#MAKMAMúsica
Entrevista a Vicent Llimerá
Director del Palau de la Música de València
Passeig de l’Albereda 30, València
Vicent Llimerá nos recibió en su despacho del Palau de la Música de València, de cuya dirección se ocupa ahora, señalando al comienzo de la entrevista que este cargo representaba un desafío que había despertado su interés desde hacía muchos años. “La actual alcaldesa me manifestó su intención de que, si llegaba a la alcaldía, quería que yo estuviera al frente del Palau”. Llimerá conoció profesionalmente a María José Catalá cuando ella era Consellera de Educación y Cultura y Llimerá dirigía el ISEACV (Institut Superior d’Ensenyances Artístiques Comunitat Valenciana).
“Cuando yo me incorporé, el Palau estaba todavía cerrado. Mi objetivo fue recuperar al público y potenciar la Orquesta de València”, comenta, mientras explica que la alcaldesa le dejó claro que “la música sería una estrategia clave dentro de su política para la ciudad, y que su compromiso sería apostar por reforzar tanto el Palau como la Orquesta de València”.
Llimerá dice que haber asumido la dirección del Palau supuso un cambio total en su vida profesional: “Hasta ese momento, me había dedicado por completo a la docencia y a la interpretación musical; llevo 43 años en esta actividad. Fue un verdadero reto, porque pasé de dar clases y trabajar repertorio como solista a asumir una labor de gestión directa no solo en el ámbito artístico, sino también en el administrativo”.
Habla de su primer día al frente del Palau, recordándolo como una experiencia muy impactante: “El Palau, por dentro, estaba en muy malas condiciones; fue una sensación extraña, no esperaba encontrarlo así. Tal fue el estado en que encontré el edificio que convoqué una reunión urgente con los arquitectos, porque no tenía claro si iba a ser posible reabrir el edificio”.
Y añade: “Fue una sensación agridulce. Por un lado, la ilusión del nuevo reto, y, por otro, la incertidumbre real de si se podría abrir el Palau a tiempo. En esa reunión solicité una memoria detallada sobre el estado del edificio. Esa memoria fue clave para entender exactamente en qué punto nos encontrábamos y qué pasos debíamos seguir”.
Ahora, dos años después de la finalización de las obras de reforma del auditorio –por la caída de los paneles de la Sala Iturbi, en 2018, y de la Sala Rodrigo, en 2019–, Vicent Llimerá ha vuelto a sufrir un sobresalto con la rotura de parte del techo de una de sus salas de conciertos hace un par de semanas, poco después de realizar esta entrevista.
Prosiguiendo con la conversación, Llimerá subraya la importancia de la experiencia adquirida como músico, que le ha influido de forma determinante a la hora de desarrollar su labor como gestor cultural, especialmente en el plano artístico: “A lo largo de mi carrera profesional, me he dedicado tanto a la interpretación como oboísta solista en escenarios de todo el mundo como a la docencia, con un gran interés por la gestión cultural”.
Desde muy joven, pudo escuchar a las mejores orquestas sinfónicas, recordando cómo en los años 80, cuando el Teatre Principal de València estaba cerrado y aún no existían ni el Palau de la Música ni el Palau de les Arts, muchas grandes formaciones internacionales recalaban en Llíria, su pueblo natal: “Allí, en los teatros de la Unió Musical y la Primitiva, tuve acceso a conciertos de altísimo nivel”, señala con emoción. “Soy un melómano apasionado. Siempre he tenido interés por la dirección de orquesta, lo que me llevó a estudiar armonía, contrapunto y violín, no con la intención de ser director de orquesta, sino para una mayor comprensión de la música”.

Llimerá siguió su formación en Berlín. Asistió a conciertos y grabaciones en la época de Herbert Von Karajan, incluso destaca que estuvo presente en sus últimas actuaciones en el Festival de Pascua de Salzburgo en 1989.
“Para mí, Karajan era un modelo porque no solo dirigía al más alto nivel, sino que también se involucraba en la gestión, en la producción escénica y en las relaciones con la industria discográfica. Esta manera que tenía Karajan de abordar la música y la gestión como un todo, siempre ha sido motivo de inspiración para mí. Esa visión integral, por supuesto dentro de mi ámbito, es la que intento asumir para poder dirigir el Palau con perspectiva y sensibilidad artística; es uno de los grandes auditorios de Europa y del mundo”.
La programación que ofrece el Palau, tanto por parte de la Orquesta de València como de las grandes agrupaciones internacionales, está siendo muy bien recibida: “Los artistas que nos visitan se sorprenden gratamente por el nivel de excelencia que estamos ofreciendo”, resalta Llimerá.
