Josep Piñol. Evitada

#MAKMAArte
‘La primera obra de arte evitada’, de Josep Piñol
Comisaria: Roberta Bosco
Ciclo ‘Museu Habitat’
Museu Tàpies
Aragón 255, Barcelona
4 de octubre de 2025

“No tengo nada que decir y lo estoy diciendo, y eso es poesía”. Con esta idea, John Cage definía un territorio donde la ausencia es significativa. El artista catalán Josep Piñol lleva este principio al extremo: su obra evitada se consuma en la renuncia misma, convirtiendo lo que no se produce en un acto medible, certificado y económicamente valorado, redefiniendo la noción de creación artística.

Josep Piñol ha cancelado la macroinstalación que tenía prevista en la Amazonía, transformándola en lo que denomina ‘La primera obra de arte evitada’: una pieza que se consuma en su propia renuncia. Con este gesto, el artista ha evitado la emisión de 57.765 toneladas de CO₂ equivalente, valoradas en 1,6 millones de euros, certificadas bajo el estándar ACA a través de la entidad Art Carbon Avoidance S.L., creada expresamente para el proyecto.

La acción, comisariada por Roberta Bosco, se formalizó el 4 de octubre de 2025 en el Museu Tàpies de Barcelona, dentro del ciclo ‘Museu Habitat’. Ante notario, Piñol firmó la renuncia definitiva a materializar su obra en la cuenca amazónica, rubricando un certificado de evitación adquirido por un coleccionista privado. Como parte del gesto, el artista obsequió al comprador una sola tonelada acreditada de CO₂ y liberó las restantes, renunciando expresamente a cualquier derecho de uso o explotación, para impedir que pudieran ser objeto de especulación o contabilizarse en reportes de sostenibilidad corporativa.

En un contexto donde las instituciones culturales y los propios artistas se enfrentan al dilema entre producción y sostenibilidad, ‘La primera obra de arte evitada’ actúa como una advertencia lúcida. Piñol no solo formula una pieza conceptual, sino que interpela al sistema mismo que la hace posible. Desde la gestión cultural, su gesto obliga a replantear qué entendemos por creación y qué coste ético conlleva seguir produciendo en nombre del arte.

El proyecto, inicialmente financiado con 18,4 millones de euros por empresas de origen canadiense y británico, consistía en una planta de captura directa de carbono (DAC) coronada por cien figuras de bronce sin rostro, vestidas con traje ejecutivo y erguidas sobre ataúdes convertidos en módulos de captura.

Según Piñol, esas siluetas “aludían a un poder estructural e intercambiable”, recordando que cerca del 90 % de las emisiones globales procede de apenas un centenar de actores económicos y políticos. La obra se anunciaba con el lema ‘An artwork to help the world breathe better’, una promesa verde que el propio artista decidió desactivar.

El cálculo del impacto ambiental fue auditado externamente y validado mediante un Análisis de Ciclo de Vida (ACV). A partir de esos datos se emitieron los Cultural Degrowth Credits (CDC), un sistema de compensación artística que subvierte las lógicas del mercado voluntario de carbono. “El objetivo no ha sido capitalizar la extinción del arte, sino escenificar las lógicas del mercado voluntario de carbono, en particular las emisiones evitadas”, declara Piñol.

Josep Piñol. Evitada
Certificado de evitación, previo a su suscripción, que certifica la no ejecución de la macroobra proyectada por Josep Piñol en la Amazonia.

La performance, titulada ‘Evitada’, se sitúa entre la acción conceptual y la crítica institucional. Al igual que una “bula papal contemporánea”, en palabras del propio artista, pone en venta la exención de un pecado: la posibilidad de no contaminar. En tiempos de emergencia climática, sostiene Piñol, “no todo merece ser construido: hay obras que hablan más en su ausencia que en cemento y bronce”.

La obra plantea una paradoja contemporánea: la inacción como solución, la renuncia como estrategia y el vacío como compromiso. Frente a la fe en los mecanismos de compensación –esa “indulgencia climática” que compra el derecho a pecar–, Piñol convierte la no-materialización en una forma radical de creación y de crítica.

La acción coincide con la próxima COP30 en Belém, donde se debatirá el Artículo 6 del Acuerdo de París sobre el comercio de créditos de carbono. Más que una provocación, ‘Evitada’ propone un espejo: ¿puede el valor de un artista –y, por extensión, de una sociedad– medirse por las toneladas de CO₂ que elige no producir?

Josep Piñol. Evitada
Josep Piñol trabajando en su estudio en la obra ‘Evitada’. Foto: Enric Virgili, cortesía del artista.

Piñol, en esta acción demuestra que, frente al ruido del mercado y la fe en el progreso, el silencio también puede tener peso específico. Tal vez ahí resida la potencia de su propuesta: en recordarnos que, en la gestión del arte contemporáneo, decidir no hacer también puede ser una forma de resistencia. La renuncia se convierte en gesto, y el silencio, en mensaje.

Josep Piñol (Tivenys, 1994) es un artista conceptual y performativo cuya práctica reciente explora la fricción entre los lenguajes del arte y los mecanismos de legitimación institucional. Su anterior performance, ‘Santa Baldana’ (2024), realizada para el Ministerio de Cultura, lo situó en el centro del debate cultural por su crítica a las estructuras de poder y representación.