Putos modernos. Filmin

#MAKMAAudiovisual
Putos modernos‘, de José Gasset
Con Teresa Roitt, Jordi Vilches, Inés Hernand y Raquel Córcoles, entre otros
4 episodios de 3′, España | Putos Modernos y TheCreative, 2023
Filmin
Entrevista a Joan Alvares (Putos Modernos) y José Gasset con motivo de la presentación de la serie en el 38 Cinema Jove

Entre la irreverencia y la irrelevancia. El lenguaje suele darnos pistas de las cosas que están cerca. Putos Modernos nada en esas aguas y les va muy bien. Con casi veinte años de experiencia, la agencia de creativos sabe perfectamente cómo detectar las contradicciones de nuestro tiempo; cómo meter el dedo en la llaga, pero solo un poquito, para hacer cosquillas. Una crítica social amable. Consuelo para inconformistas. Contradicciones e ingenio. Todo el rato.

Putos Modernos, fundada por Jorge Sandua y Joan Alvares, estrenaba el pasado mayo una serie en colaboración con Filmin (“valga la redundancia”, decían en su anuncio de Instagram). Cuatro capítulos de una media de tres minutos a modo de sketches, donde muestran diferentes ejemplos de lo absurdo de la modernidad, como ir a un restaurante de muchos tenedores para vivir la experiencia de comer con las manos o exigir un producto 100 % natural para el cuidado del tinte azul de tu perro.

Le llamamos serie por catalogarla de algún modo, pero este producto audiovisual se escapa de todos los criterios. Por formato, hay quien la encuadra dentro de las webseries. Los capítulos, producidos por TheCreative con la mejor calidad cinematográfica y bajo la dirección de José Gasset, encajan como cortometrajes. También podrían ser la versión extendida de un anuncio narrativo, debido a la fuerte presencia de las marcas que financian la serie. Y dentro de Instagram, campo de juego de la agencia, aparece en la sección de reels.

Series en formato reel ya hemos visto unas cuantas. Aquí, en València, se estrenaba, recientemente, la serie original del Centre del Carme Cultura Contemporània. Habrá que preguntarse si esta tendencia ha venido para quedarse o se trata de un experimento anecdótico.

Putos modernos. Filmin

La cuestión es que Putos Modernos no pasa desapercibida y su serie tampoco. De la pantalla del móvil a ese flirteo con otros soportes a través de la colaboración con Filmin, han pasado a la pantalla grande dentro del festival Cinema Jove. Y los vemos en la calle, con esas pancartas gigantes que utilizan en sus colaboraciones con marcas. Publican libros, calendarios, camisetas y sprays aromáticos, entre otros.

“La modernidad eres tú. La modernidad soy yo. La modernidad somos todxs. Y quien esté libre de culpa que tire el primer gintonic”. La modernidad parece una amalgama de cosas y un gancho estupendo para vender productos absurdos. Y no es malo. Todos buscamos un espejo en el que mirarnos, aunque no nos guste lo que vemos, aunque nos guste un poco y nos de vergüenza admitirlo.

¿Creéis que la ironía es un rasgo generacional?

Joan Alvares: Yo creo que es bastante transversal en edad. Nosotros retratamos la modernidad antes que a los modernos. La modernidad es una suma de contradicciones que afecta igualmente a un chaval de 20 años que a nuestros padres. Es un tiempo, más que una generación.

Estos problemas con los que hacéis humor, pensándolo en frío, son dramáticos. ¿Se esconde un fondo trágico detrás de la parodia?

Joan Alvares: Nosotros lo que hacemos es quitarle hierro. Nuestras publicaciones no son ensayos, son pequeñas contradicciones con las que, más o menos, todo el mundo se puede sentir identificado y por eso producen gracia, lo cual no significa que no les sonroje un poco. A veces, la risa te permite darle un poco de perspectiva.

José Gasset: Si partes de la base de que todos somos bastante miserables y de que todo es trágico, es fácil hacer comedia, porque siempre hay un punto risible. Películas como ‘El gran dictador’, de Chaplin, o ‘Teléfono Rojo’, de Kubrick, a mí me hacen mucha gracia y se está hablando de las mayores tragedias, como fueron el nazismo o la Guerra Fría. Con lo que no me siento identificado es con esa comedia que no aborda o que esconde lo miserables que somos. De todas formas, creo que esta serie va por otro sitio. Es más costumbrista.