Comenta que a lo largo de su trayectoria profesional siempre ha sido una persona muy exigente y perfeccionista en todo lo que hace, “especialmente en mi faceta como artista”, subrayando que ese perfeccionismo lo ha aplicado a lo largo de su carrera tanto en la interpretación musical como en la docencia y la investigación.
“Mi intención al asumir la dirección del Palau era trasladar ese mismo nivel de exigencia y perfeccionismo en su gestión”, apunta el director del coliseo valenciano, quien manifiesta a su vez la esperanza de que, en este primer año, se hubiese podido alcanzar un nivel que resultara satisfactorio, sin embargo, y debido a imprevistos, siendo el más significativo la DANA, todavía está en proceso de resolución.
Explica con dolor que este trágico fenómeno atmosférico tuvo un impacto muy serio en el Palau no solo a nivel administrativo, sino también humano: “Algunos trabajadores perdieron a familiares”. Además, comenta que provocó complicaciones graves al cierre del ejercicio, “generando retrasos y problemas que todavía hoy estamos resolviendo”. “Paso a paso, lograremos superar todos los obstáculos y llevar al Palau al nivel de excelencia que merece”, agrega Llimerá.
En otro orden de cosas, señala que el Palau de la Música tiene, desde su punto de vista, varias prioridades y que algunas de ellas, aunque no son tan visibles para el público, “son fundamentales para el buen funcionamiento de la institución”, siendo una de las más importantes en este momento la que atañe a la parte administrativa.
“El año pasado conseguimos implantar por primera vez en el Palau un plan de contratación, algo que por ley debía existir y que nunca se había hecho. Este plan es esencial para cubrir adecuadamente las necesidades reales del Palau de la Música en áreas como mantenimiento, prevención de riesgos laborales o servicios técnicos”. “Para mí –prosigue Llimerá–, lograr un nivel de contratación acorde con las necesidades reales del Palau es una prioridad”.

En el plano artístico, su gran prioridad es la Orquesta de València. “El Palau tiene sentido gracias a su orquesta. Además de las agrupaciones invitadas y los grandes solistas que nos visitan, la Orquesta de València representa la identidad musical de esta ciudad; es patrimonio de los valencianos y la que acompaña el día a día musical del Palau”.
Vicent Llimerá aspira a consolidar con la Orquesta de València una programación de alto nivel, con repertorios exigentes y variados, y una plantilla estable: “Este año hemos dado un paso decisivo en ese sentido, hemos aumentado la plantilla de la Orquesta a 99 músicos, alcanzando el número estándar de una gran orquesta sinfónica, y eso nos va a permitir abordar cualquier tipo de repertorio, con solvencia y ambición artística”.
Volviendo la mirada atrás, cuenta Llimerà que la apertura del Palau de la Música “supuso la creación del primer gran contenedor cultural donde la música, al más alto nivel, encontró su espacio natural en València; solo hace falta revisar la lista de artistas que han pasado por el Palau. Los mejores del mundo actuaron aquí”, y que la Orquesta de València vivió también un gran momento, llegando a realizar grabaciones para sellos internacionales como Sony, lo cual proyectó su trabajo fuera de nuestras fronteras: “Ese espíritu es precisamente el que estamos recuperando desde la reapertura del Palau”, destaca.
Según Llimerà, en la actualidad, la Orquesta de València vuelve a tener una proyección internacional, colaborando con Accentus Music, una de las productoras audiovisuales más prestigiosas de Europa y que ha trabajado con orquestas como la Filarmónica de Berlín, la de Viena y con los grandes directores internacionales.
“Esta productora se interesó por nosotros tras la reapertura en 2023 y, desde entonces, hemos realizado varias grabaciones que se han emitido en plataformas de gran prestigio como ARTE, Mezzo, la ORF (Austria) o NHK (Japón). También hemos recuperado la presencia en ‘Los Conciertos de La 2’ de Televisión Española, reforzando así la visibilidad nacional”. Esa dimensión internacional, tanto en sus inicios como la proyectada actualmente, “es justo lo que estamos consolidando y superando ahora, apostando por proyectar a la Orquesta de València como un referente artístico no solo local o nacional sino europeo y global”.
Explica Llimerá que, al incorporarse al Palau y debido al cierre durante cuatro años de la institución, una de sus preocupaciones fue el posible debilitamiento del vínculo entre el público, la Orquesta de València y el propio Palau: “Durante ese tiempo que estuvo cerrado se intentó mantener la actividad trasladando conciertos al Palau de les Arts o a espacios más pequeños como La Rambleta”.
