Orduña

#MAKMAArte
‘Lupi Belarra’, de Mauro Saravia
Sala de Exposiciones Artísticas ‘Fede Ruiz’
Museo de Orduña / Orduña Hiria Museoa
Andra Mari Plaza, Orduña (Bizkaia)
Hasta el 31 de agosto de 2025

La exposición fotográfica ‘Lupi Belarra’, del fotógrafo Mauro Saravia en el Museo de Orduña, se compone de 25 fotografías en blanco y negro, enmarcadas en 40 x 60 centímetros, que describen los trabajos de exhumaciones llevadas a cabo en Euskal Herria por Aranzadi y Euskal Prospezio Taldea, entre otros lugares en el cementerio de Orduña.

La muestra se complementa con objetos personales de los asesinados, encontrados en estas exhumaciones y que han sido prestados por Aranzadi. En esta exposición ha colaborado la Concejalía de Memoria Histórica del Ayuntamiento de Orduña, que lleva catorce años trabajando en la recuperación e identificación de los cadáveres de los represaliados.

Colectivos memorialistas, desde principios del siglo XXI, han contribuido a la recuperación de la memoria histórica y democrática, así como la defensa de los derechos de las víctimas de la guerra civil española y la dictadura.

Lupi Belarra. Museo de Orduña
Fotografía de Mauro Saravia, en la exposición ‘Lupi Belarra’ del Museo de Orduña. Imagen cortesía del museo vizcaíno.

Se calcula que, durante la Guerra Civil y sus secuelas, más de 21.000 personas fallecieron en Euskadi como resultado de aquellos acontecimientos. El Gobierno vasco, desde hace veintitrés años, y el Ayuntamiento Orduña, desde hace catorce, han apoyado la búsqueda e identificación de personas desaparecidas, financiando el proceso.

Mas conocida como Lupi Belarra, la Guda Lorea –una flor que crece en los campos donde tuvieron lugar diferentes combates– se ha tomado como símbolo para recordar a las víctimas que murieron defendiendo la democracia en territorio vasco.

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Mauro Saravia toma el nombre de esta flor para dar título a este proyecto, en el que retrata los procesos de localización y apertura de las fosas comunes, la retirada de los restos y su posterior estudio y entrega a familiares.

Las fotografías de Saravia –a medio camino entre el documentalismo y la fotografía de autor–, así como la recuperación y la exposición de objetos pertenecientes a las víctimas, permiten, por un lado, la reconstrucción de los hechos del pasado a partir de la mirada del presente, y, por otro, dar testimonio de una herida que continúa abierta en la actualidad. El proyecto evidencia así el poder de la fotografía como constructora de imaginarios colectivos y también de la propia historia.