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‘El viaje romántico’, de Ricardo López Si
Editorial UOC, 2021
Librería El Imperio
Sueca 29, València
Presentación del libro: 12 de septiembre de 2023
Considerados muchas veces como integrantes de un género menor, los libros de viajes pueden ser entendidos más bien como el género fundacional de la literatura. «A menos, claro, que los lectores de ‘El Quijote’ y ‘La Odisea’ opinen lo contrario», ironiza el escritor y periodista mexicano Ricardo López Si, autor de ‘El viaje romántico’.
Y si podemos poner en perspectiva la literatura de viajes, lo mismo podemos hacer con el calificativo romántico, que no se aplica solamente a las relaciones amorosas y al sentimentalismo exacerbado de algunos artistas y escritores, sino que también puede entenderse como el apego hacia las maravillas que todavía esconde el cosmos o como la pasión por la observación y exploración del planeta. Es eso lo que defiende el arqueólogo, naturalista y explorador Jordi Serrallonga en el prólogo de ‘El viaje romántico’.
Según Serrallonga, «si por romántico entendemos estima, curiosidad y dedicación hacia todo lo que ven tus ojos, pues entonces aceptaremos que los personajes seleccionados por Ricardo López fueron un buen puñado de románticos; él mismo es un viajero romántico».
De la mano de personalidades como Jorge Luis Borges, Walter Scott, Milan Kundera, Darwin, Chaplin o incluso de Vlad Draculea, Napoleón y Helena de Esparta, Ricardo López Si recorre ciudades de Europa, África, América y Medio Oriente. Se va de Dublín a Bucarest, de Egipto a los Alpes o de Petra a Estambul, y más.
Pero el autor no viaja solamente por ciudades, sino también por la historia, el cine, la música y, sobre todo, por la literatura mundial. El viaje como periplo cultural; entendida la cultura al modo de Eloy Tizón: no como la acumulación de información enciclopédica, sino como la capacidad para establecer conexiones entre dos puntos distantes.
López Si mira una escultura consagrada a un escritor portugués y se acuerda de un personaje de ópera italiano; admira la Acrópolis de Atenas y la coteja con los teléfonos inteligentes y los periodistas del algoritmo; visita el Versalles vienés tras las huellas de los Habsburgo y los relaciona a la pareja de una peli hollywoodiana; contempla las tumbas de Jean Genet y Juan Goytisolo y se les dedica una frase de Alfred Hitchcock.
«Ya lo decía Apsley Cherry-Garrard, superviviente de la legendaria expedición polar Terra Nova: la exploración –o el viaje, que es lo mismo– es la expresión física de la pasión intelectual», menciona el autor de ‘El viaje romántico’ en cierto punto del libro. Una cita que se puede aplicar a todos los recorridos de su recopilación.
López Si narra sus viajes en primera persona. Pero no es él el protagonista de sus relatos, mejor dicho, de sus postales viajeras, en las que plasma sus visiones y reflexiones, pero asumiendo su humilde condición de pirata intelectual.
«No hago más que seguir reinterpretando el viaje a través de otras miradas», dice, y con ello se refiere a las miradas de grandes escritores, periodistas, poetas, cineastas y demás. El autor va acumulando joyas de sabiduría e inspiración y, así, hace de su obra un verdadero tesoro reflexivo.
A la vez, ‘El viaje romántico’ está cargado de humildad y honestidad. Y es que los viajes no son siempre bellos y poéticos, así como no todo viajero tiene que ser siempre corajudo y aventurero.
Teniéndolo en cuenta, López Si habla de la decepción mayúscula que le provocó el Café Librairie Livresse ginebrino; nos descubre que abortó la misión de pasarse siete horas en el vientre de la pirámide de Giza (como presumiblemente hizo Napoleón); confiesa el vértigo que le causó atisbar el mausoleo real de Petra y nos revela que, más de una vez, las inclemencias del tiempo han frustrado sus planes.
Con relatos cortos y amenos y, a la par, ingeniosos y profundos, ‘El viaje romántico’ nos lleva a replantear nuestra manera de viajar, así como nuestra mirada hacia lo que vemos mientras viajamos. Como dice el autor, «para coleccionar momentos hay que desmontar convencionalismos».
De ahí que ‘El viaje romántico’ no sea un libro que agrade a cualquiera. Y es que la obra abunda en referencias. Por ello puede resultar compleja (o incluso insatisfactoria) para aquellos que se contentan con conocer solamente los bestseller, las pelis más taquilleras y las atracciones turísticas más populares.
Eloy Tizón va más allá al opinar que ‘El viaje romántico’ es un libro «demasiado moderno para los clásicos y demasiado clásico para los modernos», comenta en la apertura de la obra. Y añade: «Lo escribió un poeta».
Quienes lo conocemos podemos decir además que Ricardo López Si es también un periodista talentoso, un trazador de paralelos interdisciplinares, un joven bohemio, curioso y sonriente, pero, sobre todo, un exigente coleccionador de riquezas intelectuales y memorias viajeras.