Después, tras la reapertura, el director del Palau agradece el apoyo que, desde el primer momento, tuvo por parte de los medios de comunicación: “Todos los medios, sin excepción, ayudaron a visibilizar la reapertura y a devolver al Palau al lugar que le corresponde dentro de la vida cultural de València. Cada actividad, cada concierto, tuvo eco en la prensa, lo cual fue clave para que el público se reencontrara con su auditorio”.
A partir de ahí, el reto del organismo ha sido mantener un nivel artístico alto y estable: “Es fundamental que el público perciba esa calidad constante en la programación. De ahí que cada temporada intentamos mejorar la anterior, logrando recuperar proyectos artísticos que hacía muchos años que no pasaban por aquí. La temporada próxima volverán a actuar en el Palau formaciones internacionales como la Bayerisches Rundfunkorchester, dirigida por su titular Simon Rattle, que llevaba 19 años sin venir, o la London Symphony Orchestra, ausente desde hace más de una década”.
Con respecto al tiempo en que estuvo cerrado el Palau, Llimerá asegura que se extrajeron varias enseñanzas, especialmente en el ámbito de la gestión y el mantenimiento: “El cierre del Palau no fue una decisión planificada para acometer una rehabilitación, sino una obligación: se cerró porque se cayó el techo”, incidente que, a su juicio, fue el resultado de años de falta de mantenimiento.
“Esa es una de las principales enseñanzas que nos deja esta etapa. Desde entonces, estoy personalmente muy pendiente de todos los detalles del edificio y los trabajadores lo saben. Detecto una luz mal orientada, una rendija, un fallo técnico, y enseguida doy aviso. Tengo literalmente cientos de mensajes enviados al equipo de mantenimiento, producción o escenario, porque el Palau no es solo programación artística o gestión administrativa”.
Dejando de lado el reciente desprendimiento de parte del techo del Palau, cuenta que en la actualidad se encuentran resolviendo problemas estructurales como es, por ejemplo, el cambio de todo el sistema de climatización del archivo, que se estropeó tras una inundación: “El agua caía justo sobre el sistema, y eso afectó también la temperatura y la humedad, algo muy delicado cuando se trata de conservar documentos históricos”.
Además, apunta que, a partir de aproximadamente mediados de agosto, comenzarán nuevas obras en la entrada que da acceso a los espacios de ensayo y administrativos, ya que se están produciendo filtraciones: “Se prevé que duren tres meses y evitarán futuras inundaciones”.

Uno de los proyectos, pero ya a más largo plazo, y uno de los mayores retos, será levantar y rehacer completamente el jardín superior del Palau, “ya que parte del edificio está construido bajo un jardín, lo que conlleva serios problemas de impermeabilización. Los materiales de hace 38 años no resisten igual el paso del tiempo y las inclemencias climáticas. La previsión es poder redactar el proyecto el próximo año y actuar durante el verano de 2027, aunque todo dependerá de los plazos administrativos y de licitación. Lo importante es que estas obras no afectarán a la programación, puesto que se realizarán en zonas que no interfieren con la actividad artística”.
Ya más centrados en la programación del Palau, Llimerá explica que “parte de una línea artística muy clara: actualmente contamos con un equipo artístico formado por nuestro director artístico, Alexander Liebreich; el director principal invitado, Paul McCreesh; el artista en residencia, Renaud Capuçon, y un compositor en residencia que, para la próxima temporada, será José María Sánchez-Verdú, lo cual ya marca unos criterios estéticos”.
Y añade: “Somos la única orquesta en el Estado español con un compositor en residencia, lo que refleja nuestro firme compromiso con la creación artística. En esta línea de compositores en residencia, combinamos la obra de compositores nacionales con la de autores internacionales. La temporada pasada tuvimos a Toshio Hosokawa, lo que nos abrió la puerta al mercado asiático, y gracias a esa colaboración conseguimos algo inédito: que la Orquesta de València fuese retransmitida por la NHK japonesa, algo nunca visto en nuestra historia. Ese tipo de conexiones artísticas refuerzan no solo nuestra proyección internacional, sino también nuestro prestigio”.
Además, indica que el Palau mantiene un compromiso firme con la música española y valenciana: “Aproximadamente, el 25 % de nuestra programación es música española y un 15 % específicamente valenciana. Apostamos desde el Palau decididamente por nuestros artistas, muchos de ellos con trayectorias internacionales destacadas”.
