Nanda Botella

#MAKMAArte
‘Pipeline’, de Nanda Botella
Shiras Galería
Vilaragut 3, València
Hasta el 16 de septiembre de 2023

Los viajes son poliédricos. Se viaja por trabajo, turismo, para relajarse, explorar o descubrir. Se viaja al exterior, al pueblo, a las cercanías o incluso al interior de uno mismo. Ahora, en plena estación de los viajes, Nanda Botella expone la materialización de los recuerdos de su más reciente periplo, a la vez que invita a los espectadores a desplazarse por sus propias vivencias y sensaciones.

Entrar en Shiras Galería por estos días es como viajar a Bali y Filipinas de la mano de la artista valenciana. Es, por una parte, como ver estos sitios a través de sus ojos: “Cómo se entrelazaban unas olas con otras, cómo rompía de repente una ola mientras había otra que se estaba despegando; los reflejos del sol, la sensación de felicidad, los sitios, el color de las tablas, el calor, la comida, la música”. Según Nanda Botella, las piezas de ‘Pipeline’ son una mezcla de todo ello. “Yo te cuento mi viaje a través de esto”, dice.

Vista de la exposición ‘Pipeline’, de Nanda Botella, en Shiras Galería. Foto: Tátylla Mendes.

Aunque no se trata de un retrato literal, ya que, como dejó dicho Edgar Allan Poe, el arte es “la reproducción de lo que los sentidos perciben en la naturaleza a través del velo del alma”. Botella lo hace a través de una estética heredada de la abstracción matérica, como aclara el crítico de la muestra, Fernando Castro Flórez. Para la artista, la idea de la abstracción es precisamente la de “convertir en materia tus sensaciones, tus pensamientos y tus vivencias”.

En ‘Pipeline’, Botella logra convertir sus experiencias viajeras en una obra capaz de comunicarse con las vivencias y sentimientos de todos. Sus escultopinturas hablan sobre los movimientos ondulatorios de la vida –ese eterno vaivén–. Para otros, sus piezas de cerámica, plenas de pliegues atadas con cuerda de palma y expuestas sobre lino, se refieren a la fragilidad de la existencia. Incluso se puede pensar en las vitrinas de metacrilato que envuelven la mayoría de las piezas como ventanas que invitan al espectador a mirar más allá.

Vista de la exposición ‘Pipeline’, de Nanda Botella. Imagen cortesía de Shiras Galería.

Una imagen apuntada por Cristian Torada, asistente de dirección de la galería, quien le pregunta a Botella: “¿Se puede decir que desarrollas a través de tu obra el concepto de la ventana del arte, de qué hay detrás de esa ilusión? Porque creo que en tu obra no nos quedamos únicamente con la primera lectura, sino que podemos adentrarnos en ella”.

“Claro –contesta Botella–. Hay que asomarse a las piezas para ver sus reflejos y ver a través de ellas. Me encanta el efecto que causa dentro de los pliegues la profundidad y la visión que te da a través de la materia”. Asimismo, la artista indica que su objetivo es materializar un lenguaje para poder contar. “Yo siempre me he nutrido de mis sensaciones y siempre he contado. Quiero que todo el mundo sienta esas ganas de meterse en esa ventana y ver lo que estoy contando”.

Vista de la exposición ‘Pipeline’, de Nanda Botella, en Shiras Galería. Foto: Tátylla Mendes.

Por otra parte, Nanda Botella aclara que “no hay la intención de transmitir un mensaje concreto, sino una sensación”. Castro Flórez ratifica: “No hay un mensaje cerrado. La suya es siempre una obra abierta que nos invita a sentir más que a interpretar”.

“Yo creo que es la continuación. Siento que voy perfeccionando las técnicas, eso sí. Pero mi sensación es que es más un paso adelante”, nos revela Botella. De facto, es posible apreciar varios puntos de conexión entre las obras anteriores de la artista y la nueva colección, desde el monocromatismo de ‘Vuelos II’ hasta las cerámicas de ‘Vertebrados’. “Además, mis cuadros siempre son muy enérgicos, muy vitales, muy de día y, al fin y al cabo, yo estoy contando en todo momento”.

Vista de la exposición ‘Pipeline’, de Nanda Botella. Imagen cortesía de Shiras Galería.

Nanda Botella nos cuenta sus vivencias y sensaciones con las manos. “Mis manos son mis pinceles”, remarca. Para Castro Flórez, la artista recupera “la intensidad gestual de Pollock”. A la par, la artista se comunica por medio del barro, la cuerda, el hierro, el metacrilato, la tela, el papel: “Son materiales fundamentales para mí”.

En ‘Pipeline’, además, Botella utiliza, igualmente, un admirable sentido de la geometría y la composición, desarrollando un procedimiento extraordinariamente fecundo, sin actitud programática y lejos de cualquier retórica conceptual, como sostiene Castro Flórez. Pero, en todo momento, Nanda Botella lo que hace es contar y asegura que quiere seguir así, atrayendo a la gente a mirar por las ventanas que crea.

“Tengo enseguida, en octubre, una exposición en la Fundación Bancaja, en Sagunto, que es una retrospectiva. Ahora bien, esta colección me ha dado mucha visión para el futuro. Lo próximo es trabajar con tela, creando formatos muy similares. Pero a ver cómo las manejo”, anticipa la artista.

‘Outsider II’ en Espacio Refugio
Vista de la exposición ‘Outsider II’, en Shiras Galería. Foto: Tátylla Mendes.

En todo caso, los espectadores tienen hasta el 16 de septiembre para contemplar la obra de Nanda Botella en Shiras Galería. Y quien se anime a bajar al Espacio Refugio puede contemplar, además, ‘Outsider II’, una colectiva que reúne piezas de Agustín Serisuelo, Carlos Sebastiá, Daniel Schweitzer, Horacio Silva, Rafael Canogar y Ricardo Escavy.

Si en la Sala Principal podemos zambullirnos en sensaciones y pensamientos entre los pliegues, matices y reflejos creados por Nanda Botella, en el Espacio Refugio cambiamos totalmente de paisaje y nos adentramos en un escenario con árboles y casas, con figuras humanas y organismos, con puertas y monumentos. La experiencia nos permite viajar por distintos mundos sin tener que ir más allá de algunos pasos.