Identidad, pulpos y flechas | Boke Bazán
MAKMA ISSUE #05 | Diseño
MAKMA, Revista de Artes Visuales y Cultura Contemporánea, 2022

Todavía no he encontrado una definición mejor de diseño que la de una disciplina que se encarga de armonizar a las personas con el entorno. Bajo la visión superficial imperante, ampliamente analizada por la psicología social, puede concebirse que el diseño gráfico atiende exclusivamente a la capa estética. Nada más lejos de la realidad.

En una sociedad altamente manipulada y configurada hacia el pensamiento único por multinacionales, medios de comunicación y gobiernos hipotecados, el destierro del pensamiento crítico convierte a los ciudadanos en el perfecto rebaño bobo. Si a este contexto líquido le sumamos varias crisis bélicas, económicas y un péndulo que está de vuelta al fascismo, la tormenta perfecta está servida.

Como agentes culturales y activos de la comunicación –algunos incluso tienen una enorme influencia mediática–, trabajamos con clientes, proyectos, objetivos, mensajes y medios que pueden aportar armonía o deteriorarla. Sí, hay un propósito superior a las decisiones tipográficas, cromáticas o compositivas.

¿Cuál es la principal misión, no del diseño, sino de los diseñadores? Nuestra disciplina se enmarca claramente en una corriente morfogenética y progresista, mientras que la conservadora, aparte de equilibrar, posibilita el riesgo de aliarse con el lado oscuro de la fuerza. No es solo estética y mercado, no solo nuestra particular y estúpida bonfire of the vanities, las redes, lo trendy o el metaverso de los premios como calibrador vernier. Nuestros índices de acierto y de estupidez también impregnan la sociedad y el ecosistema, no siendo tarea propia de la clase política, sacerdotal, empresarial y mediática. Conviene posicionarse, avivar manifiestos como First Things First, conviene que la sucesora de la posmodernidad no sea la trashmodernidad. Conviene actuar.

Armonizar a las personas con el espacio, los objetos, el campo visual y vindicar igualmente con nuestro trabajo los valores que llevan 74 años implícitos en la declaración universal de derechos humanos. 

Doble responsabilidad: dotar de imagen a proyectos que aporten valor y progreso a la sociedad, o al menos que resulten inocuos, y aportar reflexión desde nuestra identidad como colectivo, posicionamiento y discurso gráfico, naturalmente con un mínimo de compromiso social.

¿Se trata solo de cambiar el logo? Afortunadamente el lenguaje audiovisual ya se pone al servicio de la cultura, la paz, del movimiento ecologista, animalista…, de la libertad de expresión. Esto no va solo de hacer el diseño más bonito para quien lo puede pagar. La aportación de valor empieza en la misma calle, en el sector primario, en la didáctica del Ethical Design Thinking.

Cartel del Festival Vociferio 2022, creado por Boke Bazán.

Detesto todo lo que apesta a postureo, aunque soy consciente de los códigos actuales y de la democratización de los canales de promoción, aún esclavos de los likes y de una pirámide invertida del éxito; nuevo paradigma del mínimo trabajo y la máxima y veloz difusión. La no dependencia para la visibilidad de los medios de comunicación, tanto generalistas como especializados, puede ser una magnífica noticia. Sin embargo, no todo vale. El análisis y la crítica del diseño desde un prisma holístico no existe.

Compositores, intérpretes o DJ. Una vez publicado ¿todo es diseño? Personalmente, solo me interesa componer. Partituras obviamente con influencias –las generaciones espontáneas en diseño tampoco existen– y que luego disfruto interpretando con mayor o menor éxito. Confieso que tienen mi respeto quienes empiezan a diseñar buscando partituras en Internet para interpretar como mucho con otra tipografía, pero lo pierden si firman como autores. Y no me interesan las tendencias. Al igual que mis referentes, elijo ser sastre en un escenario prêt-à-porter.

Y, aun así, no soy más que un canal. Nada de lo que hago es mío. Ni invento nada ni, por supuesto, creo que lo estoy haciendo. Formo parte de un universo visual, con acceso a la fuente por medio de una pequeña escotilla por la que fluye lo necesario. A partir de ahí, simplemente dedico el tiempo disponible a resolver con las mismas herramientas que mis colegas e, incluso, clientes. Nada de especial.

Identidad, pulpos y flechas. Boke Bazán
Páginas interiores del artículo publicado en MAKMA ISSUE #05 | Diseño. Cartel de ‘Bribón’, de Boke Bazán.

Partiendo de la tesis de la gramática generativa de Chomsky –que, con el debido respeto, traslado a la gramática visual–, afirmo que todas estamos biológicamente capacitadas para el lenguaje visual, tanto en lectura como en creación, independientemente de que no se desarrolle dicha capacidad. Resulta llamativo cómo algunos profesionales nos apropiamos de la etiqueta ‘creativos’ cuando en absoluto es patrimonio exclusivo. Puto y bendito marketing. Y máxime cuando nos limitamos a ser únicamente intérpretes.

Eludo imponer a mis clientes solo mi identidad. Sería absurdo afirmar que es posible prescindir de mi forma de ser y ver, pero a pesar de que en ocasiones se busca un estilo determinado, lo honesto es escribir una partitura para cada proyecto. Lo cómodo y, en realidad, lo más rentable, sería la producción en cadena. Sin embargo, elijo no ser rico.

Cruz Novillo tiene un aforismo certero: “El diseñador es un arquero que lanza la flecha con el propósito de acertar en el centro de la diana. El artista, en cambio, lanza la flecha y, en el lugar donde se ha clavado, pinta la diana”. Paso las añadas lanzando flechas para después poner dianas y, a la vez, dibujando dianas para acertar en las mismas. Admito que ni lo uno ni lo otro hago especialmente bien, pero propongo y propongo e insisto. Me movilizo por intuición, por las dosis de adrenalina y disfrute, sin atender a etiquetas, prejuicios o presupuestos. No me interesa la competición.

¿Hay algo superior que vibrar con lo que haces? ¿Ha habido mejor época en la historia? Gracias.

Boke Bazán
Diseñador gráfico. Director creativo de Nociones Unidas.

Este artículo fue publicado en MAKMA ISSUE #05 | Diseño (junio de 2022).