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‘Es sólo una sensación’
Asociación Colección Arte Contemporáneo
Museo Patio Herreriano de Arte Contemporáneo Español
Jorge Guillén 6, Valladolid
Hasta el 5 de abril de 2026
¿Es posible liberar al arte contemporáneo de los discursos? ¿Es posible contemplar las obras sin un relato detrás que les ofrezca un soporte ideológico? Cada vez más museos y expertos se hacen esa pregunta y el Museo Patio Herreriano de Valladolid ha intentado responderla en la exposición ‘Es sólo una sensación’, con la que celebra los 25 años del acuerdo con la Asociación Colección Arte Contemporáneo (ACAC), que cedió los fondos que el museo exhibe y conserva.
“Al poco de empezar a pensar en esta exposición, surgió una duda que ha acompañado a todo el proceso. ¿Cómo celebrar esta efeméride? ¿A qué pretexto narrativo acogerse? Llevamos ya décadas hablando del exceso de imágenes que produjo el advenimiento de los mass-media, y que la era digital no ha hecho sino consolidar”, apunta Javier Hontoria, director del Museo Patio Herreriano.
“No parece, sin embargo, inquietar demasiado, al menos en círculos curatoriales, el caudal desbocado de narrativa que hoy se impone, aupado, en buena medida, por esa otra exigencia que desde hace unos años parece obligar a investigar con antelación –sin gran exigencia de rigor, dicho sea esto también- lo que uno tiene que decir, con las muy variadas consecuencias plásticas que esto trae consigo. Al proceso de formalización de esta exposición se sumó pronto esta reflexión sobre el rol que en el arte de hoy ocupa el relato”, añade Hontoria.
Quizás por eso, el objetivo fue intentar liberar a las obras de ese corsé. “Hemos querido evitar el exceso de discurso y la tendencia a contar una historia e ilustrarla con obras de arte”, explica el director del museo vallisoletano. “Pero, al final, siempre acabas contando algo, aunque hemos procurado que sean los espectadores los que interpreten las conexiones que sugerimos y que construyan sus propias historias. Sobre la base de que el arte contemporáneo exige mirada atenta”.

La exposición ‘Es sólo una sensación’ ha sido concebida para celebrar los 25 años del acuerdo que hizo posible la creación del Museo Patio Herreriano de Valladolid. En el año 2000, la Asociación Colección Arte Contemporáneo, propietaria de la más importante colección privada del país en su ámbito, acordó que sus obras –actualmente, 1.200– serían cedidas en depósito a un nuevo museo que el Ayuntamiento vallisoletano se comprometió a crear, ex profeso, mediante la restauración del Patio Herreriano del monasterio de San Benito de la capital. Dos años después, en 2002, nacía el Museo Patio Herreriano con el aval de una de las mejores colecciones de arte contemporáneo español del país.
Javier Hontoria no duda en considerar que su colección es la tercera mejor en su género, tras las del Museo Nacional Reina Sofía de Madrid y el IVAM valenciano. “Es una colección muy bien comprada y muy bien seleccionada. Es riquísima”. Incluye obras de los principales artistas españoles contemporáneos y también de muchos que en su momento no eran apreciados y que ahora están siendo reivindicados como figuras de referencia, como Ángel Ferrant. Y, gracias a su depurado criterio de selección, sus fondos permiten una aproximación muy completa a la historia del arte contemporáneo español, desde 1917 en adelante.
La exposición ‘Es sólo una sensación’, que puede verse hasta el 5 de abril de 2026, busca celebrar el aniversario con una nueva relectura de los fondos del museo. Este nuevo acercamiento es, además, una oportunidad para enfrentarse con obras de la colección que apenas han sido vistas durante todos estos años, a pesar de su relevancia.
Piezas de Nacho Criado, Cristina Iglesias, Manolo Calvo, Jaime de la Jara… o también videocreaciones de Sergio Prego y Sánchez Castrillo. Y junto a estas rarezas, que los habituales al museo agradecerán, una colección de obras de Soledad Revilla, Jordi Teixidor, Eusebio Sempere, Baltasar Lobo, Carlos León, Elena Asins, Rosa Brun, Juan Luis Moraza, Leandre Cristófol o Moisés Villelia, entre otros.
Hontoria explica que los fondos de la colección son tan abundantes que nunca se exhiben todos a la vez. Ni siquiera un porcentaje alto de la colección, “porque los museos requieren visitas y estas se logran, sobre todo, con la novedad que suponen las exposiciones temporales”. De modo que la colección va rotando en un grupo de salas del museo, mientras otras se dedican a las novedades.

Aunque, a veces, esas exposiciones están centradas en artistas del propio fondo, con el objetivo de profundizar en un conocimiento más general de su obra. “La gente que viene a vernos se queda anonadada de la calidad de la colección. Y la política de exposiciones ayuda a darla a conocer cada vez más y a más gente”, opina el director del museo.
“El aumento muy importante de peticiones revela que la colección despierta un gran interés”, añade Hontoria. Un buen ejemplo es la exposición dedicada a Maruja Mallo en el Centro Botín, que actualmente incluye cuatro obras del Museo Patio Herreriano y cuando llegue al Museo Reina Sofía incorporará una quinta. “Estamos constantemente recibiendo peticiones y, por lo general, aceptándolas”.
Una de las novedades de los últimos años en la gestión del Patio Herreriano es el desarrollo de una política de cesiones de obras que quieren avanzar en la creación de un fondo de obra propio del museo. No hay que olvidar que los fondos de la Asociación Arte Contemporáneo son propiedad de las empresas.
“Somos un museo productor de exposiciones, lo que nos da una identidad frente a otros”, explica Hontoria. Desde hace unos años, en el proceso de concepción de las exposiciones, se acuerda con los artistas la donación al museo de alguna de las obras creadas ex profeso para ellas, o de otras.
“Un número importante de artistas a quienes se han producido exposiciones han dejado obra, lo que en los últimos años nos ha permitido generar un acervo relevante. Ahora tenemos obra de Manolo Ladillo (una serie de 150 fotos históricas), de Eva Lootz, Teresa Lanceta, Cristina Mejías, José Díaz, Alberto Peral o Juan López”.
La colección de la ACAC surgió en 1987 de la iniciativa de un grupo de empresarios interesados en el arte y dispuestos a ejercer de mecenas. Julián Trincado (Unión Fenosa) y José Lladó (Técnicas Reunidas) lideraron un grupo de catorce empresas que tenían el anhelo de fomentar el conocimiento del arte en España.
Eran conscientes de que este campo había sido abandonado por el régimen de Franco y que muchas de las obras capitales del arte contemporáneo español estaban terminando en colecciones o galerías fuera del país. De ahí que uno de los objetivos de la colección fuera, justamente, adquirir obra relevante para asegurar que permaneciera en el país y que pudiera ser disfrutada aquí.
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