Atribuir a las imágenes fotográficas el estatus incondicional de “verdad” conduce al fracaso de cualquier expectativa. En general el público cree entender aquello que reconoce formalmente, seguramente por eso existe una resistencia considerable hacia expresiones artísticas abstractas o conceptuales, pues la ausencia de figuración dificulta al observador obtener mediante la mirada una información que requiere siempre de un mayor análisis.

Emilio Roselló. Formar de un error. Imagen cortesía del artista.
Emilio Roselló. Formar de un error. Imagen cortesía del artista.

La superabundancia de imágenes, con su creación constante por parte de los usuarios de cualquier dispositivo  de comunicación personal conectado a la red, hace que debamos reflexionar acerca del crecimiento exponencial de las mismas. La tendencia de autorepresentación da signos acerca de la construcción de un “yo” social paupérrimo, que reclama de forma constante la aprobación y el feedback de terceros para sustentarse. Habrá que comenzar a interesarse por una “ecología visual” que administre este creciente exceso.

Emilio Roselló. Formar de un error. Imagen cortesía del artista.
Emilio Roselló. Formar de un error. Imagen cortesía del artista.

Por otra parte se encuentran las imágenes captadas indiscriminadamente y almacenadas por sistemas de prospección en las que no interviene la voluntad de los individuos, convertidos en sujetos pasivos. Emilio Roselló (Valencia, 1960) aborda con su proyecto “Formar de un error” esa categoría de imágenes que se engrosa con capturas en las que los individuos son literalmente cazados, como meros elementos del decorado urbano. Roselló centra su atención en Street View de Google, “donde una cámara con nueve ojos registra mecánicamente desde 2007 porciones esferizadas de las calles” de casi cincuenta países. De entre ese volumen ingente de imágenes el artista se apropia de aquellas en las que el error de un algoritmo ha desposeído al individuo de su identidad, al engullir parte de su imagen. El resultado son “desretratos” de personas cuya imagen ha sido decapitada, propiciando la representación certera de un mundo veloz que tritura sin cesar, inserto en una dinámica que perpetua su movimiento.

Emilio Roselló. Formar de un error. Imagen cortesía del artista.
Emilio Roselló. Formar de un error. Imagen cortesía del artista.

El sistema global escupe simbólicamente en estas imágenes los despojos del individuo, que sirven de base para esta colección en la que Emilio Roselló desarrolla una mirada postfotográfica que no solo se apropia de ellas, sino que las interviene de un modo analógico superponiendo sencillos elementos sobre la pantalla que las retroproyecta, para inmediatamente fotografiarlas digitalmente. En este gesto se contiene la distancia de espacio y tiempo que nos separa de la metarealidad virtual con la que convivimos, una distancia que no siempre sabemos medir y que con frecuencia genera la ilusión de acercarnos a lo remoto mientras nos aleja de lo tangible, desvalorizando lo real, lo próximo.

Emilio Roselló. Formar de un error. Imagen cortesía del artista.
Emilio Roselló. Formar de un error. Imagen cortesía del artista.
Emilio Roselló. Formar de un error. Imagen cortesía del artista.
Emilio Roselló. Formar de un error. Imagen cortesía del artista.
Emilio Roselló. Formar de un error. Imagen cortesía del artista.
Emilio Roselló. Formar de un error. Imagen cortesía del artista.
Emilio Roselló. Formar de un error. Imagen cortesía del artista.
Emilio Roselló. Formar de un error. Imagen cortesía del artista.

José Luis Pérez Pont