1.470 víctimas en la DANA

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1º aniversario de la DANA del 29 de octubre de 2024

Ustedes exclamarán que «qué narices», que «de dónde sale esa cantidad», «¿será un nuevo y grotesco conteo detallado?», o –lo más probable–, pensarán que es otro bulo que corre por las redes, fake news, un total tergiversado a conveniencia política.

1.470 no es un dato oficial, tampoco un número inocente. Es un resultado hipotético que nos obliga a reflexionar sobre lo evitado. Es la consecuencia de cálculos tan caóticos como lo sucedido, una fórmula compleja de posibilidades, umbrales, escenarios, picos y horquillas.

En esta matemática distópica, lo auténtico –36.800 rescates– se une a variables de cuantía imaginada: urgencias, distancias, gritos, situaciones, tiempos, llamadas, testimonios… y personas. Muchas personas. Sobre todo, personas.

1.470 es un cómputo factible de vidas que no se han perdido, vidas restadas al dolor infinito. Una cifra con algo indeterminado que sí funcionó con certeza matemática –llamémoslo ‘solidaridad X’–, que multiplicada por cada hombre y mujer que ayudó desde el barro –con sus manos, haciendo agujeros, usando sábanas, puertas o palos– nos da la suma de vidas que el agua no se pudo llevar: 1.470.

Vecinos, bomberos, policías, desconocidos, Guardia Civil, abuelos, médicos y sanitarios, voluntarios, familiares, brigadistas, agricultores, Protección Civil, amigos y enemigos, militares, teleoperadores angustiados, alcaldes y concejales, turistas…, el de la tienda, Fulanito y Menganito, ‘el chiquet o la chiqueta de’, perros, como el pastor belga Nilo… Un ya conocido infinito humano que consiguió que el dato más probable fuese, del todo, imposible.

El pasado 29 de octubre se cumplió el primer aniversario de la DANA. Aquella noche, entre las seis de la tarde y el amanecer, el agua anegó, destruyó y aprisionó sin ningún sentido. Se cortaron las comunicaciones, los centros de coordinación colapsaron y miles de personas quedaron atrapadas. Más de 36.800 fueron salvadas.

Estos últimos días, los medios han recordado lo sucedido con noticias, reportajes y entrevistas; también con cifras, gráficos e informes. Todos repiten un número infame de víctimas que, aunque inferior a 1.470, siempre será dolorosamente grande.

La cultura es culturas, manifestaciones grupales de acciones, comportamientos, valores, símbolos y expresiones dinámicas unidas en un contexto. A nuestro pesar, esta ha sido una de ellas: una cultura solidaria, en su máxima y terrible expresión; un acto colectivo de riesgo y resistencia que demuestra que la aritmética de la humanidad, a pesar de todo, sigue siendo positiva.

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