‘La casa de los espíritus’, dirigida por Carme Portaceli
Adaptación de la novela homónima de Isabel Allende a cargo de Portaceli y Anna Maria Ricart
Con Jordi Collet, Carmen Conesa Inma Cuevas, David Fernández ‘Fabu’, Gabriela Flores, Francesc Garrido Miranda Gas, Borja Luna, Pilar Matas y Guillermo Serrano
Sagunt a Escena
Teatro Romano de Sagunto
14 y 15 de agosto de 2021

Cuando la escritora chilena Isabel Allende publicó su primera y exitosa novela, ‘La casa de los espíritus’, en 1982, no podía imaginar que cuarenta años después sus personajes, la familia Trueba, cobrarían vida en los escenarios españoles. Así es gracias al talento y persistencia de otra mujer, la directora Carme Portaceli, respaldada por un gran equipo de profesionales de las artes escénicas.

Coproducido por el Teatro Español, Teatre Romea y Grec 2021 Festival de Barcelona, el montaje maratoniano de ‘La casa de los espíritus‘ –tres horas y media de duración– llega a Sagunt a Escena los días 14 y 15 de agosto, en pleno furor de la canícula.

Jordi Collet, Carmen Conesa Inma Cuevas, David Fernández Fabu, Gabriela Flores, Francesc Garrido Miranda Gas, Borja Luna, Pilar Matas y Guillermo Serrano interpretan a los miembros de las cuatro generaciones de los Trueba que, a lo largo de casi un siglo son espejo que refleja los abruptos cambios políticos y sociales de un país desde el fin del colonialismo al golpe de estado de Pinochet.

Un instante de La casa de los espíritus. Fotografía de Jesús Ugalde cortesía de Sagunt a Escena.
Un instante de ‘La casa de los espíritus’. Fotografía de Jesús Ugalde cortesía de Sagunt a Escena.

¿Cómo sintetizar ese amplio periodo en solo unas horas? Ese ha sido uno de los principales desafíos que afrontaron Carme Portaceli y Anna Maria Ricart, que adaptaron anteriormente otras dos obras maestras de la literatura universal: ‘Jane Eyre’ y ‘Mrs Dalloway’. «Contrariamente a la película de Bille August, que se sirve de una elipsis que le quita profundidad, nosotras queríamos contener a las cuatro generaciones» explica Portaceli.

Precisamente, por lo que dice el personaje de Alba al final: “A Pancha García la violó mi abuelo. Cuarenta años después su nieto viola a la nieta de mi abuelo y quizás mi hijo violará a una de su familia en una cadena de odio imparable”. «No era solo cuestión de decirlo. El tiempo tenía que pasar. En teatro hay que recurrir a la abstracción y así lo hemos hecho, en nuestra obra pasa un siglo».

Es Alba, la más joven de los Trueba, la encargada de reconstruir la historia de sus antepasados. «Es maravillosa en esta novela la tensión que hay entre la memoria, las contradicciones, la violencia y cómo se rescata el sentido de reconciliación con las cosas que pasan en un país y en una familia. Por descontado, dentro de eso está el perdón. Y, básicamente, el amor. La obra es como un laberinto lleno de realismo mágico en el que se aprecia cómo la política planea sobre las personas, aunque no tengan nada que ver con ella».

El complejo proceso de adaptación dramática de un texto tan extenso como laberíntico se plasma en una ingeniería teatral diseñada al milímetro que funciona como un perfecto engranaje a lo largo de tres horas y media. La sencilla pero eficaz escenografía de Paco Azorín permite fundir a los personajes reales y a los espíritus manteniendo el tono mágico de la novela. Sobre el escenario hay tres minipantallas en la que se van proyectando imágenes que subrayan el relato. La iluminación es de David Picazo, el vestuario de Carlota Ferrer, la música original y el espacio sonoro de Jordi Collet, las videoproyecciones de Miguel Ángel Raiò, y la coreografía de Ferran Carvajal.

«Después de cada representación es como si hubiera hecho un viaje en la vida y en el tiempo», dice Carmen Conesa, que interpreta a Clara del Valle, «un auténtico regalo, tan rico, lleno de matices y de bondad que te convierte en mejor persona».

Actriz, cantante y pintora, Conesa se autodefine como una persona inquieta. Estudió Bellas Artes y combina sus trabajos en el teatro, cine y televisión con la pintura figurativa y la música. La serie de Fernando Colomo ‘Las chicas de hoy en día’ (1991) le dio el espaldarazo a la popularidad. Ha trabajado con Josep Maria Flotats, Jerome Savary, Nacho García, Esteve Ferrer, Darío Facal, Joaquin Vida, Miguel del Arco, Gabriel Olivares, Juan Carlos Rubio, Juan Luis Galiardo, Mario Gas y Carme Portaceli.

«Carmen es una mujer extraordinaria, inteligente y llena de talento que trata muy bien a los intérpretes», señala. «En este montaje ha sabido reunir un equipo de actores y actrices que tienen mucho que ver con la familia que protagoniza la obra de Allende».

Fiel a su reivindicación de rescatar referentes femeninos en el mundo de la cultura demostrada al frente del Teatro Español y el Teatro Nacional de Cataluña que actualmente dirige, Portaceli ha absorbido y enaltecido el mensaje central de la obra de Allende, la potencia del matriarcado y el papel decisivo de la mujer en la familia: el poder del mundo femenino. Las protagonistas de la historia, cuyos nombres están asociados a la luz –Nívea, Clara, Blanca, Alba–, «conforman una saga de personas que dejan a los demás en paz, dándoles la posibilidad de ser felices siendo como son», concluye Carme Portaceli.

Bel Carrasco