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‘Il Bisonte. La singularidad de un taller y escuela de grabado’
Comisario: Antonio Natali
Sala Parpalló
Museu Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat (MuVIM)
Quevedo 10, València
Hasta el 12 de octubre de 2025
La exposición ‘Il Bisonte. La singularidad de un taller y escuela de grabado’ aterriza en la capital del Turia para habitar la Sala Parpalló del MuVIM. La muestra, realizada en colaboración con la Fondazione Il Bisonte, acoge un total de 61 grabados, en distintas técnicas, ejecutados por los diversos artistas que transitaron el taller Il Bisonte a través de las décadas y en la que se puede contemplar la excelencia de este obrador que, desde su fundación en 1959 por Maria Luigia Guaita, se erigió como médula artística internacional de la segunda mitad del siglo XX y cuya insigne impronta perdura hasta nuestros días.
Encarnada por la expresión artística más primigenia de la humanidad, a través de su logo diseñado por el arquitecto Aristo Ciruzzi, Il Bisonte no solo se presentaba al mundo como un lugar potencialmente transformador, que portaría la tradición del grabado hacía sus más irreverentes formas, sino como una gran casa de huéspedes que acogería a multitud de prometedores y consagrados artistas.
Este sentimiento de acogida cobraba sentido, también, por la inherente simbología del bisonte con la feminidad, tal y como nos evidencia la prehistórica Venus de Chauvet, a la que, sobre el vientre de embarazo que precedía a la vulva y los muslos, se le añadió, posteriormente, una cabeza de este prominente animal. Así, Diosa y Bisonte son uno, del mismo modo que Maria Luigia Guaita e Il Bisonte –irremediablemente inseparables–, como si de un cobijo matriarcal para la creación artística se tratase.
Pese al acompañamiento que Guaita tuvo en la configuración del proyecto por parte de un grupo de intelectuales, tales como Carlo Enrico Vallecchi, Ludovico Ragghianti y Giorgio Luti, así como la afiliación al taller de artistas como Picasso, Luigi Bartolini, Maccari, Lipchitz o Annigoni, entre muchos otros, la magnificencia de Il Bisonte recae indiscutiblemente en ella, su creadora, sin la que no se podría comprender el legado de la institución.

“Il Bisonte nace gracias a la iniciativa de Maria Luigia Guaita, intelectual comprometida con la promoción y difusión de la cultura, además de políticamente muy activa en la causa antifascista, ya que fue partisana. Ella dirigió el taller y lo sostuvo en los momentos de dificultad”, tal y como explicó el comisario de la exposición y exdirector de la Galería Uffizi de Florencia, Antonio Natali.
“Quiso crear una escuela de formación para jóvenes deseosos de expresarse en el lenguaje poético del grabado, y para ello contó con docentes de alta profesionalidad. Su deseo siempre fue que el taller fuera un lugar de efervescencia intelectual, por lo que siempre propició que participaran en él los más grandes artistas italianos y extranjeros”, destacó el comisario.
Es, precisamente, en la simbiosis entre los maestros duchos y los genios más precoces donde reside la verdadera esencia de Il Bisonte, tal y como Maria Luigia lo vislumbró, ya que, como reivindicó su actual director Rodolfo Cecott, “gracias a su valentía, muchos creadores, especialmente jóvenes, pudieron formarse en la escuela del taller».
Estos jóvenes continúan perpetuando a día de hoy el legado artístico de Guaita, la cual siempre los dirigió hacia el futuro con su afectuosa y esperanzadora mirada. Asimismo, para el correcto desarrollo de todas las facetas de su actividad, Il Bisonte se encuentra dividido en dos emplazamientos fundamentales para el aprendizaje, buque insignia de su fundadora, así como para la difusión de los frutos que sus huéspedes, con tanto esfuerzo, han labrado.
De esta manera, en las salas de la vía del Giardino Serristori, donde se encuentran las prensas, se imparten las clases de grabado, mientras que la zona de exhibición de las piezas, correspondiente al espacio de la galería de arte, se ubica en la vía San Niccolò.
Ahora, los frutos a los que nos referimos desembarcan en València a través de esta exposición homenaje a Maria Luigia Guaita, recibiendo al público con una obra de Pablo Picasso como cartel principal, expuesta, por supuesto, en el interior de la sala, una pieza estampada en 1960 que supone la única litografía realizada por el pintor malagueño en tierras italianas.
La muestra, que se encuentra organizada por décadas, recoge un compendio de obras desde la fundación del taller hasta nuestros días. Todas las piezas, pese a estar ejecutadas mediante la técnica del grabado, presentan diferencias formales y temáticas. En este sentido, podemos transitar desde el aguafuerte, pasando por la serigrafía, hasta llegar a la aguatinta o la xilografía.

Así, Maria Luigia Guaita y la impronta artística que dejó, también a través de la creación de una fundación –herramienta continuadora de su arduo trabajo y perpetuadora viva de la escuela que fundó y amó por encima de todo–, ahora encuentra su reivindicación en las paredes de la sala Parpalló del MuVIM.
Una intelectual pionera e irreverente que donó su precioso legado a Il Bisonte, así como al mundo entero, y gracias a la que hoy la ciudad de València celebra su hermanamiento con Florencia, no solo de índole afectivo, sino también artístico y cultural.
Dos urbes que han quedado vinculadas para siempre, incluso con los más fatídicos infortunios, en los que la fuerza del agua devastadora arrasó con todo lo que se cruzaba en su camino y que, Maria Luigia Guaita sufrió en sus propias carnes, salvando su vida del agua al salir por la ventana de la imprenta, la cual había quedado inundada a causa de la riada que azotó Florencia en 1966.
En definitiva, podemos afirmar que el legado de una mujer ha conseguido volver a entrelazar a dos de los epicentros más fructíferos del Renacimiento y reafirmar, una vez más, los lazos de dos culturas lejanas pero aledañas a la vez. Una mujer que, de manera póstuma, ha vuelto a ensalzar el vínculo entre dos tierras, aquel que los conflictos patriarcales entre los Médici y los Borgia quisieron destruir una vez.

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