#MAKMAArte
‘Cinco formas de intervenir el espacio’
Miguel Bañuls, Massimo Pisani, Jesús Zuazo, Carlos Martínez y Hans Some
Estudio Volta
Avda Constitución, 3 Alicante

Los artistas buscan lugares diferentes donde poner su obra en valor. Ahora, en Alicante se posiciona al frente un estudio de interiorismo y arquitectura como punto de encuentro entre arte, ciudad y arquitectura. Estudio Volta ocupa la céntrica avenida de la Constitución de Alicante, esa que, desde el Mercado Central, nos lleva hacia el Teatro Principal.

En esta situación privilegiada surge, hace siete años, el proyecto Volta, cuyo director creativo, Sergio Fábrega, adelanta que “siempre ha tenido como objetivo hacer más accesible la arquitectura a la gente, y este es el principal motivo por el que nos especializamos en diseño de viviendas y nos instalamos en un local a pie de calle”.

Esta accesibilidad entre el concepto de vivienda, la ciudad, lo arquitectónico y el arte, resulta algo lógico, pero asegura Fábrega que “la arquitectura y el arte en general estaban reservados solo para unos pocos y los estudios se montaban en entresuelos y locales muy cerrados al público”.

Instante durante la inauguración. Imagen cortesía de Volta.

En un contexto donde la ciudad de Alicante escasea en lugares privados donde poder encontrar manifestaciones artísticas variadas –sobre todo tras el cierre de Galería Aural–, la inauguración de la muestra ‘Cinco formas de intervenir el espacio’ fue todo un éxito de asistencia.

“Viendo la carencia de espacios expositivos y oferta cultural en Alicante, pensamos que podíamos ofrecer esto a la ciudad con la intención de que, con la consistencia oportuna, podamos inspirar a otros y generar una deriva de cambio de costumbres y ciudad. Como se suele decir: ‘Si deseas algo y no existe, ¡créalo!'». Desde esta posición energética, Volta se establece en un nuevo paradigma donde la obra acompaña y prevalece al ritmo de la ciudad, y se entona como un lugar que, sin duda, generará el espacio deseado.

La muestra que nos ofrecen ahora se compone del trabajo de Miguel Bañuls, Massimo Pisani, Jesús Zuazo, Carlos Martínez y Hans Some, todos artistas procedentes de la provincia o muy conocidos o relacionados con el ámbito cultural de la ciudad de Alicante. El contenido trata de abordar precisamente cuestiones sobre el espacio desde la materia propia que trabaja cada uno de los artistas y desde su producción actual.

Instante durante la inauguración. Imagen cortesía de Volta.

Ya desde el escaparate, se observa cómo la profundidad del espacio guía la mirada hacia los detalles de las paredes. Al inicio, lo escultórico predomina con las obras de Miguel Bañuls o de Hans Some. Del primero, se reconocen algunas piezas que vimos en exposiciones como Síntesis, donde la sinuosidad de la línea es protagonista y la ondulación conseguida en su conjunto nos lleva a, como la hoja de sala de la muestra relataba, “la búsqueda de espacios limítrofes entre el arte y el diseño”.

En esa búsqueda, Miguel Bañuls se encuentra también con la joyería y presenta varias piezas que juegan con el metacrilato, el acero, e incluso, el vidrio soplado (fruto de la colaboración con la artesana Ana Castelló). Por otro lado, Hans Some coloca sus piezas de manera que parecen trepar o esconderse. El manejo de la técnica que destila en su obra junto con una concepción de una escultura con cierto tono pictórico, hace que se cree un diálogo llamativo entre espacio y material. El contraste en el que nos sitúa recuerda a esa materia orgánica imparable, una que crece y se multiplica, sin importar los límites físicos.

También se puede ver que la obra de Carlos Martínez aporta una materialidad que varía la concepción; al no utilizar el acero o el hierro, la parte metálica desaparece y solo deja hueco a lo más primitivo, casi a la madera desnuda. Al mismo tiempo, las modulaciones nos llevan a la manera de generar lo industrial y así nos sitúa en dos puntos opuestos: de cómo lo constructivo ha variado a lo largo de la Historia y la huella dejada en ese proceso.

estudio volta, cinco formas
Instante durante la inauguración. Imagen cortesía de Volta.

En esa línea industrial se sitúa también el trabajo de Massimo Pissani, que presenta una serie de obras entre las que destacan las colgantes, quizá por perfilar el espacio desde la verticalidad. Su ‘Ultraleggero 3’ parece arrancar a volar y nos lleva a esa abstracción del objeto, a ese uso inherente que deja una resonancia en el lugar donde está expuesto. En otras piezas, su personal interpretación de lo conceptual relaciona la máquina, la arquitectura y la nostalgia desde un punto de vista inesperado.

Por último, Jesús Zuazo aporta el toque pictórico y de color que enmarca en lo abstracto. Las formas conseguidas, perfeccionistas y al mismo tiempo extendidas, quieren abarcar el conocimiento del máximo espacio. La pintura abstracta tiene en el trabajo de Zuazo un toque de síntesis y de extracción del plano. Sus composiciones manifiestan las idas y venidas de planos todavía por reconocer.

Desde sus perspectivas trabajan lo matérico, escogiendo materiales heterogéneos y obteniendo así, como vemos, muy diferentes resultados que encajan entre sí. Este proceso de resultado final es el que Fábrega define como “Visión de verdad: la misma que nosotros imprimimos en nuestros proyectos, ya que nos encanta terminar las viviendas con piezas de arte únicas e irrepetibles que no van a caducar en el tiempo”.

Tras haber inaugurado hace siete años, el arte siempre ha sido una constante en su proyecto, “estuvo un tiempo ayudándonos en esta tarea un gran artista y amigo, Gonzalo Nuñez. Más adelante, empezamos a colaborar con Getrud Gomez de SantaMaca y con el cierre de su galería, Volta ha decidido llevar esta iniciativa adelante siendo esta exposición la primera de muchas.

Nuestra intención, y así está programado, es hacer una media de 4 exposiciones al año y organizar otro tipo de eventos de divulgación relacionados con el arte y la cultura, además de la arquitectura e interiorismo”, relata Fábregas al preguntarle por los orígenes de esta iniciativa. Desde luego, parece existir una fuerte reflexión y convicción sobre la necesidad, ya demostrada, de más espacio para el arte y la cultura en la ciudad de Alicante.