

Juan Ramón Barat. Imagen cortesía del autor.
Juan Ramón Barat. Imagen cortesía del autor.

Crítica a la ESO

No lo es tanto con los políticos, a los que acusa de alargar la ESO de forma contraproducente. “Los que no quieren estudiar deberían comenzar un módulo o formación profesional a los catorce años, incluso antes”, afirma. “Es una barbaridad que tengan que cursar la ESO obligatoriamente antes de meterse en un ciclo profesional. Los que no quieren estudiar no terminan la ESO a los dieciséis años, sino a los diecisiete o dieciocho, porque repiten uno o dos cursos. En resumen, no empiezan un módulo profesional de grado medio hasta los diecisiete o dieciocho años. Esto es una barbaridad”.

Autor versátil

Natural de Borbotó, Juan Ramón Barat, es un escritor versátil que cultiva todos los géneros y escribe tanto para jóvenes como para adultos. Ha publicado un par de libros de poesía: El héroe absurdo (Hiperión) y La brújula ciega (Pre-Textos) y ha ganado varios premios: el Ateneo Jovellanos de Gijón, el Leonor de Soria o el Ciudad de Torrevieja. También tiene poemarios infantiles y juveniles como Sólo para niños, Palabra de juglar o Poesía para gorriones. Piezas dramáticas: Anfitrión y el otro, una versión actual sobre la obra de Plauto llevada a los escenarios por el grupo Alquibla de Murcia, Una de indios y El reino de los mil pájaros. Se siente especialmente satisfecho de sus novelas: 1707 el sueño perdido, de tipo histórico e Infierno de neón, que denuncia el tráfico de mujeres en la España actual.

Amor de madre

“Fue mi madre la que, sin ella saberlo, sembró para siempre en mi alma el amor por la literatura”, cuenta. “Nunca olvidaré aquellas tardes junto al brasero, mientras caía la lluvia sobre la plaza donde creció mi infancia. Vivíamos en una casa campesina y pobre de un pueblo de la huerta llamado Borbotó. Nos envolvía un olor de naranjas y de hierba recién cortada, de paja seca y estiércol de vacas. Mi madre cosía y yo escuchaba embelesado aquella tierna voz suya que me narraba lejanísimas e inolvidables historias de hadas, duendes, brujas y príncipes encantados que jamás han dejado de circular por mi corazón. Una tarde de aquellas me fue revelado el secreto de la felicidad: el amor que mi madre me ofrecía en cada uno de sus gestos era un amor sin condiciones, absoluto. El mejor legado que un adulto puede entregar a un niño”.

Barat.
Juan Ramón Barat. Imagen cortesía del autor.

Bel Carrasco