#MAKMAEscena
‘Pandataria‘
Dirección y coreografía: Chevi Muraday
Dirección de escena: David Picazo
Textos: Laila Ripoll
Intérpretes: Cayetana Guillén Cuervo, Chevi Muraday, Elio Toffana, La Merce, Basem Nahnouh, Chus Western
Producción: Losdedae y Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida
40 Sagunt a Escena
Teatro Romano de Sagunto
Sábado 5 de agosto a las 22:30
Las islas poseen una atractiva aureola como posibles paraísos más o menos exóticos donde relajarse o vivir trepidantes aventuras, pero también un lado oscuro y tenebroso. En distintos lugares y épocas han sido prisiones sin rejas para personas consideradas molestas o incómodas por el poder de turno, como la Ibiza de mediados del siglo pasado.
En el mar Tirreno existe un diminuto fragmento de tierra –apenas un kilómetro y medio cuadrado de superficie– que encierra una triste historia de destierros y condenas. Es Ventotene, antes llamada Pandataria, título de la pieza de danza contemporánea creada por Chevi Muraday con el protagonismo de Cayetana Guillén Cuervo, que llega el sábado a Sagunt a Escena, «un viaje hacia la libertad y al amor absoluto al prójimo», según su creador, «un grito a favor de la diversidad».
«Cuando me propusieron un proyecto para el Festival de Mérida me adentré en la cultura grecorromana porque en mis trabajos siempre vinculo el movimiento con los textos, la danza con la palabra».
Y descubrió Ventotene, una pequeña isla del archipiélago de las Pontinas, situado en la costa occidental italiana entre Roma y Nápoles. «En la época de la dinastía de los Julio-Claudio allí eran desterradas las mujeres molestas en virtud de la Lex Iulia Adulteriis promulgada por Augusto. Julia La Mayor, su hija y su nieta fueron algunas de esas desgraciadas».
Siglos más tarde, el Gobierno de Mussolini confinó allí a tres disidentes –Spinelli, Rossi y Colonni– que redactaron un manifieso ‘Por una Europa unida y libre’, y también la activista judía Ursula Hirschmann inició su lucha contra el fascismo durante los años cuarenta del pasado siglo en esta diminuta isla-prisión, donde coescribió el ‘Manifiesto de Ventotene’, que se considera punto de partida del federalismo europeo.
A partir de estos hechos históricos, a lo largo de dos años de reflexión y arduo trabajo, Muraday –apellido de origen otomano que significa ‘luna’ y ‘paciencia’– elaboró una hermosa y elocuente parábola sobre el desarraigo, la exclusión y la condena a ser marginados. Porque, como dijo el poeta inglés, John Donne, «ningún hombre es una isla», todos estamos conectado en una gran familia.
Por eso ‘Pandataria’ se entiende y se extiende a otras islas metafóricas de destierro social, barrios con nombres y apellidos –la Cañada Real, Vacié, el Raval, La Coma…–. De ahí que tanto la música como el vestuario de esta pieza incluya referencias estéticas y musicales propias de estos espacios, como el rap, sonido habitual de los suburbios y barrios marginales y ciertos estilos de danza urbana.
La selección de un elenco diverso refleja la voluntad de representar a los olvidados, así como a los inmigrantes o colectivos invisibles en las ciudades. La Merce, musa escénica no binaria, aporta su experiencia en estilos como el voguing o la runway, y Chus Western y Basem Nahnouh suman sus excelentes cualidades de bailarines. Durante una hora y veinte minutos, ‘Pandataria’ convertirá el Teatro Romano de Sagunt en una isla de marginados que aprenden a ser libres inspirados por la figura de Cayetana Guillén Cuervo.
Ella es la anfitriona y guía en este viaje simbólico. «Conozco a Cayetana desde hace mucho tiempo y llevábamos veinte años queriendo hacer algo juntos», comenta Muraday. «Es una artista de energía arrolladora en el mejor sentido, una gran intérprete y una gran persona. Estamos muy contentos, porque vamos a seguir durante todo el año próximo compartirndo escenario con ‘Pandataria’».
Guillén Cuervo no es la la primera actriz que Muraday pone en danza. Lo ha hecho con Aitana Sánchez Gijón, Juana Acosta, Marta Etura…Y también con actores como Ernesto Alterio o Alberto Velasco, interesados en explorar los límites de su cuerpo a través del movimiento y la música. Incluso ha danzado con la impasible Miss Beige, «un personaje esencial en la cultura que todos deberían conocer, porque sus intervenciones desestabilizan y crean conciencia».
Muraday declara que no le interesan los cambios políticos pero sí le preocupa la fragilidad de la cultura. «Me da igual que gobierne la derecha o la izquierda, pero tanto los unos como los otros deberían ser conscientes de esa fragilidad propia de la cultura y esforzarse en potenciarla, mimarla, impulsarla… La danza es un pilar importantísimo y en España no se le da el apoyo ni la visibilidad que necesita».
«Aparentemente, la situación ha mejorado algo estos últimos años, pero sigo sin percibir un compromiso real por parte de la Administración que permita a las compañías hacer su trabajo. La cultura, en general, configura un tejido, una red que envuelve y sostiene a la sociedad. Una sociedad sin cultura es una sociedad mutilada», concluye Chevi Muraday.
‘Omma’, una vuelta a las raíces de la danza
Por otra parte, el 24 de agosto Sagunt a Escena acogerá el estreno nacional de ‘Omma’, del coreógrafo de origen húngaro Josef Nadj, que ha reunido un grupo de ocho bailarines procedentes de Mali, Senegal, Costa de Marfil, Burkina Faso, Congo Brazzaville y República Democrática del Congo. Un colectivo en el que cada miembro afirma su propio lenguaje, su identidad, su danza.
Josef Nadj trabajó con el artista Miquel Barceló en la conocida pieza ‘Paso Doble’ y ahora, diecisiete años después, estrena por primera vez en España su nueva creación, un espectáculo impactante, una vuelta a las raíces de la danza que recoge elogios por los escenarios en todo Europa.
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