Festardor
La Pobla de Vallbona (Valencia)
11, 12 y 13 de octubre de 2018
Un año más el puente de El Pilar ha sido la fecha elegida por el festival Festardor para obsequiarnos con las actuaciones de las mejores bandas nacionales. El jueves 11 el recinto estaba a reventar, tanto es así que las colas se eternizaron para algunos asistentes. Era normal que hubiera tanta gente, no sólo por la extraordinaria fecha elegida, sino por el cartel que lo conformaba.
Lehendakaris Muertos estaban sobre las tablas a nuestra llegada, como siempre en estado de gracia escupiéndonos letras ácidas y divertidas, irreverentes y cargadas de un humor negrísimo. Temas como ‘Centro comercial’, ‘El último txakurra’ o ‘Veteranos de la Kale Borroka’ sonaron genial, son himnos para un público entregado, porque si algo tienen estos navarros, es la fiesta que llevan a sus directos. Nos dejaron con ‘Oso Panda’, del lejano ‘Se habla español’ de 2006, coreada y bailada hasta la extenuación, y todavía nos quedaba festival por delante.
Luego llegaba el turno de Porretas en el escenario contiguo, un clásico de la escena nacional, que dieron un repaso a su discografía, recordemos que llevan en activo desde Hortaleza (Madrid) para todo el Estado desde 1985. Un poco de menos gente que en Lehendakaris, pero la misma diversión, aunque llegábamos cansados del recital de los pamploneses.
Los madrileños destilaron temas como ‘Tripis’, ‘Si lo sé me meo’ o la icónica ‘Marihuana’ cantada por todas las gargantas como si no hubiera un mañana. Siguen igual de contestatarios que siempre. Recuerdo que en 2015 comentaban para el diario 20 minutos: «Somos personas sencillas de barrio y unos rebeldes entre comillas, porque somos buena gente y no nos gusta meternos con nadie. Pero en nuestra música siempre va a estar el punto rojero, si no, no seríamos nosotros». Esperemos que sigan esa senda de rojerío divertido y bailable.
Desakato llegaba con las pilas cargadas. Lo de estos asturianos es de otro mundo, pues su nuevo plástico, ‘Antártida’ (2018), es colosal. ¡Menudos directos ofrecen!, rabia, pasión y fuerza. Son un espectáculo encima del escenario, algo diferente a las coordenadas del festival, muy cercano al punk y el ska (salvando algunas bandas).
El viernes llegamos más pronto y con el estómago más vacío, así que por la noche pudimos disfrutar de los puestos de comida del festival, sin duda los mejores que he degustado en calidad precio en mucho tiempo.
El último ke zierre sobre el escenario: voz rasgada y potentes atronando a la masa. Rober está cada día más en forma, personalmente hacía años que no los veía en directo, desde un Marea Rock, y la verdad es que sus temas me siguen pareciendo muy buenos. La gente se desgañitó con himnos generacionales como ‘Escupiré jodidos’ del ‘A cara de perro’ de 1998, cuando Internet era un sueño, y sobre todo ‘Tus bragas’, el grito desgarrador de desamor que se marcaron en 2003 los de Burriana.
Una rica cena sin demasiada cola, y otra vez al ruedo con Mafalda, de los que no había escuchado nada, llegaba virgen a su concierto y regresé enamorado. Estrenaban su nuevo redondo, ‘Palabras forman caos’ (2018). En el festival, íbamos a ser los primeros en disfrutarlo en directo: un placer. Con una puesta en escena llena de luces, que jugaban con las melodías, estos chicos y chicas sacaban lo mejor a sus instrumentos, cargados de rabia y dulzura.
Por desgracia, hubo algún tipo de problema con el cableado y el concierto se quedaba sin sonido en alguna ocasión. De hecho, ellos desde el escenario no se daban cuenta (sus monitores seguían funcionando). Una lástima porque su bolo fue uno de los mejores, aunque no congregaron a tanta audiencia como se merecían. Sin duda estamos ante una banda que crece a un ritmo frenético, solo hace falta ver el número de fechas que tienen en su gira.
