Mural de Escif
Pared trasera del IVAm
C / Guillem de Castro, 118. Valencia
Desde el 8 de septiembre de 2017
Escif dice haber hecho “acupuntura con los pinceles” para “dejar que las paredes hablen, que nos cuenten aquello que merezca la pena ser oído”. Y lo que la pared trasera del IVAM manifiesta, una vez intervenida plásticamente por el artista valenciano, en lo que José Miguel Cortés, director del museo valenciano, calificó como el mayor grafiti realizado en España, es su voluntad de revelar el pasado, presente y futuro del barrio. “Un grafiti espectacular”, señaló Cortés, yendo más lejos en su calificación: “Me atrevería a decir que este muro de la vergüenza es ahora una muro de acogida”.
El inmenso grafiti, sobre el que Escif ha aplicado lo que él llama “reflexología mural”, tiene precisamente como objetivo servir de acto reflejo de cuanto lo constituye como pared que limita el interior del IVAM, con el barrio que lo acoge y al que durante años se le ha dado la espalda. “Es el primer paso en la renovación de este solar lleno de yerbajos”, apuntó Cortés. Un solar en el que está previsto instalar una serie de esculturas de la colección del propio IVAM y sobre cuya fecha de inicio se manifestó dubitativo su director.
“No me atrevo a decir una fecha porque no depende de mí; nos gustaría que todo fuera más rápido, pero avanza muy lentamente”. Luego fue aclarando las nubes: “Confío que sea este año. Me atrevería a decir que seguro”. De lo que estaba muy seguro era de que el mural tenía ya sentido al margen del futuro patio de esculturas y de la magnitud de la obra de Escif: “Es el más importante que ha hecho y además lo ha hecho en su ciudad, Valencia”. Tiene previsto realizar otro similar en el Palais de Tokyo en París, aunque Cortés precisó que al parecer tenía problemas burocráticos y que, en cualquiera de los casos, sería temporal.
La fachada de un edificio, según explica el artista acerca de su trabajo, es un reflejo de lo que articula a su alrededor. De manera que su labor ha consistido en poner en relación todo ello. Cortés lo fue explicando refiriéndose a ese pasado, presente y futuro que contenía la plástica del muro. “Nos habla del pasado del barrio, de quienes fueron expulsados de sus casas y de las protestas de aquellos años; del horno o del bar que había”. También de la actualidad, “al haber escogido frases de multitud de grafiteros que ha incorporado a su trabajo”.
Y del futuro reflejado en el instituto de enfrente. Un instituto de enseñanza artística donde la música tiene vital importancia. “Está hecho a modo de partitura, trayendo el instituto al mural y llevando el mural al instituto”, puesto que, como dijo Cortés, hay grafitis en el mural provenientes de los aseos, escaleras o diversos rincones del centro, que tendrá su correspondencia con el que el propio Escif pintará en la pared del instituto. “Es un lienzo lleno de guiños a multitud de cuestiones”, subrayó el director.
Hay esculturas clásicas, cabezas grecorromanas, hallazgos arqueológicos de la zona (ruinas romanas descubiertas en los subsuelos del barrio del Carmen), elementos arquitectónicos como la escalera y colores referentes a las fachadas del barrio. También frases como estas: “Busco poema que celebre mi grieta”, directamente contrarios al propio IVAM (“Por la demolición del IVAM, por la inmolación del antro”) o la más paradójica: “Si estás leyendo esto, es demasiado tarde”.
El trabajo de campo realizado por Escif le ha llevado seis meses y su ejecución apenas dos semanas, a razón de siete horas diarias, con un presupuesto total de alrededor de 18.000 euros. Un “acto de psicomagia”, como lo ha denominado el artista, mediante el cual borrar la pared a base de pintarla: “La pintura permite invertir la soberbia con la que el hormigón se impone antes las masas; una pared pintada deja de ser un límite para convertirse en un canal transversal, arremetiendo contra su naturaleza”.
Cortés aseguró el compromiso del IVAM de no tocar el grafiti aunque, en tanto tal, esté sometido al riesgo de que pueda ser intervenido por otros grafiteros, incluido el propio Escif: “Va a tener días para darle vueltas a su propio trabajo”. También la climatología puede afectar al mismo. En todo caso, como apunta el artista, la pared no dejará de hablar por sí misma, convirtiendo al pintor “en un mediador al margen del discurso” y a la pintura “en un canal que permita la comunicación horizontal entre la gente”.
En su “Comentario del solar”, Escif alarga la deriva de su trabajo anteponiendo “el diálogo a la imposición, la mediación a la colonización, la calle a la institución, la vida al espectáculo”. Y concluye, no sin antes rizar el rizo en forma de “hacer una pintura mural que no sea una pintura mural”, estableciendo la siguiente cadena en el proceso productivo: “El artista puesto al servicio de la gente. El museo puesto al servicio de la ciudad. El arte puesto al servicio de la vida”.
Salva Torres
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