Joan Alvares: Es lo que Moderna de Pueblo [Raquel Córcoles] llama “tragicomedia millennial”. Esas pequeñas cosas de vidas anodinas, muy gregarias, donde todo el mundo quiere sentirse único a la vez que sigue las mismas tendencias. Todo esto, mirado con perspectiva, es esperpéntico. A mí, la comedia que más me gusta es la involuntaria, y constantemente somos absurdos.

Las marcas que colaboran con vosotros también se apoderan de este patetismo con el que ilustráis la vida. Parece una nueva tendencia de la publicidad mostrarse autoconsciente, honesto, para humanizar la marca.

Joan Alvares: La honestidad es un valor revolucionario. Es lo contrario a la publicidad. La publicidad es el pequeño engaño, es la omisión, la construcción de valor intangible. Eso ya no se lo cree nadie. Y como vivimos rodeados de tanta publicidad –porque la publicidad, queramos o no, también es necesaria, por ejemplo para financiar productos como los nuestros–, cuando rompe la cuarta pared y dice, de manera explícita, que viene a venderte algo y que tiene defectos, el consumidor empatiza y detecta por sí mismo las partes positivas del producto. Es la publicidad sin autotune, sin filtros.

Vuestra serie nació originalmente para ser visualizada desde un dispositivo móvil, pero ha tenido su experiencia en Filmin y ahora se está proyectando en una pantalla grande dentro de un festival de cine. ¿Qué relación esperáis ahora con este nuevo medio?

Joan Alvares: Si la materia prima de Putos Modernos es el postureo, la serie no deja de ser una impostura. Son capítulos de tres minutos que se ven en el móvil y solo hemos publicado cuatro. Los puristas niegan que esto sea una serie. Y nos hace gracia que un crítico de cine tenga que bajar al barro y escribir unos textos mucho más largos que nuestra serie para decir que no está conforme o que no lo acaba de entender.

La serie está pensada nativamente para ser vista desde el móvil y quisimos grabarla en formato vertical, pero durante el proceso de producción nos dimos de golpe contra todas las limitaciones que eso supone. A nivel de tiempos, fue complicado condensar las historias, contar tanto en tan poco. Y también trabajar con actores que no son profesionales.

José Gasset: Tu pregunta yo también me la hago. Creo que la serie es bastante coherente con lo que son ellos. La idea de entrar a Filmin y ver Putos Modernos al lado de una foto de Godard, me hace gracia.

¿Cómo surge el proyecto? ¿Os lo propone Filmin?

Joan Alvares: Es una suma de casualidades que luego van acompañadas de causalidades. Ya había salido el tema de hacer una serie, pero no encontrábamos la manera de poder dedicarle tiempo. Teníamos demasiados proyectos por atender como para seguir abriendo melones. Nuestra premisa era: “Si hay agua, nos lanzamos a la piscina” y, para nosotros, el agua era que una persona con capacidad para aprobar el proyecto nos hiciese la propuesta. Esa persona fue la persona de Filmin –aunque la plataforma no paga el proyecto; está financiado por marcas-. Ese fue el impulso para sacar la serie adelante.

Gasset, ¿sientes que estos nuevos formatos están influyendo en la industria cinematográfica?

José Gasset: Tengo mis dudas. La gente quiere desconectar y entretenerse durante un tiempo largo. Quiere que le dé tiempo a comerse una hamburguesa por lo menos. Igualmente, creo que es un terreno sugerente. Si tuviésemos una línea de crédito de un millón de euros sería guay, porque puedes hacer cada semana un super capítulo de tres minutos y vas sorprendiéndote. Pero no creo que esté cambiando la industria. La industria está ahora prolífica y hay mucha oferta.

¿Sabéis qué va a pasar ahora con la serie?

Joan Alvares: No. No lo sabemos [risas].

He escuchado que ibais a sacar la siguiente temporada.

Joan Alvares: Y la séptima, también. Hay algo de profecía autocumplida. Como los Mojinos Escozíos, cuando publicaron el álbum ‘Más de 8 millones de discos vendidos’. Podemos ir anunciando que habrá hasta siete temporadas, a ver si se cumple.