#MAKMAArte
‘Beasts & Superbeasts’, de Vinz
Galería Cuatro
La Nau 25, València
Hasta el 28 de enero de 2023
Según el diccionario de la lengua española, bestia es el animal de carga, pero también el monstruo del género fantástico. Y es así, entre la crudeza del cuerpo sometido al trabajo –a la laboriosidad– y la ficción, en tanto espacio creativo por donde campan a sus anchas los sujetos más histriónicos, como Vinz muestra en Galería Cuatro sus característicos hombres y mujeres desnudos con cabeza de animal, en una serie precisamente titulada ‘Beasts & Superbeasts’.
Las bestias de Vinz siguen manifestándose en forma de sujetos cuya desnudez humana, emparentada con la animalidad del rostro, evidencia la tensión de todos los que hemos debido dejar atrás cierta barbarie en aras de la civilización cultural. Vinz se sirve de la desnudez para mostrar al neandertal que todavía llevamos dentro y, mediante el juego de la ficción, poner en escena el erotismo carnal que viene a servir de pararrayos de la pulsión que nos habita.
Para ello, utiliza collages de imágenes compuestos de sus característicos desnudos –junto a otros de estampas vintage eróticas–, documentos encontrados en el rastro y en sus diversos viajes, así como ilustraciones del cómic, fotografías, carteles y anuncios, que interviene para dotar al conjunto de microhistorias que, convenientemente articuladas, ofrecen un relato crítico de nuestra sociedad.
“Comencé el proyecto ‘Feel Free’ en mayo de 2011, bajo el paraguas de la primavera valenciana, el 15M y una serie de protestas ciudadanas que tenían lugar en la calle, pero también en asambleas, asociaciones y grupos que decidieron organizarse para demandar una serie de derechos y libertades que desde el Estado y las corporaciones nos eran negados”, apunta Vinz.
Con ese punto de partida reivindicativo, el artista advierte de pronto cierto cambio: “Hoy el mundo es diferente. El asociacionismo no ha aumentado desde entonces. Las calles están vacías de reivindicaciones y su lugar ha sido tomado por las redes sociales y foros de Internet”.
Cambio que le lleva a formular su exposición ‘Beasts & Superbeasts’ en torno a dos ejes: un primero, donde, digámoslo así, las bestias todavía sentían el peso del trabajo como una carga –hay documentos que acreditan diversas formas de catalogación humana–, de la que se liberaban mediante contactos carnales y actividades creativas; y, un segundo, donde esos contactos se diluyen en la red social y en la más cabizbaja comunicación digital.
Estas superbestias de la revolución 3.0 diríase entregadas a cierta molicie, que Vinz representa mediante los mismos desnudos, solo que ahora subrayada su carnalidad mediante los emoticonos que rebajan la materialidad corporal a multitudes de gestos exentos de la energía contenida en los cuerpos reales.
“Nos relacionamos entre nosotros a través de dispositivos, evitando el cara a cara y el cuerpo a cuerpo. Situaciones tan cotidianas hace una década como hablar con amigos y familiares, leer un libro o periódico, ligar, contar un chiste o expresar nuestro estado de ánimo, se realiza ahora a través de emoticonos o caracteres de texto a través del móvil”, señala Vinz.
Si las bestias, en tanto sujetos de carne y hueso que sufrían, gozaban, creaban, se peleaban y combatían por la vida, purgan en la sala del fondo de Galería Cuatro las tensiones propias de quienes se debaten entre la animalidad civilizada y la civilización inyectada de energía pulsional, las superbestias diríase abducidas por una cultura (siguiendo al sociólogo Zygmunt Bauman) líquida.
Una cultura líquida que, si no liquida a estas superbestias, sí las mantiene, al menos, en un estado de somnolencia vinculado con la proliferación de zombis que cautivan a los espectadores en algunas series televisivas. Por eso Vinz, utilizando ciertos etiquetados vintage, va salpicando la exposición con descripciones de ocupaciones y estados de ánimo: inmigrante, artista, currante, jubilado, debatir, pintar, jugar, salud –para las bestias–, y depresión, atreverse, revolución 3.0, pausa larga, esperando a la revolución o los siete pecados capitales –para las superbestias–.
“Los personajes de mi bestiario particular, antaño activos, carnales y aventureros, son ahora cuerpos inertes, carentes de osadía y atrevimiento, resignados a expresarse a través de una pantalla”, subraya Vinz, al tiempo que describe cada una de las dos partes de la muestra en Galería Cuatro.
“La primera, un mundo digital, artificial, donde el teléfono móvil ha copado todas las áreas de nuestro día a día. Grupos de gente donde cada cual es un ser individual, en su propia burbuja, sin contacto con el resto. La segunda parte muestra situaciones reales, personas que nos rodean, quién cuida de nosotros y a quién cuidamos. Emociones auténticas, interacciones con el medio, encuentros físicos”.
A pesar de todo, ‘Beasts & Superbeasts’, las criaturas que Vinz pone en liza para mostrar esa deriva de la bestialidad, diríase hermanadas por una pulsión que, en un caso, apunta hacia la consumación de cierta revolución por llegar y, en el otro, a su triste disolución en ese universo líquido de las redes sociales.
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