Andrea Canepa

#MAKMAArte
‘Entre lo profundo y lo distante’, de Andrea Canepa
Coordinación: María Jesús Folch
Institut Valencià d’Art Modern (IVAM)
Guillem de Castro 118, València
Del 11 de diciembre de 2025 al 12 de abril de 2026

La sala 6 del IVAM se ha convertido, por obra y gracia de Andrea Canepa, en un espacio exploratorio acerca de la condición humana. Una condición expuesta a cierto pasado ininteligible que linda con un futuro inaprehensible. Es decir, ‘Entre lo profundo y lo distante’, que es como lleva por título la exposición de carácter inmersivo a la que nos convoca la artista.

Lo profundo tiene que ver, valga la paradoja, con lo que no se puede ver; con aquello que se encuentra en lo más hondo de la naturaleza y del propio ser, a modo de inconsciente. Y lo distante, con aquello que, habiendo emergido a la conciencia, no termina tampoco de encontrar su sentido, al hallarse sometido al siempre esquivo horizonte, a lo que está siempre más allá de lo aprehensible.

Andrea Canepa toma como punto de partida el libro ‘The Spell of the Sensuous’ (‘La magia de los sentidos’), de David Abram, quien recuerda cómo los humanos hemos formado parte intrínseca de la naturaleza, para darle la espalda últimamente. Como apuntó Blanca de la Torre, directora del IVAM, apropiándose de ciertas palabras del autor, “el tiempo está inscrito en el paisaje”.

Vista de la exposición ‘Entre lo profundo y lo distante’, de Andrea Canepa, en el IVAM. Foto: Juan García.

Un “tiempo cíclico, no lineal”, subrayó la directora, que Andrea Canepa se encarga de inscribir en su exposición mediante una serie de instalaciones –realizadas con diversos materiales–, con el fin de hacer llegar al visitante la parte táctil de la naturaleza evocada, de forma que volvamos a sentir lo que tendemos a olvidar: que somos naturaleza, aunque, siguiendo los postulados de Abram, naturaleza mágica.

De hecho, la naturaleza desplegada en la sala 6 del IVAM se mueve entre esa parte inferior de la entrada, poblada de instalaciones muy coloristas, entre las que emerge una pieza con forma de serpiente mítica, y la parte superior conectada mediante la escalera que ejerce de umbral. “El pasado está en el interior de la tierra, de los anillos de los árboles, del cerebro”, explicó Canepa, mientras que el futuro, en cambio, estaba en la línea de horizonte del espacio superior, allí donde este “retrocede continuamente a medida que nos acercamos a él”.

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Diríase, por tanto, que esa sensación de interioridad “inaccesible a nuestra experiencia”, se vincula, a través del umbral de la escalera, con “la línea metálica que recorre el perímetro de la sala superior, a modo de horizonte interrumpido con esculturas o huacas del mundo andino, alterando el recorrido”, apuntó la artista.

Que el mundo no está hecho a nuestra medida ya lo explicitó, sin ir más lejos, Kant, quien habló de la “cosa en sí” por oposición a la “cosa para mí”. La experiencia que Andrea Canepa quiere inscribir en su muestra es, precisamente, aquella asociada con el roce de lo incomprensible. Sin embargo, el carácter mágico de la naturaleza, en tanto animada por el carácter imaginario de lo representado, podría decirse que ejerce de parapeto a la hora de sentir esa experiencia de lo real.

Andrea Canepa, sabedora de que el tejido utilizado en algunas de sus instalaciones es el propiamente textual con el que nos conformamos en tanto sujetos, trata de ceñir esa grieta ‘Entre lo profundo y lo distante’ apelando al carácter mágico de la naturaleza representada, no al incontenible furor con el que en ocasiones nos puede llegar a devastar. Furor propiamente telúrico, magmático, pero, sin duda, igualmente pulsional humano.

De izda a dcha, la artista Andrea Canepa, la secretaria autonómica de Cultura, Marta Alonso, y la directora del IVAM, Blanca de la Torre. Foto: Juan García.

De ahí que, como asegura la propia artista, aludiendo a la tela suspendida en el centro de la sala 6, a modo de oráculo de Delfos, “los vapores emanados de lo profundo de la tierra suben hacia la superficie”, uniendo así “un pasado que emerge de lo denso y se desvanece en un futuro que se expande”. Sin solución de continuidad, las sombras del pasado –de las que nada sabemos– se pierden por ese horizonte quebradizo –que nunca alcanzamos-.

Canepa quiere que el espectador deje de ser tal espectador para convertirse en alguien tocado por sus instalaciones: “Que experimente las piezas con el cuerpo”, dice quien ha pretendido transmitir, “a través de lo táctil y lo sensorial”, la experiencia de esa naturaleza escrita con caracteres mágicos. Magia que alude al carácter que tienen las cosas despojadas de su más servil utilidad.

‘Entre lo profundo y lo distante’ se mueve en esa frágil línea quebradiza que, acercándonos lo más ignoto de la naturaleza y del ser –ambas solapadas–, nos separa de cuanto ahí escuece para vivir una experiencia más atemperada, fruto del carácter mágico que la contiene. “La visibilidad dentro del mundo invisible”, dirá Andrea Canepa, localizándola “en el interior de las cosas”, en sus propiedades taumatúrgicas.