Con respecto al repertorio contenido en la programación, Llimerá apunta que se trata de un gran repertorio sinfónico y sinfónico-coral, “que genera un enorme interés entre el público”, mientras que en el repertorio clásico y barroco dijo estar trabajando “con especialistas de renombre internacional, quienes han actuado como directores o concertinos, enriqueciendo el enfoque interpretativo de la Orquesta de València”.
“Este trabajo –continúa diciendo– ha dado frutos muy reconocidos por la crítica, como ocurrió con la reciente interpretación de sinfonías de Mozart en la Sala Rodrigo, que fueron destacadas por su calidad y su criterio más actual”.
La búsqueda del equilibrio entre artistas locales, nacionales e internacionales es una de las señas de identidad de la institución: “Es algo que cuidamos de forma muy consciente en todos los géneros, ya sea música clásica o jazz”, si bien opina que el Palau ha de dar la oportunidad a los músicos de aquí. “Creo firmemente que nuestros músicos deben tener su espacio en el Palau”, subraya.
También ha reactivado el ciclo de cámara con gran éxito tras la reapertura del coliseo valenciano: “Nos planteamos inicialmente si centrarlo en música barroca o contemporánea, pero optamos por un enfoque ecléctico, y ha funcionado muy bien. Gracias a esta variedad, atraemos a públicos distintos según cada propuesta, logrando llenar la Sala Rodrigo”.
La música contemporánea es fundamental en la programación del Palau, como así lo demuestra el tener un compositor en residencia: “Esta figura nos permite incorporar creación actual y repertorio contemporáneo en cada temporada dentro del conjunto de conciertos”.
Uno de los ejemplos claros de la convivencia del repertorio clásico y actual lo podemos encontrar la próxima temporada con una producción del ‘Réquiem’ de Mozart, junto al coro de la Bayerische Rundfunk, sonando en la primera parte del programa una obra de Penderecki.

“Esa combinación entre repertorio clásico y contemporáneo es una de las claves que ha impulsado nuestro director artístico, Alexander Liebreich”, sostiene Llimerá, aprovechando la oportunidad para informar que la renovación del actual director “ya está prevista para la próxima temporada”. “Alexander Liebreich ha sabido integrar de forma natural esas nuevas estéticas, acercándolas al público habitual del Palau de la Música”, resalta.
El interés por las nuevas músicas, en palabras del director, se pudo ver la temporada pasada con la ópera ‘The Maiden of the Sea’, de Toshio Hosokawa: “Fue una experiencia única, donde el silencio en la sala tras cada escena era casi espectral; una señal de la conexión que se logró. Hoy en día, el público del Palau distingue la calidad artística de las propuestas, aunque sean vanguardistas”.
En relación con la situación de los abonados del Palau, Vicent Llimerá explica que su estrategia se basa en tres pilares: el primero es reconocer y cuidar al público fiel, tal y como se hizo con los abonados históricos; el segundo es mantener una programación de altísima calidad que justifique volver al Palau una y otra vez, y el tercero, actuar con agilidad y transparencia en la resolución de problemas administrativos y en la gestión de incidencias”.
Con respecto a los abonados actuales, Llimerá destaca que se mantiene una base sólida y en crecimiento, con perfiles diversos: “Tenemos un público muy fiel en los ciclos sinfónicos, pero también nuevas audiencias que se están incorporando gracias al jazz, la música de cámara o las colaboraciones con artistas contemporáneos”.
Sobre la reciente creación del organismo Valencia Music City, el director del Palau lo considera como algo fundamental: “Esta estrategia entiende la música no solo como un elemento cultural, sino también como un motor social, económico y transversal que debe integrarse en todas las áreas de la ciudad”.
Llimerá afirma que le gustaría que el Palau de la Música formara parte activa de la oferta turística de València, al mismo nivel que otros grandes atractivos de la ciudad, y considera que para ello es imprescindible trabajar de manera coordinada con departamentos como Turismo e Innovación. En este sentido, subraya que ya han iniciado conversaciones con Visit Valencia, y que la presencia en sus canales ha aumentado.
Otro objetivo a destacar, en opinión del director del Palau, es el poder presentar la temporada en otras ciudades, como ya hacen grandes auditorios y teatros de Europa. “Me gustaría poder hacerlo próximamente en ciudades como Madrid o Barcelona, y también en otras más cercanas como Murcia o Tarragona. Hoy en día, desplazarse a València desde Madrid, por ejemplo, para disfrutar de un concierto de la Orquesta de València, alojarse y conocer la ciudad, es una propuesta cultural y turística muy atractiva, incluso económicamente competitiva”.
