#MAKMAArte
‘Embisto luego existo’, de Pepe Yagües
Comisariado: Gloria Cantero
Sala Antoñete de Las Ventas
Centro de Asuntos Taurinos
Alcalá 237, Madrid
Del 21 al 28 de mayo de 2022
Dice Andrew Boyle, en ‘La libertad de expresión. Y por qué es tan importante’, que “entre las palabras espinosas y el alambre de espino hay un mundo de diferencia”. El mundo que, en el caso que nos ocupa, separa una veintena de obras mordaces en torno a la tauromaquia, la política y el erotismo, y su supresión por entender que esa mezcla de toros, ideología y sexualidad era de todo punto inapropiada.
Supresión que no ha alcanzado al conjunto, sino a cuatro de esas obras: dos de carácter político, ‘Torito 155’ y ‘Coleta torera’ -con el expresidente catalán Quim Torra, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y Oriol Junqueras como protagonistas-, y otras dos de carácter más sexual, ‘Tesea, empoderada’ y ‘Corrida sin sida II’. Esta selectiva exclusión, según se adujo desde el Centro de Asuntos Taurinos que dirige Miguel Abellán, obedece a que tales obras no aparecían en el catálogo de la exposición, algo que desmintió la comisaria Gloria Cantero.
‘Embisto luego existo’ es el título de la exposición de Pepe Yagües parcialmente “afeitada”, por utilizar el término taurino que describe el limado de los cuernos del toro para que resulte menos peligroso durante la lidia. Exposición prevista para antes de la pandemia, que se tuvo que posponer por el avance mortal de la covid 19. Después, la muestra se llevó a cabo, pero durante su transcurso alguien advirtió la “bravura” de ciertas obras, procediendo al polémico “afeitado”.
Hablamos con el autor de ‘Embisto luego existo’ para adentrarnos en las relaciones entre tauromaquia y erotismo, así como entre arte e ideología, con el fin de comprender las razones y sinrazones de lo que Yagües entiende como un ataque en toda regla a la libertad de expresión, por parte de quienes llevando trajes de luces carecen de ellas.
¿Qué relación ves entre los toros y el erotismo?
En la tauromaquia hay un claro componente erótico en la indumentaria del torero, en los movimientos, en la simbología de los tercios en la «corrida», etc. Y que no solo lo veo yo, sino también algunos expertos taurinos como, por ejemplo, la prestigiosa crítica taurina Gloria Cantero que me escribió un prólogo para el catálogo de la exposición titulado precisamente ‘El erotismo en los toros, historia de una mágica conexión sensual’.
Fernando Savater habló de ’Tauroética’ para rebatir a quienes utilizan argumentaciones morales para intentar suprimir las corridas de toros. ¿Te atreverías a proponer una ’Tauroerótica’ y, de ser así, en qué consistiría?
Cuando sea filósofo me dedicaré a proponer y desarrollar argumentaciones al respecto.
‘Embisto luego existo’. Teniendo en cuenta los juegos de palabras que suelen haber en tu obra, para expresar la doblez que tiene todo en la vida, en este caso, ¿qué doblez se despliega en el título de la exposición?
Es, por un lado, una actitud ante la vida, un guiño filosófico al cogito ergo sum de Descartes, y, a la vez, una realidad taurina: el día que los toros de lidia decidan no embestir más, dejarán de llevarlos a las plazas para torearlos.
La fiereza del toro en tu obra aparece domesticada por la potencia arrebatadora del cuerpo femenino. ¿Son pulsiones distintas o la misma?
Todas las formas y trasformaciones de energía en el fondo son, en esencia, la misma energía.
En ’Teseo torero en celo, con Ariadna tumbada’ aludes al ‘Origen del mundo’ de Courbet. ¿En el principio de todo está la sexualidad femenina que, en cierto modo, produce temor?
A mí Courbet me parece que es uno de los más grandes de la Historia del Arte. Y la sexualidad femenina lo que me produce no es para nada temor, sino una grandísima curiosidad e interés.
Hay mitología y hay danza en la obra de ‘Embisto luego existo’. ¿Cuál es tu relación con ambas disciplinas, por qué te interesan?
El componente de danza en los pases del torero es evidente, y sobre el origen mitológico de la tauromaquia hay historiadores que dicen que está en la Taurokathapsia cretense de la Antigüedad Griega. A lo que yo añadiría que, además, puede ser que tenga que ver con la faena que le hizo Teseo al Minotauro en el laberinto.
Vayamos a la polémica por los cuadros “secuestrados”. ¿Por qué esos, si se trataba de eliminar la ‘parodia política’ -según se adujo para realizar tal supresión- y no otros, como el referido a Santiago Abascal o Putin? ¿No es incoherente?
Como decía Fernando Fernán Gómez (que sufrió en numerosas ocasiones el fastidio de los censores): «El censor es siempre un imbécil», y la incoherencia es propia de los que tienen poco sustento intelectual, o sea, de los imbéciles.
Lo mismo cabe decir de los suprimidos por su ‘componente sexual’, porque, en ese caso, habría que haber suprimido la exposición entera, ¿no?
Los que suprimen la libertad de expresión tienen mucho peligro, ya que, si en el fondo y las circunstancias se lo permitieran (como ya se ha demostrado en numerosas ocasiones en la historia reciente), lo que harían sería suprimir no solo la exposición entera, sino también al autor de la misma.
¿Por qué crees que se ha producido ese rechazo a determinadas obras, cuando la política ha utilizado en numerosas ocasiones al arte para su propaganda?
Porque en el fondo hay personas que ostentan cargos públicos que no respetan la libertad de expresión, por mucho que en la campaña electoral tuvieran como lema la LIBERTAD, en mayúsculas.
¿Te han devuelto las obras? ¿Has podido hablar con sus responsables para conocer los motivos últimos de tal censura?
Me han devuelto las obras y sin pagar rescate. No han querido dar la cara ni hablar conmigo los responsables, lo cual me lleva a la conclusión de que se «puede llevar traje de luces y tener pocas luces».
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