Celebración de San Juan
Sábado 18 de junio de 2022
Corona (esquina con Guillem de Castro)

La Falla Mossén Sorrell-Corona plantará fuego este sábado a la instalación efímera EFLUENOW, firmada por Raquel Rodrigo de Arquicostura studio. La falla saldrá del CCCC Centre del Carme de Cultura Contemporánea para culminar el ritual del fuego. Creada en 2020, propone una reflexión sobre la emergencia climática. El trabajo llegó a estar «plantado» en el patio del Centre del Carme, y permaneció allí durante el tiempo que duró el confinamiento.

El próximo 18 de junio, el visitante podrá entrar y recorrer la estructura formada por 20 módulos que conforman una enorme espiral. Mediante paneles de más de 4 metros de altura, representa corales marinos bordados sobre tela metálica que brillan en la oscuridad. EFLUENOW se inspira en los seres que autoproducen su energía y se iluminan para sobrevivir.

Con esta iniciativa, Mossén Sorell-Corona sigue consolidándose como una falla innovadora en la historia reciente de las fiestas josefinas. La celebración del próximo sábado culminará a las 23:30 horas con un espectacular ritual del fuego preparado por la Pirotecnia Vulcano para celebrar la noche más mágica del calendario, la noche de San Juan. Posteriormente, arrancará una verbena a cargo de Bocachicco DJ.

EFLUENOW de Raquel Rodrigo en el CCCC. Foto cortesía Arquicostura.

Sobre Arquicostura

Arquicostura es una iniciativa que inicia Raquel Rodrigo en 2014 como un proyecto de escaparatismo que, con el paso del tiempo, ha ido evolucionando y expandiéndose a nuevos campos. Actualmente se enfoca en el street art, creando un discurso entre lo público y lo privado; el interiorismo, a través del diseño de mobiliario exclusivo y separadores de ambientes o decoración; el street marketing de tiendas y grandes marcas; las exhibiciones en espacios culturales y, además, la impartición de workshops en distintas ciudades del mundo. Al tiempo, el esudio elaboran productos específicos o piezas para eventos.

EFLUENOW fue la propuesta del CCCC como instalación – falla experimental dentro de sus acciones vinculadas con las fallas 2020, que se activó el 7 de marzo a las 19:00 horas, pocos días antes de la declaración del Covid-19 como pandemia por parte de la OMS.

En esta instalación Raquel Rodrigo propone una reflexión sobre la necesidad de mirar hacia los recursos naturales para crear un nuevo futuro sostenible en el marco de la emergencia climática. La estructura de la instalación en forma de espiral esta bordada en tela metálica como corales y algas marinas que brillarán en la oscuridad. Efluenow es una llamada a la búsqueda de energías alternativas como los seres que producen su propia luz para sobrevivir a través de la fluorescencia.

En palabras de María Ramis, en una entrevista de 2017, «resulta realmente cautivador el proceso mediante el cual el artista, fundamentalmente urbano, reduce su espacio de actuación y presenta su trabajo en galerías, museos, o emplazamientos en los que no “debería” sentirse del todo cómodo; pero Raquel Rodrigo vive por y para sus ‘arquicosturas’, piezas artísticas que forman parte de un proyecto que emprendió en 2011 y que le ha llevado a realizar diversas intervenciones por toda la ciudad».

Para el diseño creado, se ha tomado como eje la declaración de estado de emergencia climática del CCCC y se ha hecho foco en las energías renovables. Con ello, hemos decidido observar detenidamente la naturaleza que habita bajo el océano, precisamente a aquellos seres que auto-producen su energía y utilizarlo como metáfora e inspiración.

arquicostura
Raquel Rodrigo y José Luis Pérez Pont durante la inauguración de la falla-instalación. Imagen cortesía CCCC.

Estos corales retratados en nuestro diseño de punto de cruz a escala, se encuentran en el fondo marino y segregan una proteína fluorescente con la que, al incidirles el sol, producen luz. Y para conseguir que la pieza sea lo más fiel y llamativa posible, hemos utilizado, por primera vez en la historia de nuestro estudio, cordones fluorescentes.

El visitante que entra en ella, entra a un mundo hasta entonces desconocido. Recorre 4 metros de corales bordados, acompañado por el sonido del océano e intermitencias lumínicas que le permiten descubrir las dos caras de esta obra de un segundo a otro. Por un lado, un entramado con los colores naturales de los cordones cuando la luz blanca los ilumina, y por el otro, su transición al flúor gracias a la aparición de luz negra. Así, la instalación se convierte en una espiral-envolvente, altamente experiencial nutrida por los colores, los sonidos y la iluminación.