40 FIT de Cádiz

#MAKMAEscena
‘Memorias de un sueño. FIT de Cádiz 1986-2024’, de Pepe Bablé y Luis A. Ramos García
40 Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz
Del 25 de octubre al 1 de noviembre de 2025

A los artífices del Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz les gusta hablar de sueño. Y no otra cosa parecía el proyecto en aquel lejano año 1985, cuando un grupo de enamorados de la escena concibieron la idea de fundar una cita con las artes escénicas en el extremo sur de la Península.

Ahora, el término ha vuelto a aparecer en el libro ‘Memorias de un sueño. FIT de Cádiz 1986-2024,’ que fue presentado en el marco de la 40 edición del certamen.

Firmado por Pepe Bablé, responsable del FIT del año 1994 al 2019, y Luis A. Ramos García, de la universidad de Minnesota, el volumen pone cifras y datos a esas cuatro décadas de festival, incluyendo minuciosas estadísticas y también reseñas de espectáculos significativos. “Queríamos un festival que pusiera Cádiz en su lugar, que le hiciera recuperar el pulso teatral que había tenido y que había sido silenciado durante la dictadura”, recuerda Bablé.

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“Y queríamos hacerlo con vocación americanista, conectando con gente que hablara nuestro idioma. Al principio pensamos que iba a durar una sola edición, pero en seguida nos dimos cuenta de que habíamos hecho algo totalmente necesario”.

Este convencimiento vino, en buena medida, por la respuesta de los teatreros iberoamericanos, que se volcaron con la idea desde el minuto uno. Ellos también habían encontrado un espacio de creación y debate que no existía, o, por decirlo en palabras de Santiago Ramos, de la compañía colombiana Teatro de la Candelaria, “parece paradójico, pero tenemos que venir a Cádiz para encontrarnos”.

Entre los conjurados de aquel FIT fundacional se encontraban nombres como Juan Margallo, su primer director, Luis Molina o Manu Aguilar, pero también mucha gente de la orilla atlántica como Guillermo Heras, Juan Carlos Gené, Ramiro Osorio, Rubén Castillo, Octavio Arbeláez y tantos otros.

Margallo cedió el testigo en 1993 al dramaturgo José Sanchis Sinisterra y al propio Bablé, quedando este al frente durante los siguientes 26 años. En el difícil año de la pandemia se estrenaron en una dirección colegiada Isla Aguilar y Miguel Oyarzun, el año pasado volvió Bablé para encabezar un comité provisional y, finalmente, este 2025 ha debutado como directora Mónica Yuste.

Memorias FIT de Cádiz
Un instante de la presentación del libro ‘Memorias de un sueño. FIT de Cádiz 1986-2024’, de Pepe Bablé y Luis A. Ramos García.

Un recorrido lo bastante largo como para haber vivido circunstancias de todo tipo. Decisivo fue, en este sentido, la creación en 1992 de un patronato que diera estabilidad al certamen, y que a la larga ha garantizado su continuidad en el tiempo mientras otros eventos similares sucumbían a inclemencias políticas o económicas.

No obstante, y como relejan los datos del libro, el FIT pasó de contar en 1992 con 375 millones de pesetas –el año en que se permitió participar en siete coproducciones con instituciones teatrales iberoamericanas, siendo el único de los actos asociados a la Expo 92 que se celebró fuera de la Isla de la Cartuja– a ver reducido su presupuesto a 76 millones en 1993, y a 50 al año siguiente.

Tampoco hay que olvidar que, en sus inicios, el Gran Teatro Falla de la capital gaditana estaba cerrado por reformas, de modo que hubieron de apañárselas en el desaparecido Andalucía y en todo tipo de espacios alternativos, desde pabellones deportivos a salas más o menos culturales.

No cabe duda de que las ganas suplieron las estrecheces económicas, pero también la alquimia entre la ciudad anfitriona y los participantes de todas las nacionalidades al sur del Río Grande. Entre los innumerables creadores y compañías que desfilaron en estos años, destacan el argentino Arístides Vargas y su compañía Malayerba, los hermanos Sánchez y la compañía jerezana La Zaranda –que encontraron en el FIT un puente para darse a conocer en América–, la citada La Candelaria, los peruanos Yuyachkani, los chilenos de La Troppa…

Eso creó una doble dinámica, según la cual el público gaditano de varias generaciones se iba formando con la mejor escena atlántica, y a ésta le servía Cádiz como puerta de entrada para España y Europa. “Hay mucha gente de Cádiz que hace hoy teatro, para la que su primera experiencia fue el FIT”, señala Bablé.

“Y, al mismo tiempo, hoy no nos extraña que eventos como el Festival de Otoño esté en manos de creadores iberoamericanos. Muchos de los que están hoy en pleno auge teatral, como Veronese, Tolcachir, Bartis o Spregelburd, entraron por Cádiz”.

A esto cabe añadir una dimensión congresual o de encuentro académico que terminó de darle al FIT un carácter propio, que con diversas inflexiones se ha ido manteniendo en el tiempo. Hoy, consolidado en el calendario cultural gaditano y andaluz, el FIT ha soplado sus 40 velas y afronta un futuro difícil de pronosticar, si bien el que fuera su director se muestra optimista.

“Sigue siendo necesario. El FIT se tendrá que adaptar a los nuevos tiempos, lenguajes y formas híbridas que están apareciendo, pero es una pieza fundamental en el teatro de habla hispana”.