Migrats Cicle Dansa
Espacio Inestable
Aparisi i Guijarro 7, València
Centre del Carme Cultura Contemporànea (CCCC)
Museo 2, València
Hasta el 29 de noviembre

La Comunitat Valenciana está de enhorabuena, en lo que a danza se refiere. “Estamos muy, pero que muy bien, a nivel de recursos”, subrayó Jacobo Pallarés, director junto a Maribel Bayona de Espacio Inestable. “Ha habido voluntad política”, agregó, para explicar la causa de esa notable posición. Recursos económicos a los que les falta ahora cierto acompañamiento formal: “Un cambio en el sistema”, refiriéndose con ello a una mayor apuesta “por el proceso y no tanto por el resultado en el mercado”.

José Luis Pérez Pont, director del Centre del Carme, salió al quite para explicar la necesidad de ese cambio propugnado por Pallarés: “Antes se dedicaba todo a la exhibición, pero no se daba apoyo a la investigación y la producción”. A su juicio, “hay una parte que no se ve, donde se gestan esas ideas”, y que conviene potenciar. De ahí su apuesta decidida por esa parte del iceberg oculta, ahora saliendo cada vez más a la superficie.

Responsables de Migrats Cicle Dansa y algunos de los artistas. Imagen cortesía del Centre del Carme.

Es lo que sucede con el ciclo de danza Migrats que, al alimón, han impulsado Espacio Inestable y el Centre del Carme, con el fin de dar visibilidad tanto a jóvenes artistas valencianos que empiezan sus carreras, como a aquellos otros que ya vienen desarrollándola fuera de la Comunitat Valenciana. Bailarines y coreógrafos que, desperdigados por diferentes ciudades nacionales y extranjeras, son recuperados para la causa de la danza, en un ciclo que fomenta la investigación y la oportunidad de presentar obras en un proceso interactivo vinculado a los escenarios de la ciudad.

“Se trata de dar apoyo a un sector que requiere ser visibilizado”, señaló Pérez Pont. “Es la edición más ambiciosa, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo”, subrayó Pallarés, quien resaltó a su vez la dificultad de llevar a cabo esta cuarta edición del ciclo de danza Migrats, “ahora que está en crisis la movilidad”, por culpa de la pandemia ocasionada por la Covid-19.

“De momento seguimos con el plan A presencial y seguiremos adelante pese a todo”, proclamó Pallarés, para quien el ciclo permite “mostrar otras formas de trabajo”. “Se ven muchos códigos diferentes de danza en poco tiempo”, aseguró Tatiana Clavel, comisaria del proyecto junto a Rocío Pérez, Santi de la Fuente y los propios Bayona y Pallarés. Un proyecto que arrancó el pasado día 14 de noviembre y se extiende hasta el 29 en los dos espacios antes indicados.

Lucía Jaén. Autor: Veritat.es

‘Genealogía de un deseo’, fruto de una residencia de creación durante 2020, es la pieza de Lucía Jaén con la que arrancó Migrats el pasado fin de semana 14 y 15 de noviembre. “En Valencia están pasando cosas muy potentes”, dijo quien actualmente reside en Copenhague y ha venido a mostrar las relaciones afectivas entre la danza y las palabras, que configuran el tratamiento del deseo apuntado en su obra. De su experiencia en la ciudad danesa apuntó que allí había visto “pocas cosas en caja negra”, porque hay “muchas naves industriales recuperadas” para acoger danza. “Valencia necesita el espacio y el tiempo, porque ya tiene las condiciones”, afirmó.

Un total de 27 piezas de danza podrá verse en apenas dos semanas, “propuestas personales en un formato medio que promueve la investigación, el diálogo entre lo emergente y lo establecido, entre la danza europea e internacional y la local”, según hacen constar los comisarios. Bailarines y coreógrafos de España, Portugal, Alemania, Francia, Reino Unido, Dinamarca, Bélgica, Argentina, Colombia y Estados Unidos que, en su mayoría, han podido desplazarse hasta Valencia para mostrar sus singulares creaciones. Además de Lucía Jaén, figuran los nombres de Javier Hedrosa, Mauricio Pérez, Julia Zac y Ulrico Eguizábal, Iván Colom, Marian del Valle, Marina Fueyo y María Jurado, Sara Fondevila, Natalia D’Annunzio, Colectivo Tal Vegada, Antes Collado, Inka Romaní, Migro Danza o La Basal, entre otros.

Migrats acoge, en un primer bloque denominado ‘Premigrades’, a los creadores valencianos residentes en la ciudad y que todavía no han tenido demasiada visibilidad, como Colom, que presenta ‘Fi Du’; Les Juntes, con ‘Instrucciones para el devaneo’; Hedrosa, con Què hem fet els últims anys per a obligar-ho tot’, y el colectivo Danshe, cuyo ‘Quieta en la mata’ se presenta como un homenaje al mundo rural desde una galaxia con aires de jotapunk.

Dakota Comín. Autor: Henrik Kaalund.

En la sección ‘Migradas’, como su propio nombre indica, se recogen las obras de cuantos se han visto obligados a emigrar por diversas circunstancias, como Dakota Comín, cuyo ‘Volver’ se hace eco de la memoria que propicia ese trayecto hacia lugares extraños al habitual. Tina Forés, con ‘Tú la luna, Tú el sol’; Antes Collado, con ‘Zoo’, y Marian del Valle, con ‘Danses en Performance’, completan la visión de los migrados valencianos.

‘Inmigrantes’ se hace cargo de lo contrario, mostrando los trabajos de quienes residen en Valencia procedentes de otros países. Julia Zac, argentina-francesa, lo hace con ‘Battle-Ground’; Migro Danza, compañía gestada en Colombia, presenta ‘(Cap. I) Impolítico’, donde ironiza sobre la sociedad española, y Natalia D’Annunzio y Linn Johnson, se sirven de la pieza ‘Origen’ para mostrar puntos de vista diferentes unidos por el movimiento.

Un último bloque, llamado ‘Visitantes’, funciona a modo de espejo de las ‘Premigradas’, reuniendo a creadores de otras ciudades y conservatorios, ofreciéndoles una primera oportunidad de exhibir sus trabajos en Valencia. Son los casos de las catalanas Marina Fueyo y María Jurado, con ‘Ósmosis </3’; la gallega Sara Fondevila, con ‘Ter Ollo’, y el vasco Unai Álvarez, con ‘Mannequin Démodé’, sobre el mundo de la moda en clave crítica.

Migrats demuestra, como dicen sus responsables, “que siempre hay una generación deseando provocar agitaciones si se les da el espacio de producirlas”. En este caso, Espacio Inestable y Centre del Carme, donde se podrán ver todas esas piezas de artistas que arriesgan, ya sea desde la propia ciudad o allende las fronteras, por hacerse entender allí donde su necesidad de comunicar requiere de nuevos lenguajes expresivos.

Migrats
Imagen de ‘Quieta en la mata’, del colectivo DanShe.

Salva Torres