Joaquín Bérchez

#MAKMAArte
‘Manuel Tolsá desde la mirada fotográfica de Joaquín Bérchez’
MuVIM
Quevedo 10, València
Del 3 de febrero al 10 de abril de 2022

‘Manuel Tolsá desde la mirada fotográfica de Joaquín Bérchez’ es la nueva exposición que acogerá el MuVIM hasta el 10 de abril, la cual trae consigo las vistas de la obra del escultor y arquitecto valenciano con una perspectiva diferente. De la mano de Joaquín Bérchez, nos brindará experiencias distintas de la obra de Tolsá con “un explícito reconocimiento de la fotografía como herramienta moderna de expresión artística”, tal y como suscribe el director del MuVIM, Rafael Company.

Manuel Tolsá (1757-1816), oriundo de Enguera, fue un escultor y arquitecto valenciano que destacó en territorio novohispano, dejando un legado de obras en territorio mexicano que no hace más que cautivar a los transeúntes que tienen el gusto de poder admirarlas en persona.

Tolsá se formó en España, en un contexto académico en auge y con políticas tales como las becas de artistas para formarse en el extranjero. También fue el periodo del Siglo de las Luces en Europa, de la mano de figuras como Voltaire, quienes ya no abogaban por el exceso tardobarroco. Todo ello trajo consigo un lenguaje guiado por la razón, que derivó en un paulatino neoclasicismo que en Valencia vemos a través de ejemplos tales como la Iglesia de las Escuela Pías, cuyo estilo podríamos clasificar de clasicismo barroco.

Vista de la exposición en la sala superior del MuVIM. Foto: Juan R. Peiró.

Tolsá estudió, primero, en la Academia de San Carlos y, después, en la de San Fernando. Ya con este bagaje cultural, en 1791 se dirigió al territorio de las Nuevas Españas, trayendo consigo un estilo que Bérchez clasifica de “clasicismo vívido” y con soluciones arquitectónicas dignas de maestros renacentistas como Miguel Ángel.

Los ejemplos los tenemos en las propias fotografías de Bérchez: ‘Estatua ecuestre de Carlos IV’, ‘Palacio de Minería’ y ‘Hospicio Cabañas’ son algunas de las muestras que destacan por ese clasicismo tan único que trajo Manuel Tolsá y que muestran su faceta de gran creador. Tolsá se desenvolvió durante el virreinato de Nueva España, aportando esa visión ya citada y que marcará tanto su producción artística como al propio territorio mexicano, donde acabó falleciendo.

¿Y qué visión aporta Joaquín Bérchez? Es una visión reivindicativa de este artista, la cual no hace sino acentuar el “clasicismo vívido” del propio Tolsá para, de esta forma, dar a conocer su obra. Y es que Joaquín Bérchez es un fotógrafo e historiador de la arquitectura, además de catedrático en la Universitat de València y académico de la de San Carlos de Valencia.

Bérchez conoció la obra del arquitecto valenciano durante la realización de su tesis y cuando ahondó más en sus proyectos descubrió a una gran figura, mediante la cual pudo ofrecer su propia perspectiva. Esto lo hace mediante perspectivas inéditas que muestran la plasticidad de los trabajos de Tolsá.

Detalle arquitectónico de Manuel Tolsá, extraído del video promocional de la exposición en el MuVIM.

En ejemplos tales como ‘Pliegues fundidos’ lo vemos de manera deliberada, con un plasticismo tal que no nos hace pensar en sus materiales rígidos. No obstante, los valores plásticos no son los únicos que pone de manifiesto, pues dicha iconología se acentúa también con el uso de figurantes e incluso fotografías improvisadas, cuyo resultado da la impresión de que sea un verdadero tableau vivant.

Como ejemplo tenemos su ‘Eurídice desciende definitivamente al inframundo’, cuyo paralelismo mitológico va a la par de la propia arquitectura neoclásica de Tolsá. Destaca especialmente su ‘Bucles jónicos’, fotografía que Bérchez improvisó y capturó el momento perfecto, añadiendo en su título, además, una alegoría vitruviana. Dicha alegoría compara los festones colgantes y los bucles de las columnas jónicas con el pelo de la figurante, haciendo un símil con lo que Vitruvio escribió sobre este orden: “(…) y en el capitel colocaron como cabellera unos bucles rizados que le caían a derecha y a izquierda”. 

A estos dos temas le sumamos la vanitas, género artístico que también es abordado durante la exposición mediante composiciones tales como ‘Pasa la vida’, fotografía improvisada cuyo título e imagen nos habla acerca de aquella cotidianidad y de este subgénero de la naturaleza muerta. Y es con la vanitas con lo que precisamente cierra ‘Tolsá en la profesa’, donde se muestra un retrato del propio arquitecto y escultor rodeado de documentos de otra época, una época a la que Tolsá ya no pertenecía y que reflexiona acerca del inevitable paso del tiempo, así como el desvanecimiento de los periodos históricos.

Detalle arquitectónico de Manuel Tolsá, extraído del video promocional de la exposición en el MuVIM.

La exposición ‘Manuel Tolsá desde la mirada fotográfica de Joaquín Bérchez’ supone una gran experiencia, cumpliendo tanto con el objetivo de reivindicar a Manuel Tolsá como el de tratar los temas anteriormente mencionados. Cabe señalar un breve dato anecdótico emitido por el propio Bérchez y que también tiene publicado en su página web acerca de su fotografía ‘La abominación de la desolación’, en la cual retrata la fachada principal del Colegio de Minería.

Pues bien, en esta fotografía captura a un chamán, quien, con sus manos, trata de sanar a un joven enfermo mientras son fotografiados, sin Bérchez ser consciente de este hecho, puesto que se enteró a posteriori de lo que vio en ese momento. Supone, sin quererlo, un retrato de la variedad y heterogeneidad de México: por un lado, las creencias mágicas del chamán, mientras que, por otro, vemos un edificio construido con ideales ilustrados guiados por la razón.

Vista de la exposición ‘Manuel Tolsá desde la mirada fotográfica de Joaquín Bérchez’, en el MuVIM. Foto: Juan R. Peiró.