El sol del futuro

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‘El sol del futuro’ de Nanni Moretti
Con Nanni Moretti, Margherita Buy, Mathieu Amalric, Silvio Orlando, Barbora Bobulova, Jerzy Stuhr, Elena Lietti y Blu Yoshimi, entre otros
95’. Sacher Film Rome, Fandango Produzione, RAI Cinema

Nanni Moretti regresa a las pantallas con ‘El sol del futuro’, un largometraje en el que se comete el error garrafal de utilizar el amor al séptimo arte para que la autocomplacencia gobierne por doquier.

Una vez más, Moretti se usa a sí mismo -tanto como actor como biblioteca andante- para crear una nueva película en la que lo único que importa, en realidad, es el propio director. El italiano, en la recta final de su carrera, olvida la autocrítica y la acidez desternillante de otras de sus obras como ‘Abril’ o ‘Querido diario’ y se decanta por escribir una empalagosa carta de amor en la que tanto el remitente como el destinatario es él mismo.

‘El sol del futuro’ cuenta la vida de Giovanni, un excéntrico director de cine que trata de sacar adelante su último filme mientras lucha a su vez contra sus lazos familiares, su ego y con el fin del cine tal y como lo conocemos.

Fotograma de ‘El sol del futuro’, de Nanni Moretti.

Si bien en la base se intenta ofrecer un mensaje optimista -alejado del tono lúgubre de otros viejos directores como Erice- en el final de su carrera, esta buena intención desaparece inmediatamente en el momento en el que la metaficción comienza a ser un discurso ególatra sobre la vida y los conocimientos de Moretti.

Con un humor simplón y carente de chispa, el director centra el eje de su película en el camino tortuoso de su protagonista tanto en la vida social como, por supuesto, en el nuevo horizonte que se atisba del cine, donde las plataformas streaming y el público conformista disipan el buen cine, según el autor. Si bien los desastres y las calamidades comienzan a sucederse una tras otra, el mensaje superficial que se obtiene de este título es optimista: el cine no ha muerto.

Moretti traza una débil línea de esperanza en la que el viejo cine -el bueno, o lo que él considera bueno- es capaz de superar todas las moderneces e idioteces que reinan en la actualidad cinematográfica. Con una desvergonzada soberbia en la que sobran incoherencias y faltan razones, ‘El sol del futuro’ dicta lo que está bien y lo que está mal, sin explicaciones.

Un siempre presente libro de conocimientos del autor muestra cómo el alma del séptimo arte supera con creces las adversidades y aguanta cual titán todo lo que se le echa encima, incluso el futuro. Moretti expresa sin darse cuenta el miedo que le produce el futuro del cine. Y no precisamente por su falta de calidad, si no por no saber encajar en él.

Terco y pedante, el director rechaza todo los cambios -imprescindibles e inevitables- en los que se envuelve el séptimo arte actual. A su vez, se aferra a los pilares, por todos conocidos, de la vieja escuela y vocifera a los cuatro vientos que esa es la única dirección que se debe seguir.

Una obra innecesaria que socava y perjudica lo que en un principio intenta demostrar. Con este tipo de títulos soberbios y exacerbados sólo se echa piedras al tejado del cine. Lejos de mostrar libertad e ilusión, una nube negra de arrogancia ensombrece las películas.

La mayor incongruencia de esta insulsa y adulterada epístola de afecto hacia el cine es precisamente que no se le quiere en su totalidad. Se excluye determinado sector con desprecio y se venera y se enaltece, casualmente, aquel que realiza Nanni Moretti -supuestamente-.

El sol del futuro
Fotograma de ‘El sol del futuro’, de Nanni Moretti.