Las dos mujeres icónicas que viajan al Benidorm vertical de María Antón Cabot

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‘Sóc vertical però m’agradaria ser horitzontal’, de María Antón Cabot
Con Odette Galbally y Ruth Gabriel
90′, España | DVEIN Films, 2022
Secció Oficial Òrbites
Festival Cinema Jove 2023
Proyección domingo 25 de junio
Teatre Rialto
Pl. de l’Ajuntament 17, València

Sylvia Plath y Belén Esteban. Dos mujeres icónicas que marcaron su tiempo, cada una a su manera, pero desde un fondo más similar de lo que imaginamos. La cinta de María Antón, ‘Sóc vertical però m’agradaria ser horitzontal’, pone en contacto a la poeta y la tertuliana, saltándose las lógicas temporales. El mediometraje, que tuvo su paso por el Festival de Cine de Sevilla y por el D’A Film de Barcelona, será proyectado en València el próximo domingo 25 dentro del festival Cinema Jove, en la sección oficial Òrbites, dedicada a lenguajes y narrativas experimentales.

El encuentro entre Sylvia y Belén no es aleatorio. Las biografías de ambas confluyen geográficamente en Benidorm, ciudad natal de la directora. La primera pasó allí su luna de miel, cinco semanas durante 1956; la segunda, siempre ha tenido un vínculo estrecho con la ciudad alicantina, habitual destino de sus vacaciones. Pero las sincronicidades no terminan aquí.

Indagando entre los diarios de la poeta y el libro autobiográfico de la tertuliana, María Antón encuentra un temperamento y unas heridas similares. ‘‘Las dos son muy vitalistas y no tenían miedo a ser incorrectas, a decir lo que pensaban. Las dos tuvieron relaciones tóxicas pero estaban muy enamoradas. Y las dos anticiparon que estos hombres iban a ser su perdición. Al final, todas vivimos las mismas cosas aunque nos veamos distintas. Heredamos la historia y se transforma en presente.’’

La película comienza en 1956, con la llegada del matrimonio de Plath y Hughes a la huerta de Benidorm, casualmente, el mismo año que se firma el plan urbanístico que cambiará el paisaje de la zona. Vemos una estampa que bien podría contemplarse hoy mismo en cualquier pueblo de la Comunitat Valenciana: dos señores sentados a la fresca mientras una niña aprende a tocar la dolçaina.

Esta escena, que a nosotros se nos hace costumbrista, a los ojos de Plath es el retrato de un lugar idílico, del más puro anhelo romántico. El choque entre la mirada local y la mirada foránea es inevitable. ‘‘En Benidorm se graba mucho y siempre ofrecen una imagen turística de la ciudad. Quería retratar esa parte que no se enseña, la de la gente que vive ahí’’.

Fotograma de ‘Sóc vertical però m’agradaria ser horitzontal’ de María Antón Cabot. Imagen cortesía de Cinema Jove.

Pero este marco temporal durará poco. Tras un paseo reflexivo atravesando la huerta, Sylvia aparece en un descampado. Frente a ella, se alzan uno imponentes bloques verticales. Estamos en 2022. El espacio toma un papel fundamental en el desarrollo de la película. Comienza en la huerta, donde aún permanecen esas casas de los años 50, y termina en el mar, la zona más afectada por la contemporaneidad, avanzando por el mismo camino que el paso del tiempo. ‘‘Para mí era importante darle ese peso al espacio. Estamos constantemente pisando una tierra que no va a volver’’.

Que Sylvia sea Sylvia y que Belén sea quién es, es lo de menos para la historia. Lo que vemos son dos mujeres con una profunda necesidad de sentirse acompañadas sin prejuicios. La barrera idiomática entre ambas hace aflorar un lenguaje universal que emana del cuerpo y que conecta con las emociones. ‘‘Me interesan mucho los primeros encuentros, desde ese lugar infantil. Como dos niños que se acaban de conocer y tejen una amistad al instante. Toda la película es eso. Cómo surge una amistad de algo tan sencillo.’’.

Las protagonistas pasan una noche entre calles y copas hasta el amanecer, aprovechando los vacíos del idioma para hacer confesiones al aire. Un homenaje a la capacidad del ser humano de comprender y acompañar. Un viaje por una ciudad donde confluyen todos los tiempos. Y un homenaje a Belén Esteban, que como Sylvia Plath, también se merece un trabajo de dignificación de su figura, pues como dice María, ‘‘Belén ha estado años compartiendo su opinión en público, delante de toda la sociedad española, sin miedo a ser incorrecta. Ella se ha hecho a sí misma’’.

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