A cielo abierto, de David Hare, bajo dirección de José María Pou
Teatro Olympia
C / San Vicente Mártir, 44. Valencia
Del 10 al 13 de abril
Carl Schmitt dejó dicho que la política consistía en señalar un enemigo al que odiar, trazando así la frontera que permite a los partidos gestionar ese odio. Es una forma moderna de ocupar el sitio dejado por la religión. De manera que allí donde hay ideología se hace prácticamente imposible que cunda el amor hacia un otro diferente. De eso y muchas más cosas trata la obra de David Hare A cielo abierto, que dirigida e interpretada por José María Pou se presenta en el Teatro Olympia de Valencia.
Entre las múltiples interrogantes que plantea la obra, Pou destacó éstas: “¿Es posible que el contexto político pueda llegar a condicionar una historia de amor?” O dicho de otra forma: “¿El intercambio amoroso puede estar condicionado por lo que nos rodea, ya sea el conflicto social o la situación en la propia empresa?” Para terminar planteando otra cuestión de fondo: “¿Es posible que dos personas de ideologías opuestas puedan quererse?” David Hare (Sussex, 1947), autor entre otras de las cinematográficas Las horas, El lector o Herida, no trata de responder a esas preguntas, sino de estimular la reflexión del público.
“No hay mitin, sino reflexión”
Y una de las reflexiones viene del lado del propio Hare, izquierdista irredento y azote del poder que, a pesar de su adscripción ideológica, logra poner en pie la historia de amor entre un capitalista de derechas (“muy de derechas”, subrayó Pou) y una maestra de escuela comprometida con los más desfavorecidos (encarnada por Nathalie Poza). Y lo hace sin que la ideología, vamos a decir que profesa, enturbie su mirada artística. “Su obra no es un mitin ideológico, sino que hace reflexionar al público desde su planteamiento honesto”. De manera que, como insiste Pou, “ni el capitalista es el malo malísimo, ni la maestra el personaje bueno”.
“En la historia, los malos momentos son cíclicos”
Esa cualidad artística es lo que permite a una obra alcanzar cierta universalidad. De hecho, como recordó Pou, Hare escribió A cielo abierto en 1995, momento en que Margaret Tatcher estaba aplicando su política económica de privatización de los servicios públicos, recortes y despidos. “Por desgracia, en la historia los malos momentos se repiten y son cíclicos”, destacó Pou. De ahí que ahora, casi 20 años después, A cielo abierto siga teniendo más actualidad si cabe que cuando se estrenó. “Es una función que parece escrita para el pueblo español de ahora mismo”, señala el autor catalán, que dijo haberse quedado “conmocionado” cuando vio el montaje por primera vez en Londres.
Enseguida sintió la necesidad de hacerse con los derechos de la obra, que estrenó en 2003 en catalán en el Teatre Romea de Barcelona. Celobert vive ahora una segunda juventud en castellano, con Nathalie Poza y Sergi Torrecilla acompañando a José María Pou en A cielo abierto. El espectáculo narra la “historia de amor y desamor” de dos personas “que se quieren con locura”, a pesar de representar “dos concepciones del mundo radicalmente opuestas”. El capitalismo salvaje y cierto idealismo de izquierdas, frente a frente y, en ocasiones, entreverado. “No se sabe en la función cuándo se habla de amor y cuándo de ideología política”.
Un sir contra el poder
José María Pou puso también el acento en la condición de sir de David Hare, noble distinción otorgada por el gobierno británico a uno de sus más brillantes autores contemporáneos. “Es sir a pesar de que en sus obras realiza duros ataques al poder”. Ataques puestos en escena en teatros públicos, lo cual subrayó Pou con sana envidia teniendo en cuenta cómo las gastan por estos pagos en materia cultural. Precisamente como contrapunto a esa idea extendida del entretenimiento como cataplasma beatífica contra la crisis, Pou afirmó que sigue apostando por obras que hagan “pensar al público, que de alguna manera los enriquezca”. Y agregó: “En los últimos 15 años he hecho dramas terribles con gran éxito de público”, defendiendo así su idea de que el drama, al igual que la comedia, también puede ser entretenimiento, más allá de la “risa tonta”. A cielo abierto es un buen ejemplo, del que un teatro privado como el Olympia se hace cargo. “El público sale inquieto del teatro”, dice Pou. Y no es para menos.
Salva Torres
- El Brujo: “Esta es la asignatura pendiente de mi vida en el arte” - 10 octubre, 2024
- La historia silenciada del SIDA que resuena en Es Baluard - 8 octubre, 2024
- Una ‘Yerma’ revisada recala en el TEM para multiplicar las problemáticas que planteaba Lorca - 8 octubre, 2024