Dufy. Museo de Collioure

#MAKMAArte
‘Le Port de Collioure’ (1948), Raoul Dufy
Asociación de Amigos del Museo de Collioure
Musée d’Art Moderne de Collioure
4 Rte de Port-Vendres, Collioure (Francia)

En la acuarela preparatoria para su dibujo al pastel y tiza ‘Le Port de Collioure’ (1948), Raoul Dufy inscribió la frase “Collioure sin velas es como una noche sin estrellas”. Con ella evoca la fuerza simbólica de las velas, que definen la identidad del puerto y su paisaje. Su simplicidad formal y el delicado uso del color confieren a la escena una intensidad que trasciende lo visible: cada vela brilla como una estrella que marca la vida del pueblo y subraya su singularidad.

La Asociación de Amigos del Museo de Collioure ha trabajado y recaudado fondos para que esta obra entre en la colección, en un gesto de cuidado hacia la autenticidad y la memoria artística del lugar.



Este pequeño puerto mediterráneo fue el verdadero laboratorio del fauvismo, donde Matisse y Derain, en el verano de 1905, liberaron el color y transformaron la percepción del paisaje. Dufy, con su trazo ligero y su paleta vibrante, prolongó esa revolución plástica, traduciendo en pastel la vibración del viento y el reflejo del mar, y capturando la belleza fugaz del instante.



Pero la luz del pueblo costero convive también con la sombra de la historia. Antonio Machado murió aquí en 1939 tras cruzar la frontera del exilio. A muy pocos kilómetros, Walter Benjamin dejó su huella en Portbou, atrapado por la persecución y la frontera. Los campos de internamiento de Argelès y Rivesaltes conservan la memoria de quienes huyeron de la guerra civil. Estas presencias silenciosas dotan al paisaje de una densidad que va más allá de lo visible.



‘Le Port de Collioure’ (1948), de Raoul Dufy. Imagen cortesía del Musée d’Art Moderne de Collioure.

Este pueblo sabe que la memoria es importante. La tumba de Machado se ha convertido en un lugar de peregrinación, y un tejido asociativo vela por cuidar y proyectar hacia el futuro ese patrimonio material e inmaterial. Son iniciativas nacidas de personas que mantienen las velas al viento para preservar la belleza, la memoria y construir el porvenir. La compra de este dibujo de Dufy es un gesto más en esa dirección, que refuerza la voluntad colectiva de sostener la autenticidad y la singularidad de la localidad.



Collioure sigue deslumbrando con sus casas, su mar, su cielo y sus viñas. La luz que inspiró a Matisse, Derain y Dufy continúa invitando a mirar más allá de la superficie. En ese horizonte, el Museo de Collioure desempeña un papel esencial: protege la autenticidad del lugar, preserva su memoria artística y cultural y mantiene viva la singularidad que lo define. Gracias a esta labor, el pueblo no se disuelve en la homogeneidad de lo efímero, sino que afirma su identidad como un faro en este rincón del Mediterráneo.