Fèlix Coll

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‘Beyond Perception’
Fèlix Coll
Galería Alba Carrera
Joaquín Costa 4, València

En un mundo saturado de estímulos visuales, prisas y pantallas, detenerse ante una imagen serena puede convertirse en un acto de resistencia. Eso es lo que propone ‘Beyond Perception’, la última exposición del pintor mallorquín Fèlix Coll Carrera, abierta al público en la galería Alba Cabrera de Valencia. Una muestra que no busca el impacto inmediato, sino la contemplación lenta, profunda. Que no grita, sino que susurra.

Desde que entras en la sala, los cuadros de Coll invitan a bajar el ritmo. A respirar. El ambiente que construyen es el de un bosque húmedo o un rincón de infancia en medio de la naturaleza. Las tonalidades verdes —protagonistas absolutas— crean una sensación envolvente que conecta directamente con la memoria sensorial del espectador. No es un verde plano: es vibrante, lleno de matices, a veces fosforescente, otras más apagado, pero siempre vivo.

Las escenas que retrata Coll están marcadas por la presencia de niños y niñas que corren, juegan, nadan o descansan en medio de la vegetación. Lejos de cualquier idealización, estas figuras transmiten una alegría libre, sin artificios. Hay en ellas una conexión con el mundo natural que hoy parece casi perdida. Al observarlas, uno no puede evitar sentir un nudo dulce en el estómago: el eco de una infancia despreocupada, de una libertad que parecía eterna.

Obra de Fèlix Coll, en la exposición ‘Beyond Perception’, en la galería Alba Cabrera.

El formato cuadrado transmite equilibrio, armonía, recogimiento. La técnica, basada en óleo y colores intensos, refuerza esa sensación de inmediatez y frescura. No hay aquí barroquismo ni exceso de detalle. La pincelada es clara, decidida, contenida. Coll domina el lenguaje pictórico, pero no se recrea en él: lo pone al servicio de la emoción.

‘Beyond Perception’ es, en este sentido, tanto una experiencia sensorial como visual. El título de la exposición no es por ello casual. Se trata de ir más allá de lo evidente, de mirar con otros ojos: los de la memoria, la emoción, el cuerpo.

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Cada obra es una invitación a dejarse llevar, a dejar atrás la lógica acelerada del día a día y conectar con una parte más esencial de uno mismo. Es arte que no se impone, sino que acompaña.

Las influencias de Coll, que van desde la tradición pictórica al arte contemporáneo, se mezclan aquí con elementos personales. El paisaje mallorquín de su infancia, la experiencia como padre, los recuerdos de la casa familiar en Sóller… Todo eso late en sus cuadros, no como anécdota biográfica, sino como fuente de verdad emocional. Ver sus obras es asomarse a una intimidad compartida, donde cada espectador puede encontrar también su propia historia.

Obra de Fèlix Coll, en la exposición ‘Beyond Perception’, en la galería Alba Cabrera.

La paz que transmiten sus lienzos no es impostada ni superficial. Es la calma de quien ha observado mucho, de quien ha caminado por senderos reales y metafóricos. Es la serenidad que nace del contacto con lo esencial. Por eso, visitar ‘Beyond Perception’ es también una forma de volver: a los días sin horarios, al asombro ante una flor, al sonido del viento entre las hojas. Al niño o niña que fuimos.

La galería Alba Cabrera se convierte así en un refugio temporal para el visitante, un espacio donde el tiempo parece ralentizarse y el bullicio queda fuera. En tiempos en el que todo está hiperconectado, esta exposición apuesta por una conexión más profunda: la que se establece entre el arte, el paisaje y la emoción humana.

En un presente que nos empuja constantemente hacia el exceso, ‘Beyond Perception’ ofrece una salida: una puerta hacia lo íntimo, hacia lo esencial. Es un recordatorio de que todavía existen lugares —aunque sean sobre un lienzo— donde reina la calma, donde la naturaleza sigue hablándonos en voz baja, y donde aún podemos reencontrarnos con quienes fuimos. A veces, mirar un cuadro es también una forma de volver a casa.

Fèlix Coll
Fèlix Coll, junto a dos de sus obras en la exposición ‘Beyond Perception’, en la galería Alba Cabrera. Imagen cortesía de la sala.