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‘Un espacio sin estragos’, de Nuria Vidal
Galería Alba Cabrera
Joaquín Costa 4, València
Hasta el 31 de octubre de 2025
Un mundo plástico silencioso donde desaparecer, donde encontrar un punto de partida y empezar de cero. Un mundo donde lo psicoanalítico y lo filosófico se entrelazan para dar vida a un universo de quietud, de pausa y de escucha. Este es el mundo pictórico que Nuria Vidal nos ofrece en su última exposición, ‘Un espacio sin estragos’, en la galería Alba Cabrera, nombre que hace referencia a ese lugar de calma que encuentra la artista en el color, el papel y la forma.
La muestra nace como continuidad de otra serie anterior, bajo el título de ‘Rendición’, que comienza a realizar en 2019, donde nos abre la ventana a todo un mundo de manchas y tintas cuyo proceso revela la aparición del color a través de la transparencia; concepto que interesa a la artista y que explora constantemente en sus trabajos.
Su obra, como bien explica la artista, está interconectada, no trabaja por proyectos bloque, pues su proceso artístico no es lineal y muchas de sus obras hacen referencia a trabajos anteriores, como es el caso de las piezas que presenta en esta ocasión.

Se trata de un conjunto de pinturas de gran formato trabajadas mediante pintura acrílica diluida sobre papel. Esta técnica permite a Vidal prescindir de las herramientas pictóricas tradicionales, como el pincel y el caballete, para establecer un estrecho vínculo con el papel y guiar el flujo de la pintura a través de sus movimientos.
Nuria Vidal no deja marcas, no hay rastro de huellas más allá del propio camino que toma la pintura y el agua sobre el papel. Busca hacer desaparecer el gesto, alejarse de las grandes pinceladas y del rastro de su presencia sobre la pintura; busca desvanecerse. El espectador, al no hallar pista alguna de su paso, se concentra en las capas de color superpuestas que crean un universo de ritmos y atmósferas vibrantes.
En esta exposición se entrevé la propia trayectoria y formación de la artista. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid y especializada en Grabado, su vínculo con el papel como principal soporte pictórico es evidente. La forma en la que el color se imprime en este no es casual, sino que se traduce en un interés por lo gráfico y su relación con lo pictórico.
Así mismo, sus largas estancias en Lanzarote han impactado en su obra. La belleza del paisaje la conmueve y empapa, sin pretender que su trabajo sea una representación o una referencia directa a la naturaleza que la ha ido rodeando. Los símiles o paralelismos que pueda el espectador encontrar en sus obras responden a unas reflexiones posteriores que, lejos de cerrar el significado o el contenido de las mismas, las deja abiertas a diferentes interpretaciones.

“Ella inventa paisajes, se escabulle en todos esos lugares que hacen límite entre el adentro y el afuera, el pasaje del exterior al interior, las ventanas, los umbrales…, eso la fascina….; encuentra un espacio en la mirada, un espacio sin estragos”, escribe Anne Dufourmantelle en su libro ‘En caso de amor’. La obra de Nuria Vidal se convierte en ese espacio intermedio entre el adentro y el afuera, una brecha por la que asomarse, contemplar y contemplarse.
Actualmente, trabaja para una convocatoria cuyo concepto se centra en la exploración de los márgenes. Dentro de la pintura, esto se refleja en trasladar lo pictórico sobre los bordes del papel, estudiando sus límites físicos y simbólicos; estableciendo e investigando qué queda dentro y qué queda fuera del espacio pictórico.
“No busco la representación; para mí la pintura no está separada de la vida”, explica Vidal. Dentro de una época tan convulsa como la que atravesamos, la artista propone que su obra sirva de pausa; una muestra de que también hay un tiempo de silencio, un claro en el bosque en el que descansar y, quizá, permanecer.
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