A nivel de promoción, el Palau –dice– está dando pasos importantes: “El año pasado implantamos por primera vez un plan de medios, que nos ha permitido tener presencia tanto en medios locales como nacionales, con una estrategia de difusión mucho más sólida”, al tiempo que se ha revisado y modificado el marco regulador de precios de los conciertos y de los abonos, incorporando descuentos para estudiantes, jubilados, familias numerosas, monoparentales, monomarentales y personas en riesgo de exclusión social, entre otros colectivos. Eso ha permitido, según Llimerá, que “muchas más personas accedan a nuestra programación, y el resultado ha sido un público más diverso y joven, que es precisamente el futuro del Palau”.
De la próxima temporada, el director del Palau señala que hay muchos conciertos que merecen ser destacados: “Si tuviera que subrayar algunos hitos importantes, empezaría por la creación contemporánea, teniendo el estreno de la ópera ‘Medea’, de José María Sánchez-Verdú, con dirección de Alexander Liebreich”.
También aparece en la programación una producción semiescenificada de ‘DonGiovanni’, de Mozart, bajo la dirección de Francesco Corti, un especialista en este repertorio: “Hacemos ópera en cuentagotas con propuestas muy concretas”, precisa Llimerá.

En el repertorio sinfónico, apunta que “hay obras que son muy esperadas y queridas por el público, como las grandes sinfonías de Mahler; en diciembre tendremos la Tercera Sinfonía, y a final de temporada, la Cuarta, que estoy seguro volverán a emocionar al público”. También informa que visitarán el Palau agrupaciones tales como la Bayerische Rundfunk, la London Symphony, la Royal Philharmonic Orchestra y la Freiburg Barockorchester: “Creo que no exagero si digo que es programación de primer nivel internacional”.
Con respecto a la integración, este año, de la Mostra de València dentro del organigrama del Palau, Vicent Llimerá explica que la Mostra “ya se celebraba en el Palau de la Música, y desde el Ayuntamiento, tras analizar su estructura, se valoró que no tenía mucho sentido que continuara como un organismo autónomo, principalmente por su reducido equipo y por el hecho de que desde el Palau ya se venía ofreciendo un gran soporte, tanto a nivel administrativo como técnico y de medios”.
“Desde el punto de vista artístico, tiene también todo el sentido: nosotros tenemos una relación muy estrecha con el cine y un ejemplo claro es que hemos recuperado el Congreso de Música de Cine, y esa unión entre música y cine nos ofrece muchas oportunidades para el crecimiento en ambos campos”, añade.
Preguntado acerca del lugar que ocupa València dentro del mapa musical internacional, Llimerà señala que “València no es Viena, Berlín, Madrid o Londres, pero creo sinceramente que nuestra ciudad, con los dos grandes contenedores culturales que tiene –Palau de les Arts y Palau de la Música– está a la altura de las capitales culturales más destacadas, no solo en Europa”.

“Pocas ciudades con el tamaño de València pueden presumir de tener una oferta musical tan diversa y de tanta calidad”, agrega, destacando que València “está en un gran momento, tanto por la excelencia como por la diversidad de su programación”.
Y, en este sentido, la captación de nuevos públicos se convierte en otro asunto a destacar: “Aquellos que aún no conocen el Palau de la Música, lo mejor que pueden hacer es venir, entrar en la sala y dejarse llevar por la música, sea del estilo que sea”, subrayando la emoción que supone escuchar los comentarios de quienes vienen por primera vez y se sorprenden por la belleza del edificio y de sus salas.
A este respecto, quiso poner en valor la dedicación de los trabajadores del Palau de la Música, porque su trabajo es el que hace posible esa visibilidad fuera y la recepción tan agradable del público que hace que se sientan como en su casa”.
A modo de colofón, Vicent Llimerá confiesa que sus gustos musicales son amplios y variados: “Soy bastante friki, me apasiona la música en general, desde la más antigua hasta la más contemporánea; escucho rock, sigo disfrutando de grandes bandas como Pink Floyd, Queen o Supertramp, de los que tengo todos sus discos, igual que los de Raphael, del que también soy fan absoluto”.
“Escucho muchísima música clásica: el repertorio romántico y posromántico me gusta mucho, aunque, si tengo que elegir, elijo el barroco, que es mi verdadera pasión; he tocado el oboe barroco y me emociona esa música profundamente”, agrega, antes de concluir que está “constantemente buscando repertorio que no se haya interpretado aún en el Palau o que valga la pena recuperar”. Como gran melómano que es, para Vicent Llimerá escuchar música, además de un gran placer, es una forma de trabajo, de estudio y de inspiración.
