Petite maman

#MAKMAAudiovisual
‘Petite maman’, de Céline Sciamma
Producción de Lilies Films
Pase de prensa en Cines Lys de València (26 de octubre)
Estreno en cines: viernes 29 de octubre de 2021

No puedo hablar de esta película. Me es imposible. Dura apenas 72 minutos, se desarrolla en dos o tres localizaciones, su elenco se compone de cinco actores, más algún extra, y prácticamente está grabada con cámara en trípode. No hay planos complicados, montaje frenético o planos secuencia elaboradísimos. Objetivamente, es una película simple, pero a nivel personal es inabarcable.

Tal vez porque este no es el cine que uno espera. Podemos ver el cartel o leer la sinopsis, pero nada nos prepara para lo que es realmente este filme. Nos podemos hacer unas expectativas, unas ilusiones. Podemos tomar como referencia otros filmes que hayamos visto. Incluso podemos partir de la anterior película de la directora, ‘Retrato de una chica en llamas’. Podemos hacer todo eso y, aún así, no podemos hacernos una idea de lo que es ‘Petit maman’, de Céline Sciamma.

Se podría decir que es una historia sobre la amistad, sobre la pérdida y la maternidad. No es el qué sino el cómo. Todas las historias han sido contadas ya. Cualquier premisa, argumento, o sucesión de eventos que conozcamos, se puede clasificar en un arquetipo. Historias de superación, historias de lucha, historias de amor… Pero lo que no se va a agotar nunca son los artistas. Cada uno con su propia visión del mundo y sensibilidades.

Fotograma de ‘Petite maman’, de Céline Sciamma.

Cuando uno repasa el cine de Céline Sciamma es evidente que su gran foco de interés es en torno a la mujer o, mejor dicho, las mujeres. Protagonistas de historias que viven en sus propios universos. En ‘Retrato de una chica en llamas’ asistíamos al encuentro amoroso ente una pintora y una noble durante el siglo XVIII. Una historia convencional basada en la relación del artista y el modelo, pero contada como pocas veces se ha hecho. Ocurre lo mismo en ‘Petit maman’.

Es su magia, es su cariño y sinceridad. Sus personajes no tienen prisa, pues el filme no acaba cuando surgen los créditos. Podrían seguir sus vidas hasta que estas llegarán a su fin. Un mundo construido a partir de pequeños gestos y detalles, llenos de emoción.

No se trata solo de miradas tristes o sonrisas alegres. Es también la forma en que Nelly se tapa por las noches o la barba de su padre. Un universo tejido con esmero y dedicación de quien de verdad se preocupa por lo que se está contando. Es el respeto que se le da a los personajes, pero también las cosas que suceden: montar la cabaña, hacer una obra de teatro, tarde de tortitas.

No se trata de un viaje, sino de un visionado. De poder ver esta historia. De poder ser testigos de este fragmento de la vida de Nelly. Cómo la muerte de la abuela la afecta a ella, a su madre. Cómo los fantasmas duelen, no porque existan, sino por el recuerdo. El vacío que ha dejado una persona, tal vez una cama que se ha enfriado o un bastón que ya no volverá a ser usado.

Son muchas cosas, en las que cada uno verá algo distinto. Al fin y cabo, los temas que se tocan aquí son bastante generales, pero por lo que creo que realmente destaca es por su acercamiento. Por su forma de hacernos comprender la relación de una madre con su hija, la muerte de un ser querido o cómo es hacer una nueva amistad. Son muchas cosas que, creo, merecen ser descubiertas.

Fotograma de ‘Petite maman’, de Céline Sciamma.