Inma Pelegrín

#MAKMALibros
‘Fosca’, de Inma Pelegrín
Premio Lumen 2025
Editorial Lumen

Gabi es el menor de cuatro hermanos que viven con sus padres a las afueras de un pueblo de Murcia en los años 60. Inma Pelegrín, ganadora de cinco premios de poesía, necesitaba contar su historia y para ello ha dado el salto a la narrativa con un éxito arrollador, pues su primera novela, ‘Fosca’, ha merecido el prestigioso Premio Lumen 2025.

Un relato cruel –pues, como dice la autora, «todos nacemos potencialmente caínes y
abeles: víctimas y victimarios», tierno y poético en el que el lenguaje es protagonista. Gabi es un chaval muy espabilado que sufre las burlas de sus hermanos mayores por las verrugas que cubren sus manos y su incapacidad para identificar los rostros de la gente.

Además del apoyo de su madre y una vecina curandera, su mejor amiga es su perra Sombra. Una tórrida noche de julio, un horrible suceso cambia su vida y, aunque no consigue identificar al culpable, sabe que es alguien cercano, y desde ese momento comienza a maquinar una idea. Una idea que le permite asumir su gran pérdida.

La historia de Gabi y su familia podría ocurrir en cualquier época y lugar. ¿Porqué la has ambientado en los años 60 a las afueras de un pueblo murciano?

Así es, esta historia podría ocurrir en cualquier época y lugar siempre que fuera en una casa apartada sin agua y sin luz y con medios escasos para la subsistencia. Para la novela había que elegir una en concreto y la que más cerca tenía, en cuanto a ubicación, era el campo murciano.

Con respecto al tiempo en el que transcurre, yo nací a finales de los años 60 y mi infancia transcurrió en un ambiente parecido al que describo en el libro. Las circunstancias de muchos de mis vecinos eran similares a las de los personajes de ‘Fosca’.

Inma Pelegrín. Fosca

Como dice el jurado del premio, el lenguaje es un personaje más en tu novela por las numerosas palabras murcianas que aparecen. ¿Fue complicado incluirlas con naturalidad?

Fue muy divertido y enriquecedor. Son palabras de uso habitual en el campo –todavía hoy se utilizan– que he ido preguntando aquí y allá, para después buscarlas en diccionarios, como el ‘Parablero murciano’ o el de la RAE. Muchas se utilizan a diario en el campo de Murcia, pero, según la zona, se dicen de maneras distintas.

He intentado, también, que aparezca reflejado el uso más frecuente o el que aparece en algún diccionario. Mi objetivo es reivindicar el habla de mi gente y de paso combatir esa especie de complejo de inferioridad que tenemos los murcianos respecto a otras regiones de España.

¿Cómo te metiste en la mente de un chaval tan peculiar? ¿De qué parte de ti nació Gabi?

Nació de haber vivido, desde siempre, con prosopagnosia y de que la soledad, la injusticia, el acoso son situaciones universales que pueden ocurrirle a cualquiera. La prosopagnosia consiste en ser incapaz de identificar las caras de los otros; ves las caras, pero no puedes darle una identidad, te apoyas en otras cosas como los gestos, el pelo, la voz.

Hasta los 40 años no supe que tenía esa condición y pensaba que era una cuestión de despiste o falta de memoria por mi parte. Fue una especie de liberación y necesitaba hablar de ese tema a través de Gabi.

Ahora sé que la prosopagnosia afecta a muchas personas, Jane Goodall y Brad Pitt entre los famosos. Las verrugas que Gabi tiene en las manos vienen de un recuerdo de infancia, pues en los 60 muchos niños las tenían por infección vírica y, como el médico estaba lejos y era caro, sus madres las intentaban curar con vinagre.

El fuerte vínculo que tiene Gabi con su perra Sombra potencia la emotividad de esta historia. Parece que las mascotas tienen cada vez más presencia en la narrativa. Estoy pensando en ‘La perra’, de Pilar Quintana. ¿Qué opinas al respecto?

El libro de Pilar Quintana lo leí a raíz de que me hablaran de él cuando ya se había publicado ‘Fosca’ y me parece una maravilla. Me encantó. Las mascotas, no solo en los libros, cada vez tienen más importancia en la sociedad; lo que antiguamente era un comportamiento normal con un animal, ahora es un delito y me parece un adelanto que así sea. Las mascotas, si queremos llamarlas así, han pasado a formar parte de nuestras familias.

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¿Según la RAE, ‘fosca’ significa hosca o pelo alborotado, pero el título de tu novela se refiere a un fenómeno climático característico de Murcia como la ponentà de València?

La fosca es una calima muy fuerte. Llega con muchísimo calor, hasta más de 40 grados, y la atmósfera se llena de tierra del desierto en suspensión.  Debido a la arena que las corrientes de aire traen desde el desierto del Sahara, el cielo parece marrón y prácticamente no deja ver el paisaje. En València, el viento de poniente, la ponentà, es el que trae la sopor. Sin embargo, en Murcia es el viento del sur el que nos trae la calima desde África.

Las mujeres tienen un protagonismo especial, sobre todo la vecina de Gabi, Marcela. ¿Te has inspirado en alguna persona real?

He conocido a muchas Marcelas a lo largo de mi vida; mujeres sabias que aprovechan los escasos recursos que tienen al alcance para sobrevivir ellas y sus familias, que ayudan a los demás con sus conocimientos y su generosidad. Mujeres fuertes y valiosas que cuidan de su comunidad y que son un referente para los demás.

¿Qué te impulsó a la narrativa y cómo te influyó tu trayectoria poética al abordarla, tanto positiva como negativamente?

Me impulsó querer contar esta historia. No podía hacerlo con poemas. Necesitaba toda la página, más palabras y más libertad para usarlas. Dicen que ‘Fosca’ es una novela que tiene mucho de poesía y a mí me gusta mucho que lo digan. La narrativa y la poesía no están tan separadas como queremos creer.

Mi poesía, también, es bastante narrativa. Negativamente, me ha costado mucho desprenderme de la manera en la que se escribe y se corrige la poesía. Un poema puedes tenerlo en la cabeza dándole vueltas, poniendo y quitando una palabra y volviendo a trabajarlo una y otra vez; con una novela, esto es imposible porque no avanzas. No consigues pasar de medio folio.

Entonces, para escribir novela hay que seguir adelante, como quien salta al vacío sin preocuparse de lo que has escrito o cómo lo has escrito. Ya volverás sobre ello. Si quiero terminar un texto no puedo usar la misma minuciosidad. A pesar de ello, me ha costado tres años culminar ‘Fosca’.

Háblanos de tu poesía, de su evolución y del título más apropiado para aproximarse a ella.

Como decía, mi poesía es bastante narrativa. A lo largo de los años, creo que ha evolucionado desde centrarse en lo externo, lo que nos rodea, a lo interno, lo que nos preocupa, aunque casi siempre lo que nos preocupa es lo que nos rodea. Me gustaría recomendar ‘Todas direcciones’ y ‘La teoría de las cosas’, ambos de la editorial Hiperión. Lo siento, pero no he podido elegir solo uno.