Berri Txarrak nos recordó desde el escenario, en un perfecto valenciano, una de sus primeras visitas a València, concretamente a L’Eliana, un concierto que estuvo a punto de ser suspendido por culpa de algunos grupos de extrema derecha. ‘Infrasoinuak’ (2017) es la última referencia sonora que tenemos de los navarros, que despacharon clásicos con actuales. Nos vamos a dormir, sabiendo que nos quedan grupos como The Locos o Vadebo, pero los párpados mandan y queríamos estar frescos.
En la última jornada el Noi del Sucre se había caído del cartel; desencuentros con la organización habían propiciado que el sevillano no viniese, una lástima, pero sus sucesores me pusieron los pelos de punta, y aquí es donde los festivales tienen una gran razón de ser: descubrir nueva o antiguas bandas que no conocías, o que ignorabas por prejuicios, y que en directo, habitualmente, suman enteros.
Prozak Soup llenaba un hueco, en realidad los habían movido en el horario (una suerte para ellos, pues podrían ser vistos por más personas). Prozak merecen una estatua con un directo duro, hardcoreta y electrónico, heredero de la música makineta de València. Una mezcla explosiva pero efectiva: nos hicieron bailar, sudar y rompernos la voz. Su nuevo disco, ‘Very empastre’, es una pasada, y ellos muy grandes en el escenario.
Hablar de Soziedad Alkohólica es hablar de una de la más grandes bandas estatales. Unos tipos que revientan los oídos más valientes y avezados. Seguían dando cera con su último trabajo, ‘Sistema antisocial’ (2017), pero les quedó tiempo para golpearnos con ‘Palomas y buitres’, la oldschool ‘Ratas’ del disco homónimo de 1995, ‘Piedra contra tijera’ o ‘Cuando nada vale nada’. En ese concierto es donde presenciamos los pogos más bárbaros del festival, estaba claro que el sonido ensordecedor y rabioso de los vascos desataría la locura en el foso, y así fue.
Con ese directo tan enérgico, nos preguntamos por un nuevo disco en directo. Esto mismo pensaron en mondosonoro y se lo preguntaron: «El tema del directo es algo que a mí personalmente me gustaría hacer, ya que el ultimo fue el ‘Corrosiva’ y de eso hace ya…¡pufff!, 11 añitos, así que molaría hacer algo de eso que muestre a la banda hoy en día, porque la verdad es que en directo la maquinaria ahora está bien engrasada y el repertorio actual es un buen repaso a nuestra trayectoria, así que no estaría mal».
El festival continuaba en una noche bastante cálida, con los valencianos Son of Aguirre acompañados de los alicantinos Scila. El sonido fue muy malo en la actuación, una pena porque su propuesta me gustaba mucho. Si hay algo que se le pide, casi se le implora a un festival, es que la limpieza en los aseos sea lo mejor posible, en este caso, y a diferencia de otros festivales, los aseos estaban muy limpios, algo que aliviaba mucho a la gente. Todo en el festival funcionaba bastante bien, excepto las colas del primer día.
Los de Marras sonaron genial, como suele ser habitual en ellos. Narco, que llegaban al festival con un discazo bajo el brazo, ‘Espichufrenia’ (2017), en la edición anterior todavía no lo tenían en la calle. Como siempre, nos pasaron por encima; la gente parecía destrozada por las dos jornadas anteriores, donde el nivel de bandas era muy alto. Por desgracia llegábamos muy desgastados a este concierto: Soziedad Alkohólica hizo estragos en la mayoría de nosotros.
Aun así, no pudimos resistirnos a agitar la testa al oír la primera canción ‘Suicídate’, de su último plástico: nos revolvimos con canciones como ‘Ahí fuera’, de unos de sus grandes discos, ‘Dios te odia’ (2014) o ‘Tu Dios de madera’ del ‘Talego pon pon’ (1999) (gracias Radio 3, cuando lo escuché mi vida metalera cambió). Y hasta ahí llegó el festival, lleno de cansancio, buenas intenciones, grupos grandes, gente sonriendo, y una temperatura muy buena. Estamos salivando ya con el próximo, donde deseamos menos colas y más bandas internacionales.
Javier Caro
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