El Atrapacuentos

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El Atrapacuentos | Podcast de relatos ilustrados
Eva Jiménez y Jesús López-Peláez

Por si alguien no lo sabe o lo ha olvidado, los atrapasueños son amuletos u objetos de poder de la cultura de los indios americanos ojibwa, confeccionados con un bastidor de madera de sauce que contiene una red vegetal y varias plumas colgantes, cuya función es filtrar los malos sueños y evitar pesadillas a los niños.  En los años sesenta su estética imagen se expandió por el mundo, y aunque han perdido su sentido tradicional forman parte de la iconografía popular y se usan como elemento decorativo.

Inspirados en este antiguo talismán, una pareja de emprendedores y creativos valencianos han bautizado su singular proyecto, El Atrapacuentos, el pódcast de relatos ilustrados nacido el pasado mes de septiembre. Son la diseñadora gráfica y gestora cultural, Eva Jiménez, y el periodista de radio con una trayectoria de más de diez años en distintas emisoras, Jesús López-Peláez.

Eva Jiménez y Jesús López Peláez, El Atrapacuentos. Imagen cortesía del autor.

La idea de recuperar los pretéritos formatos radiofónicos de ficción, historias para escuchar al amor de la lumbre o frente al ventilador, pero en clave y tecnología actual, rondaba hace tiempo sus mentes, pues a López-Peláez le gusta mucho escribir ficción y a Eva ilustrar. En el cumpleaños de ella su pareja le regaló una serie de cuentos escritos y narrados por él, y el resultado les complació tanto que decidieron difundir la idea a través de Internet.

Se pusieron manos a la obra y ya disponen de seis títulos de contenido muy variado que se pueden escuchar en cuatro plataformas (Spotify, Spreaker, iVoox y SoundCloud) y están presentes en Facebook e Instagram. «Son relatos variopintos que buscan ilustrar todas las emociones que puede sentir el ser humano», indica López-Peláez. «Cuentos infantiles, drama, fantasía, miedo, amor y un sinfín de temáticas con el nexo en común de generar un espacio de escucha para evadirse de los quehaceres rutinarios. Cada capítulo tiene distinta duración, desde cinco hasta doce minutos, pues cada historia necesita de un tiempo para dejar reposar las ideas que se buscan transmitir».

Ilustración de uno de los relatos de El Atrapacuentos. Imagen cortesía de sus autores.

Los episodios son conclusivos, aunque probablemente en el futuro preparen alguno más extenso dividido en dos partes. En todo caso todos ellos están pensados para ser escuchados atentamente, no como sonido de fondo, sino con los cinco sentidos, bien sea tumbado en la cama, bien paseando por un jardín.

Su primera historia, ‘El lago’, cuenta la conversación que mantiene un abuelo con su nieto, mientras contemplan un hermoso lago. Hablan sobre el sentido de la libertad, sobre los enemigos o imprevistos con los que nos podemos tropezar en la vida, y su charla, con el corazón en la mano, quedará grabada para siempre en su memoria.

El segundo relato, ‘La Sirena Varada’, el más peculiar de la serie hasta ahora, es una historia fantástica inspirada en una maldición que pesa sobre un lugar a la que un apuesto caballero logra poner fin a costa de su vida. «Dicen que el agua es la cárcel de quien busca salir a morar fuera de ella. Dicen que cuando la luna llena ilumina su reflejo, una voz cautiva a todo aquel que antepone sus deseos a la razón de sus actos. Dicen, que la Sirena Varada entona una dulce y a la vez maldita melodía».

Ilustración de uno de los relatos de El Atrapacuentos. Imagen cortesía de sus autores.

El tercero, ‘Alma’, es un cuento infantil que narra cómo el sol creó a la luna para que iluminara la noche. «La luz da la certeza de que no puede existir si no hay oscuridad. ¿Podemos ver sin el mínimo atisbo de luz? El inocente no siempre entiende lo injusto, ni lo justo es siempre lo más dulce y pulcro».

“No hay un denominador común entre los distintos relatos. Cuando escucho un cedé de música, me gusta que cada pista me sorprenda y no suenen absolutamente igual Con estos relatos, busco que el oyente no sepa qué puede esperar para así sorprenderle. Obviamente, tienen un estilo muy bohemio que los caracteriza a todos”.

La clave para escribir relatos ilustrados, radica en la forma en la que comunicas, explica López-Peláez. “Eva y yo hemos conseguido una armonía entre los relatos y la ilustración, encontrando nuestro propio estilo. Para mí, el cuento debe tener músicas, efectos de sonido que acompañen y enriquezcan la historia para hacerte entrar en ella de lleno. Además, buscamos voces que colaboren en función de lo que pida la historia”. Las de Urbano Canal, Carmen Fernández, Ana Rumí y Diego Cardeña, expertos en trabajos de locución, son algunas de ellas.

Ilustración de uno de los relatos de El Atrapacuentos. Imagen cortesía de sus autores.